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Estrategia apunta a reducir muertes por enfermedades crónicas:

OMS insta a eliminar las grasas trans de los alimentos procesados en los próximos 5 años

martes, 15 de mayo de 2018

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Presentes en alimentos procesados que contienen grasas y mantecas hidrogenadas, en Chile su contenido máximo está regulado desde 2009.



"Las grasas trans son un químico tóxico innecesario que mata. Y no hay razón para que las personas alrededor del mundo continúen estando expuestas a ellas". La cita es del doctor Tom Frieden, director hasta 2017 de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. y experto mundial en salud pública.

Su opinión es destacada en un comunicado oficial de la OMS difundido ayer al anunciar un plan de este organismo de Naciones Unidas para que los países eliminen los ácidos grasos trans de todos los alimentos a nivel mundial. Y para eso ponen una meta de corto plazo: el año 2023.

Se estima que el consumo de grasas trans -que habitualmente se encuentran en alimentos procesados horneados y fritos- mata cada año a 500 mil personas por enfermedades cardiovasculares.

Si bien estas están presentes en forma natural y en bajo porcentaje en carnes y lácteos, la OMS apunta a la que se produce a nivel industrial al hidrogenar aceites vegetales para volverlos sólidos, como ocurre con mantecas o margarinas de uso industrial. Este proceso, además, hace que las grasas duren más tiempo sin ponerse rancias.

"Por eso, su uso principal no es doméstico, sino como materia prima de alimentos procesados como golosinas y productos de repostería envasados", dice el doctor Alfonso Valenzuela, investigador y académico del Laboratorio de Lípidos del INTA.

Otras fuentes de grasas trans son pizzas congeladas, panes hechos con manteca y alimentos que se fríen varias veces en aceite reutilizado, como papas fritas o sopaipillas.

Su consumo no solo se asocia al aumento del colesterol malo. "También tienen la capacidad de matar células Beta pancreáticas, lo que se asocia a resistencia a la insulina, y su acumulación favorece procesos inflamatorios que se asocian al desarrollo de algunos tipos de cáncer", advierte Andrew Quest, director del Centro de Estudios en Ejercicio, Metabolismo y Cáncer (CEMC) de la U. de Chile.

"Reemplazar las grasas trans por aceites y grasas más saludables es una intervención de bajo costo para que los gobiernos salven la vida de sus ciudadanos", dice la OMS, que dentro de América Latina destaca a Chile, Argentina, Colombia y Ecuador como países que han limitado las grasas trans producidas industrialmente.

En Chile ya se prohíbe que los alimentos contengan más del 2% del total de sus grasas, como ácidos grasos trans de origen industrial, intervención que tuvo como pionero a Dinamarca, país que estableció ese límite en 2003, logrando una baja significativa en sus tasas de enfermedad cardiovascular.

Meta factible

En un plan denominado REPLACE, la OMS propone alcanzar la eliminación de las grasas trans a través de acciones que incluyen la revisión de fuentes de estas grasas a nivel industrial, su reemplazo por grasas y aceites más saludables, legislación y regulaciones para su eliminación, evaluación de su contenido en la industria alimentaria y consumo de la población y campañas de difusión pública sobre sus riesgos.

Para el doctor Valenzuela, Chile no debería tener problemas en alcanzar la meta hacia 2023, porque la industria ya se ha ido adaptando.

Luisa Kipreos, jefa del Dpto. de Nutrición y Alimentos del Minsal, destaca que "las grasas trans de origen industrial están reguladas desde 2009 en Chile. Primero entró en vigencia para aceites y margarinas y luego para todos los demás alimentos, lo que está completamente vigente desde 2014".

Para reducir su consumo, la recomendación es buscar en el etiquetado "0 gr de grasas trans", evitar los alimentos procesados fritos y horneados que contengan aceites vegetales parcialmente hidrogenados, y privilegiar el uso de aceites vegetales líquidos en vez de grasas sólidas.

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