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Industria gráfica en alerta por cambio de Casa de Moneda a S.A. estatal

sábado, 03 de mayo de 2008

ROXANA IBARRA
Reportajes del Sábado, El Mercurio

Los funcionarios de la entidad acusan que el cambio "huele a negocio" y temen que luego se privatice. En la industria gráfica reclaman que es competencia desleal. El proyecto que define el cambio está en la Comisión de Hacienda del Senado y sería visto esta semana.



Lejos están los tiempos en que Casa de Moneda acuñaba monedas y billetes para el Banco Central de Chile en forma exclusiva. De hecho, en 1997, el Banco Central obtuvo su autonomía que le permitió licitar billetes y monedas libremente, de acuerdo a precio y calidad. Esto significó que Casa de Moneda perdiera su cliente principal, y se reorientara hacia otros negocios. En la actualidad imprime algunas partidas pequeñas para Chile y otras para el exterior.

Por esto, el Gobierno buscó darle un giro. Hace dos meses aproximadamente, se le dio carácter de urgencia a un proyecto que fue presentado en el gobierno de Ricardo Lagos. Dicha institución pasaría de ser un servicio público a una empresa privada estatal (una S.A. cerrada), tal como ocurre en el 98% de los casos a nivel global. En la Cámara de Diputados tuvo apoyo transversal, tanto de la Concertación como de la Alianza. En estos momentos se encuentra en la Comisión de Hacienda del Senado para ser tratado esta semana.

La situación ha provocado revuelo, no sólo en la industria gráfica, que considera injusto competir con una empresa estatal, sino también entre los funcionarios de Casa de Moneda, quienes ven en esta iniciativa el primer paso para privatizarla.

¿Por qué una S.A.?
En la práctica, este servicio público funciona como una empresa, sin serlo legalmente. Quienes defienden el cambio, explican que es necesario darle un estatuto jurídico que le permita hacer su tarea en forma eficiente y enfrentar los desafíos que en la actualidad no puede cumplir. Por ejemplo, contar con un representante legal ante otras Casas de Moneda que sí lo tienen, pues funcionan como empresas privadas.

La otra gran limitación es que, de acuerdo a la Ley Orgánica (de 1960), la Casa de Moneda debe estar al servicio del Banco Central con todas sus instalaciones. Así, ante cualquier requerimiento de esta entidad Casa de Moneda debe priorizarla. Sin embargo, el Banco Central no tiene obligación de dar trabajo a Casa de Moneda; es libre de acuñar e imprimir con la empresa que le parezca más competitiva según precio y calidad.

"Si desaparecieran estas restricciones estaríamos mucho mejor, porque a corto plazo vamos a tener problema con los billetes chilenos, por razones técnicas, y necesitamos urgentemente captar mercados externos", acota Gregorio Iñiguez, director de Casa de Moneda.

"La razón de ponerle urgencia es la necesidad de avanzar rápidamente en la tramitación legislativa de esta iniciativa, considerando principalmente el poder iniciar el plan estratégico de renovación tecnológica necesario para cumplir con las condiciones y exigencias de calidad y seguridad de los bancos centrales", aclara Tamara Agnic, coordinadora de asesores de la Subsecretaría de Hacienda, quien lidera el proyecto.

Además, "se requiere dar certidumbre a los trabajadores", agrega Agnic. Pero ellos no sienten lo mismo. El presidente de la Asociación de Funcionarios del Personal de Casa de Moneda, Patricio Véliz dice que han sido sujetos de presiones indebidas, despidos, marginaciones, traslados y postergaciones en los nombramientos. "Estamos en absoluto desacuerdo con la transformación jurídica y en el cómo se ha llevado el proceso. Más aún, nos parece absolutamente impropio que el actual director de Casa de Moneda haya sido por años gerente general de uno de nuestros grandes competidores (Armat) y que haya sido él mismo el que interpuso un recurso económico en contra de Casa de Moneda en 1992 para evitar que ésta elaborara cospeles (monedas sin acuñar)".

En este recurso se acusaba a Casa de Moneda de invadir "una actividad propia de la empresa privada, todo lo cual constituye un acto de competencia desleal por parte de un organismo estatal en contra del sector privado". La justicia no acogió el recurso.

Los gráficos se quejan
En Chile, los privados no están facultados para imprimir billetes o acuñar monedas. Sin embargo, la Asociación de Impresores (Asimpres) afirma que la industria tiene estándares más altos que muchos países latinoamericanos en cuanto a seguridad y calidad, lo que los facultaría para hacer este trabajo.

En Asimpres sienten que hay algo poco claro que puede obedecer a consideraciones netamente políticas. "Lo que me molesta y me mete ruido es el hecho que sea una empresa estatal. No es competencia leal que una empresa del Estado compita con los privados. Lo único que siento es que teniendo como competidor a Casa de Moneda S.A., ésta va a poder hacer lo que dice aquí y seguramente muchas otras que pueden salir en el camino, si no queda bien acotada la ley. Ese es el fondo del asunto", puntualiza Mauricio Silva, gerente de Trofeos Pazos, una de las empresas más antiguas del rubro.

Coincide con él el gerente general de Asimpres, Jaime Ojeda. "Los señores diputados no se informaron bien y votaron un proyecto que no conocen a cabalidad y que deja muchos vacíos". Ojeda se refiere principalmente a los conceptos de "Documento de Fe Pública" (como los pasaportes, licencias médicas, etc.) y de "Especies Valoradas" (billetes, monedas y otros).

Director de Casa de Moneda: "Si se cierra, se va a pérdida todo"
Para Gregorio Iñiguez, director de Casa de Moneda, el tema está dentro de un proceso de modernización del Estado, que permitirá mayor transparencia y probidad que en la actualidad. Por ejemplo, Casa de Moneda tendrá un directorio.

En los temas laborales el encargado será la Dirección del Trabajo, que es mucho más fuerte en los temas administrativos. Va a seguir siendo supervisada por la Contraloría General de la República, las comisiones investigadoras de la Cámara de Diputados seguirán funcionando y además se agregará la Superintendencia de Valores y Seguros. Tendrán que entregar las FECU, más toda la información mensual y periódica que exige el sistema de las empresas públicas y pasarán a ser parte del SEP.

Según sus palabras, las quejas de la industria gráfica no tienen asidero. Cree que los temores no tienen base y que el tiempo lo va a demostrar. "Yo entiendo el tema, lo viví en carne propia, he estado en el otro lado del mesón", acota Iñiguez.

Desde el punto de vista de gestión, según Iñiguez, les ha ido bien a pesar de todas las ataduras. Pero si tuviesen solamente números rojos, como podría ser el caso, explica que podría haber un aumento de capital o solicitarse la quiebra, como en toda sociedad anónima.

"Si se cierra la Casa de Moneda hoy día, se va a pérdida todo, un bien capital de todos los chilenos. La Casa de Moneda siempre ha sido de todos los chilenos y lo va a seguir siendo. Es el riesgo de todo negocio. La única diferencia es que va a haber una mayor fiscalización, porque aparte de la fiscalización actual, vamos a tener a la Superintendencia de Valores y Seguros", añade.

$20.000 millones de patrimonio inicial
Es la institución estatal más antigua del país, con 264 años, según se publica en su página web. Comercializa dos servicios principales: la impresión de valores y la acuñación de monedas, con la extensión de producir galvanos, improntas y medallas, entre otros. El proyecto de ley que la convierte en S.A. contempla un capital inicial de $20.000 millones. El terreno en el cual funciona es de Bienes Nacionales, y con el cambio pasará al fisco y a Corfo, como parte del patrimonio de una empresa privada. "Cualquier empresa parte con los capitales del propietario, y aquí pasa lo mismo: se parte con los capitales del Estado. Está en la ley. Sigue siendo propiedad de todos los chilenos", acota su director.






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