Los costos de mantenimiento serían la nueva preocupación de Latam Airlines -compañía ligada a las familias Cueto y Amaro-. Esto, debido a que Rolls-Royce, el segundo mayor fabricante de motores para aviones del mundo, detectó a fines de 2016 que sus motores Trent 1000 requerían más revisiones que las previstas. Lo anterior ha obligado a muchas compañías con aviones para vuelos de largo alcance -incluida Latam- a mantener naves en tierra, según consignó ayer El Mercurio Inversiones. De acuerdo con lo señalado por Latam Airlines en sus reportes a marzo de 2018, siete de las 24 naves Boeing 787 que tiene su flota están sin operar. Esto, según trascendió, pues estarían a la espera de los sobrecargados técnicos de Rolls-Royce.