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Nicolás Monckeberg, ministro del Trabajo:

"El fin al reemplazo en la huelga es algo que llegó para quedarse. No veo las condiciones técnicas ni políticas para modificar aquello"

domingo, 13 de mayo de 2018

Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

El secretario de Estado es taxativo en señalar que no habrá pie atrás en materia de reemplazo, pero adelanta que sí habrá ajustes en otras materias por la vía administrativa. "Muchos de los errores de la reforma que están generando problemas no han sido producto del articulado de la ley, sino de una errónea interpretación de la Dirección del Trabajo anterior".



No generó la ola de huelgas que se temía. Al contrario. La legislación laboral que acaba de cumplir un año de vigencia, vino acompañada de una drástica caída en el número de movilizaciones.

Lo que sí ocurrió en este tiempo fue una importante judicialización de las relaciones laborales, con dictámenes de la Dirección del Trabajo al por mayor, la Corte Suprema en primera línea y, últimamente, una huelga en Lan Express sui generis por su desenlace.

Por una parte, el sindicato pidiendo finalizar la movilización y volver a trabajar y, por otro, la empresa solicitando su opinión a la Dirección del Trabajo antes de aceptar el fin de la huelga. Luego de 19 días de paralización, el sindicato dio por finalizada la huelga y manifestó su intención de aceptar la última oferta formal que había realizado la empresa el 23 de marzo. Sin embargo, para la empresa esa oferta ya no estaba sobre la mesa, toda vez que los propios trabajadores la habían rechazado mayoritariamente al momento de votar a favor de la paralización.

La Dirección del Trabajo entró a mediar en el asunto y rápidamente dio la razón a la compañía: la oferta del 23 de marzo ya no estaba disponible y la alternativa que les quedaba a los trabajadores era descolgarse de la movilización individualmente y, en el caso del sindicato, invocar el artículo 342 del Código del Trabajo y con ello, prorrogar por 18 meses el contrato vigente.

Desde entonces, comenzó a escribirse otro capítulo de la historia, ahora en los tribunales, que es el espacio donde deberá zanjarse esta disputa.

Para el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, todo este entuerto no es otra cosa que el corolario de una legislación laboral que ofrece más confusión que certezas, incluso en temas aparentemente elementales, como la forma de finalizar una huelga.

-¿Qué le parece el desenlace que tuvo la huelga de tripulantes de cabina de Lan Express?

"Es el más claro y mejor ejemplo de que la reforma laboral quedó mal hecha en muchos aspectos y produce errores. Una negociación colectiva en que se termina discutiendo, con versiones contrapuestas, cómo se termina la huelga, es definitivamente una demostración de que incluso en lo más esencial, la reforma laboral genera incertidumbre. La diferencia de interpretación entre lo señalado por el sindicato y la Dirección del Trabajo, que le da la razón a la empresa, se debe única y exclusivamente a que la reforma derogó el artículo que permitía en cualquier momento aceptar la última oferta del empleador. En consecuencia, es una clara demostración de que cuando se legisla mal, se termina perjudicando a los propios trabajadores".

-El presidente de Latam, Ignacio Cueto, señaló hace una semana en una entrevista que le concedió a "El Mercurio" que el país entero tiene que asumir las consecuencias de la legislación laboral, que fija huelgas sin reemplazo y que si la gente está obligada a no ir a trabajar, ese día no se puede dar un determinado servicio. ¿Concuerda en que si no se corrige la legislación, las huelgas van a tener impacto sobre la calidad de vida de las personas?

"En mi opinión, el fin al reemplazo en la huelga es algo que se introdujo en nuestra legislación y llegó para quedarse. No veo las condiciones técnicas ni políticas para modificar aquello. Sin embargo, nada de eso tiene que ver con que se intente interpretar que el fin al reemplazo en la huelga significa la paralización completa de la empresa. Eso no tiene ningún fundamento. Por de pronto, porque terminaría afectando el derecho de trabajadores que podrían no tener nada que ver con esa huelga y, en consecuencia, tienen el derecho a trabajar. Justamente para eso se legisló, y yo fui parte del Congreso, las adecuaciones necesarias, precisamente para impedir que la huelga afecte derechos de trabajadores no involucrados en ella o termine afectando la continuidad de la empresa".

-Pero en el caso de Lan Express fue prácticamente una paralización total. De hecho, la empresa no pidió servicios mínimos.

"No pidieron ni pactaron servicios mínimos. Hay que preguntarle a la empresa la razón de aquello. En todo caso, mantuvieron ciertos vuelos".

-¿Qué le parece que el Sernac llame a la empresa a una mediación con los pasajeros que se vieron afectados por la huelga? Se lo pregunto porque si Lan Express no voló, fue precisamente porque estaba cumpliendo con la legislación laboral.

"No comparto el llamado a mediación que hace el Sernac porque los trabajadores se encontraban en huelga. La empresa, al verse impedida de cumplir plenamente el contrato con sus clientes, solo estaba cumpliendo lo que la ley le exige. Nadie está obligado a lo imposible. Si la pretensión del Sernac es que una empresa en huelga continúe sus servicios, estaría pidiéndole que actúe al margen de la ley, y eso no tiene ningún sentido".

-¿Su convicción es que esta y otras debilidades de la reforma pueden corregirse por la vía administrativa o va a enviar un proyecto de ley?

"No solo pueden, sino que deben corregirse vía administrativa. Porque cuando el problema de la reforma es que ha sido objeto de un dictamen de la Dirección del Trabajo contrario a derecho, que distorsiona la correcta interpretación, la única forma de corregirla es con un dictamen que se ajuste a derecho. Aquellos que intentan señalar que el director del Trabajo no puede pronunciarse respecto de la reforma laboral, como si esto fuese un oráculo intocable, desconocen nuestro propio ordenamiento jurídico, que no solo faculta, sino que obliga al director del Trabajo a interpretar todas las normas laborales conforme a derecho. Respecto a la misma reforma laboral, el ex director del Trabajo emitió más de 25 dictámenes. En mi opinión, algunos de esos dictámenes se apartaron de la correcta interpretación y, en consecuencia, deben corregirse. De hecho, esto lo han dicho los propios tribunales de justicia que han fallado distinto, en contrario a estos dictámenes de la administración anterior".

"Muchos de los errores de la reforma que están generando problemas no han sido producto del articulado de la ley, sino de una errónea interpretación de la Dirección del Trabajo anterior. Por ejemplo, quién puede compartir el fallo de enero de 2018, cuando se estableció que una empresa cuyos trabajadores estaban en huelga no podía enviar correos electrónicos automatizados a sus clientes avisándoles de la situación, porque se consideraba reemplazo. Eso es no entender ni la ley ni para dónde va la tecnología. Un correo automático no puede ser considerado reemplazo en huelga".

-El Consejo Superior Laboral identificó una serie de dificultades en la implementación de la reforma laboral. Por ejemplo, la ausencia de un procedimiento legal para que funcionen los grupos negociadores, los problemas para calificar servicios mínimos, etc. ¿Todos estos temas pueden abordarse administrativamente?

"El Consejo Superior Laboral, en forma unánime, reconoció que algunas normas de la reforma laboral tienen más problemas o incertidumbres que certezas. Entre ellas, las que usted menciona. Definitivamente algunas de ellas deben ser corregidas a través de la correcta interpretación jurídica del director del Trabajo".

Monckeberg tiene presente, además, uno de los grandes temas aún pendientes de la reforma laboral: el futuro de los grupos negociadores. El 28 de abril de 2016, los ministros del Tribunal Constitucional (TC) echaron por tierra la titularidad sindical, y la primera lectura del fallo fue que los grupos negociadores podrían seguir funcionando. Sin embargo, para ello el Gobierno de Bachelet debía enviar una ley corta que regulara el funcionamiento de esos grupos. ¿Qué hizo la autoridad? No envió ningún proyecto y dejó a los grupos negociadores desregulados.

"No nos olvidemos que hay un mandato imperativo y obligatorio del Tribunal Constitucional que no fue cumplido por el Gobierno anterior y que ha originado muchos de los problemas de la reforma laboral, que obligaba a adecuar la legislación a los criterios de constitucionalidad del fallo del tribunal. Al no hacerse, muchas normas quedaron confusas y han dado pie a interpretaciones erróneas. No descartamos que para cumplir el mandato del Tribunal Constitucional sea necesario corregir ciertas disposiciones legales".

Huelga en Lan Express:"Es una clara demostración de que cuando se legisla mal, se termina perjudicando a los propios trabajadores".

No comparto el llamado a mediación que hace el Sernac. La empresa solo estaba cumpliendo lo que la ley le exige. Nadie está obligado a lo imposible. Si la pretensión del Sernac es que una empresa en huelga continúe sus servicios, estaría pidiéndole que actúe al margen de la ley y eso no tiene ningún sentido".

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