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HidroAysén responde: "No necesitamos tutelaje del exterior"

domingo, 04 de mayo de 2008

Azucena González San Martín
Enfoques, Economía y Negocios

Según detalla el propio Hernán Salazar, gerente general de la compañía, el 10% faltante corresponde a las mitigaciones de los impactos del proyecto, que incluirán compensar a la zona con proyectos de generación en base a energías renovables no convencionales: centrales minihidro y proyectos eólicos.



Noventa por ciento. Ese es el grado de avance que tiene al momento la preparación del estudio de impacto ambiental (EIA) de HidroAysén, el megaproyecto hidroeléctrico que Endesa y Colbún buscan desarrollar en el sur del país.

Según detalla el propio Hernán Salazar, gerente general de la compañía, el 10% faltante corresponde a las mitigaciones de los impactos del proyecto, que incluirán compensar a la zona con proyectos de generación en base a energías renovables no convencionales: centrales minihidro y proyectos eólicos.

Pero conforme avanza el proyecto se intensificó la avalancha de críticas del mundo medioambiental -cuyos puntos más álgidos fueron las recientes publicaciones en The New York Times-, para las que Salazar tiene una sola respuesta: "No necesitamos tutelaje del exterior", dice.

Las críticas también han sido técnicas, de actores que privilegian el carbón, siguiendo la experiencia de otros países.

-¿Por qué Chile debería privilegiar HidroAysén, en vez de una energía transable?
"Si HidroAysén se hace, sustituye a 7 termoeléctricas y deja al país en condiciones de ahorrarle la descarga de 16 millones de toneladas de CO2 por año, que equivalen a los gases que producen los 2,7 millones de autos que hay en Chile".

"Si Chile produce sólo 58 millones de toneladas de CO{-2} al año, 16 millones es casi el 25%. Es una contribución muy importante al desempeño ambiental. Y cito una publicación de la Universidad de Yale, un estudio en 149 países para determinar un índice de desempeño ambiental. En este ranking Chile está en el lugar 29 y Estados Unidos, en el 39. Es una muy buena noticia".

"Y aquellos países que de alguna forma se sienten llamados a intervenir respecto de la forma en que los chilenos nos damos sustentabilidad energética, tienen una gran tarea revisándose primero adentro. O bien pueden venir acá y se les puede ofrecer una oportunidad de cómo aprender a hacerlo".

-¿Pasa un mensaje?
"Para algunas personas que, desde el extranjero, la prensa ha dado cuenta de que han vertido amenazas de boicot económico contra Chile. Éste es un país que consume un cuarto de la energía que consume un norteamericano promedio".

"Somos mucho menos intensivos en cuanto a consumo y somos perfectamente capaces de sobrellevar el crecimiento y el desarrollo en base a nuestros propios recursos".

-¿Cómo contrarrestarán la campaña medioambiental?
"Las necesidades del país, de la región, es un tema atingente exclusivamente a los chilenos. Es un tema cuya contraparte es la comunidad organizada, las autoridades y los actores sectoriales (...) Yo creo que el país no ha pedido ni solicitado algún tipo de asesoría".

"El discurso de estos opositores no les impone ninguna responsabilidad posterior si es que esas iniciativas sucumben bajo su acción opositora".

" Si esta empresa no cumple su rol de entregar más energía, tienen que preguntarse cuál es la otra firma que lo va a hacer. Porque un opositor mediático no está en condición de poner un dólar para darles energía a los chilenos".

-Cuando dice que es un tema de chilenos, entonces ¿no considera al señor Tompkins como un interlocutor válido?
"Mi contraparte es la comunidad organizada, la institucionalidad vigente, los especialistas del Estado, nuestros políticos chilenos".

-¿No es una falacia ofrecer menores precios?
"El año 2006, las centrales que utilizan fósiles (líquido, carbón o gas), para poder producir esa energía en el SIC deben haber invertido en el extranjero US$ 300 millones".

"En 2007 se juntan tres efectos: menor disponibilidad hidrológica, mayor estrechez por la demanda, mayor precio del petróleo y restricción de gas. Esto lleva que para generar la energía termoeléctrica, por la misma compra, el país saltó a gastar US$ 2.100 millones".

"Vale decir, de un año a otro nos encontramos quemando en el parque termoeléctrico US$ 1.800 millones más".

"Hay otro elemento. En mi opinión, no de HidroAysén, más temprano que tarde, cuando tengamos en el mundo 300 centrales a carbón adicionales, va a venir una mayor presión para que esos gases sean capturados, licuefados e inyectados para que no se descarguen a la atmósfera".

"Si tecnológicamente se impone esa obligación a las termoeléctricas, va a implicar, según los especialistas, un sobrecosto de 32 o 34 dólares por MW hora. Entonces lo que hoy se ve como muy atractivo, más temprano que tarde, producto del cambio climático, se verá expuesto a costos mayores".

El acuerdo para lograr la línea de transmisión
-El acuerdo con Transelec ha sido complejo. Desde la perspectiva de HidroAysén, ¿cómo entienden las garantías de la inversión?
"No es un tema para dramatizar. Un proyecto de esta naturaleza requiere de mucho tiempo para ser estudiado. Y eso es parte de lo esperable. El estado en que estamos llevando los estudios todavía tiene muchas variantes abiertas, y hay que irlas desarrollando progresivamente y con la tranquilidad que el caso amerita. No estamos luchando contra plazos. Las condiciones son confidenciales hasta que no las alcancemos todas".

-¿Han conversado con otros actores de transmisión, aunque sea informal?
"Estamos con toda la energía puesta en Transelec. Transelec está trabajando, tiene que entregarnos una solución técnica aceptable, y cuando la tengamos pasaremos a la siguiente etapa, de conversar los aspectos comerciales".




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