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Cuándo recurrir a un coach de pareja

martes, 08 de mayo de 2018

Ilustración: Francisco JAvier Olea.
Crónica
El Mercurio

Una pareja puede "entrenarse" si tiene metas claras, como mejorar su comunicación o hacer un reparto más equitativo de las labores de crianza. Frente a problemas sexuales o de infidelidad, cuando hay sufrimiento o daño a la autoestima, un abordaje terapéutico es lo mejor



Ricardo Cariaga y Mónica Silva se conocían desde los 9 años. Se casaron a los 22, y 12 años después, con dos hijas, enfrentaron una crisis matrimonial:

-Habíamos entrado en la rutina, en la falta de pasión. Nos queríamos y nos sentíamos comprometidos, pero necesitábamos ayuda porque entre nosotros, la verdad, no pasaba nada. Y buscamos ayuda donde se buscaba entonces: en las páginas amarillas -cuenta el entonces realizador audiovisual.

Ella, sentada en un moderno diván de felpa de color jazmín que mira desde un amplio ventanal de un piso 15 a avenida Las Condes, termina:

-Fuimos a tres psicólogos y los tres nos dijeron que nos teníamos que separar. Íbamos a uno, y después a otro, porque no podíamos creer que esa fuera la solución. Nosotros no nos queríamos separar -dice la entonces educadora diferencial.

Hoy Ricardo y Mónica están a cargo de Vivir en Pareja, un centro por el que -según cuentan-pasan unas mil parejas al mes. La cifra impresiona, pero para ellos es la confirmación empírica de lo que arrojan las cifras del registro civil, que hablan de un explosivo aumento en Chile de divorcios en matrimonios que duran cinco años o menos: en la última década estos se quintuplicaron, pasando de ser 578 en 2006 a 3.035 en 2016.

Esa creciente realidad hizo que ambos dejaran sus antiguas profesiones y hoy sean el coach y la psicóloga que lideran un equipo de 30 personas -mayoritariamente psicólogos- que tienen a su cargo el guiar a las parejas a través de distintos episodios de dificultad.

Pero, de acuerdo a su experiencia, es importante que las parejas sepan diferenciar qué tipo de asistencia es la que necesitan para su tipo de problema. En término simples, si es que es necesario una "capacitación" o una "sanación".



Problemas de "equipo"

En el mundo de las empresas, el coaching surgió como una herramienta que se aplica en organizaciones y personas para mejorar sus competencias, y así lograr el éxito tanto en el ámbito profesional como personal. Si en el ambiente laboral trabajar el clima, la cultura y la comunicación son claves, así también lo es en esa empresa llamada pareja.

-La mala comunicación es uno de los temas que más aparecen en el coaching -explica Claudia Musre, psicóloga y coach de parejas, directora del Centro Vínculos-. Las parejas llegan igual que los clientes de empresa, con el problema claro, y nos fijamos metas igual de claras. Para eso podemos entregar herramientas simples, como elegir una consigna o palabra que, al ser dicha en medio de un diálogo, alerte al otro de que está generando hostilidad. Así se vuelven conscientes de lo que va sintiendo el otro, y pueden evitar llegar a la discusión

Esa misma dificultad de adecuación desde el lenguaje, los coach la observan en temas cotidianos como el cuidado de los hijos o la repartición de roles y tareas al interior del hogar.

-Es muy común sentir que en la crianza se desautorizan uno al otro, y es porque provienen de modelos (culturas) distintos -continúa Musre-. Y ahí la meta es llegar a construir acuerdos. Una herramienta clave es evitar la palabra "no" y llamar a entregar una lluvia de ideas, cambiando ese "no" por un "Ya. Y yo también creo que...". Lo importante es que ninguno sienta que el otro se está imponiendo, sino que están trabajando como equipo en lograr la mejor solución.

Otro recurso con que suelen trabajar al interior de empresas que recurren al coaching es crear nuevos contextos para que los trabajadores ejerciten su creatividad: salir de trekking, hacer canopy, guerras de pintura o armar bandas de rock son actividades que los ejecutivos modernos suelen enfrentar en un proceso de coach. Con las parejas sucede algo similar:

-El aburrimiento, la rutina, es el cáncer de las parejas -dice Ricargo Cariaga, autor de "¿Por qué nuestra relación no funciona si nos queremos tanto?", que va en su tercera edición (Planeta)-. Las parejas se distancian porque se preocupan de cumplir roles de padres, de trabajadores y se olvidan no solo del otro, sino que de ellos mismos, de qué es lo que los hace felices individualmente y de cómo pueden aportar a que el otro logre su felicidad, para así aportar al bien común de esa empresa que se llama pareja. Entonces, tenemos que hacer que ellos identifiquen qué los apasiona y generar espacios para desarrollar esa pasión, esa complicidad.

Cariaga cuenta que en Vivir en pareja ya trabajan en un área de producción de "experiencias" para que sus clientes desarrollen capacidades dormidas. Algunos ejemplos son: realizar viajes, cenas, karaokes o sesiones fotográficas solo para dos.

Cristina Vásconez, publicista y coach ontológica Newfield, que acaba de publicar el libro "Por qué me va mal en el amor" (Del Nuevo Extremo), donde mezcla herramientas de la técnica de transformación organizacional con elementos de la neurobiología, cree que incluso la "capacitación" para el amor debe comenzar antes de que la pareja se llegue a constituir.

-El coaching para el amor es importante a nivel individual. Mucho de mi trabajo lo hago con solteras y solteros que me han ido confirmando lo poco que sabemos respecto de algo que importa tanto, como es el rol que jugamos en una pareja. Nos han inculcado que el amor basta, pero no, no bastan las ganas. Hay mucho trabajo que hacer; antes que nada, conocerse uno mismo, saber qué es lo que buscas en una pareja, qué es lo que se requiere y necesita; y que eso no es solo que te quieran.

Para la coach es básico que, antes de unirse formalmente, las parejas conversen sobre los estilos de educación que esperan darles a sus hijos, los modelos de división de trabajo doméstico y de vida en pareja con que crecieron, y cómo eso los impactó. En su opinión, tomar conciencia de eso cambiará la forma en que se comunicarán.

-No toda las mujeres se rebelan de la misma manera contra el machismo que pudieron presenciar en su niñez -ejemplifica Vásconez-. Sentirse en sumisión o invisibilizada, aunque en apariencia sean tremendamente independientes, genera rabia. Y, cuando te das cuenta de que sientes rabia, ves cómo se limita tu discurso y cómo, entonces, tu manera de relacionarte con el otro sexo va a ser siempre desde la rabia, del reclamo o la revancha. Y eso puede llegar a hacer muy mal.



Aliviar el sufrimiento

Aunque en rigor las carreras de pregrado de Psicología y las certificaciones de coach ontológico no ofrecen especializaciones en temas de pareja, todos quienes se dedican a este rubro en auge han buscado herramientas en programas de postítulos, diplomados o cursos que se orienten a este fin. Pero, coinciden todos, solo una formación rigurosa permitirá abordar conflictos que encierran problemas que se deben tratar en el espacio terapéutico que un psicólogo o psiquiatra sabe dar.

Edmundo Campusano es director de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, donde existe un postítulo especializado en pareja. Él, también con vasta experiencia clínica en el área, cree que la clave está en detectar cuándo una dificultad se transforma en un problema que afecta no solo la relación, sino que también daña el psiquismo interno de la persona:

-La psicoterapia requiere un método, una estrategia para aliviar el sufrimiento de quienes llegan porque están entrampados en un problema que no pueden solucionar solos, requieren una intervención de alguien, de un experto, que va aliviar su dolor. En palabras simples: Si te duele la muela, ¿abrirías la boca a cualquiera?

Campusano cree que dentro de las dificultades que suelen enfrentar las parejas, la más dolorosa y que sí o sí requiere de apoyo terapéutico es la infidelidad:

-Lo primero en esos casos es despejar si esa pareja desea continuar siendo pareja o no, y eso no lo puede determinar un coach. Es necesario conocer de las dinámicas, las estructuras, los códigos relacionales y psicología de los sistemas. Y luego, si esta pareja que está sufriendo una infidelidad decide continuar siendo pareja, entonces tengo que ver cuál es el problema psicológico que llevó a que uno mirara para el lado. Pero siempre entendiendo que el problema es sistémico. Porque, claro, uno puede haber mirado para el lado, pero el otro miembro de la pareja puede llevar años privilegiando a su familia de origen, por ejemplo. Eso requiere una intervención.

Ricardo Cariaga dice que en sus sesiones de coach lo principal es evitar que los problemas ocurridos vuelvan a suceder, sin buscar tanta explicación, o preguntarse el porqué. En cambio, cuando se decide asistir a un espacio terapéutico, se trabaja más desde la raíz que desde la cotidianeidad.

-La formación del coach y del psicólogo son totalmente distintas, hay años de metodología de la investigación cualitativa y cuantitativa, bases biológicas del comportamiento, desarrollo psicológico desde la infancia hasta la adultez -dice Campusano-. Y claro que un psicólogo puede elegir formarse como coach después, pero que un veterinario, por ejemplo, se forme como coach no lo va a capacitar para tratar problemas de pareja que tienen a uno de sus miembros con ataques de pánico o depresión. *



Por Claudia Guzmán V.

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