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Los otros templos de Valparaíso

sábado, 28 de abril de 2018

Texto, Paula Donoso Barros. Fotografías, José Luis Rissetti.
Patrimonio
El Mercurio

La mayoría pasa inadvertida dentro del paisaje de iglesias y capillas católicas, pero cada uno de estos templos guarda la historia de los numerosos inmigrantes que a mediados del siglo XIX llegaron trayendo sus credos a un país católico. Anglicanos, luteranos, presbiterianos, bautistas, adventistas e incluso salvacionistas hicieron grandes aportes anclados en el puerto, donde algunas de sus primeras sedes siguen en pie.



Durante el siglo XIX los distintos credos llegados a Valparaíso, junto con los inmigrantes, levantaron sus templos. Algunos siguen en pie, más o menos modestos, acogiendo a sus feligreses.

Valparaíso en el siglo XIX, en términos culturales y económicos, fue mucho más importante que Santiago. Basta saber que el puerto tuvo la primera Bolsa de Comercio de Chile, el primer telégrafo, el primer servicio de agua potable. El primer banco del país, el primer alumbrado a gas de Chile y de América del Sur... demasiados atractivos que la hicieron crecer rápidamente. Como también creció el número de extranjeros que llegaron atraídos como por un imán a esta ciudad moderna y próspera. De 783 alemanes, 799 franceses, 413 españoles, 1.014 británicos y 474 italianos que se contaban en 1835, ya eran 1.396 alemanes, 1.097 franceses, 1.317 españoles, 1.974 británicos y 2.264 italianos, treinta años después.

Cada grupo que llegó a radicarse lo hizo trayendo sus costumbres y su credo, lo que generó una situación muy especial, distinta a la que vivía Santiago, con más libertades frente a la Constitución de 1833, donde se establecía como religión única nacional la católica romana. Sin espacio para otros cultos.

Juan Daniel Escobar, doctor en Teología y profesor de la PUCV, ha estudiado y publicado diversos artículos sobre la historia religiosa de Valparaíso.

-Yo diría que la declaración de un sector de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad responde a que se trata de un ejemplo de la globalización que vivió la ciudad en el siglo XIX. Estos nuevos grupos religiosos indudablemente tuvieron resistencia, pero también empezaron a influir positivamente en la sociedad, con personajes como David Trumbull, pastor norteamericano presbiteriano -quien luchó incansablemente por la educación popular y las libertades civiles-, a quien el Senado incluso le rindió un minuto de silencio el día de su muerte en 1898.

Entre el sinnúmero de capillas e iglesias católicas que se distribuyen por los cerros y se reparten por el plano, hoy se pueden distinguir algunos templos que recuerdan la historia social y religiosa del puerto. No muchos, porque terremotos
e incendios han sido los
peores aniquiladores.

La primera Iglesia que instaló su templo fue la Anglicana de ascendencia inglesa. Ya habían comenzado sus primeros cultos en 1825, pero entonces los realizaban a bordo de barcos y en lugares arrendados, sobre todo bodegas. Recién en 1837 se les permitió levantar una modesta capilla privada, a cuya inauguración fueron el ministro del Interior y el de Culto, con lo que le dieron reconocimiento oficial. Por fuera no era más que una muralla con puerta de entrada.

Veinte años después, en el cerro Concepción inauguraban Saint Paul's, hoy considerada la catedral anglicana. Declarado Patrimonio de la Humanidad, se trata de un volumen muy sobrio, sin torre ni cruz. Un templo protestante no podía parecerse a los católicos.

En calle Abtao, a solo un par de cuadras, está la iglesia luterana de La Santa Cruz, que también fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Todavía hay culto los domingos, pero la mayoría de las familias luteranas y anglicanas que habitaban los cerros Concepción y Alegre, emigraron a mediados del siglo XX a Viña del Mar.

La iglesia luterana se construyó más tarde, en 1897, y ya con reglas religiosas menos estrictas en el país lo hizo con una alta aguja que se eleva al cielo; se convirtió en la primera iglesia protestante en edificar un templo con torre y campanario en Sudamérica. Treinta años antes había llegado el primer pastor desde Alemania, quien atendió a sus feligreses en instalaciones prestadas por la Iglesia Anglicana. Ambas comunidades fueron cercanas a tal punto, solo distanciadas durante la Primera Guerra Mundial, que el órgano que hay en su interior es el que usaba la iglesia anglicana hasta antes de que llegara el Foster and Andrew de 1.640 tubos con que se conmemoró el reinado de la reina Victoria luego de su muerte.

-No hay que olvidar que en esos años el centro de Valparaíso era el sector de la iglesia de la Matriz, de la Plaza Echaurren. Las iglesias Anglicana y Luterana tuvieron permiso para construir, pero arriba del cerro, muy alejadas de la ciudad. Y claro que existió resistencia de los católicos; incluso reclamaron porque algunos ministros asistieron a la inauguración.

Cuenta también el teólogo que el arzobispo de Santiago, como respuesta a estas iglesias, decidió reforzar la presencia católica, porque a mediados del siglo XIX solo había dos parroquias: La Matriz y la iglesia de Los doce Apóstoles. Por esos años, en el cerro Alegre, un par de cuadras más arriba de las recién llegadas se construyó -con torres más altas- la iglesia de San Luis de Gonzaga, financiada por Juana Ross para contrarrestar la presencia protestante en un sector de inmigrantes.

Otro grupo es la Iglesia Presbiteriana, conformada en su mayoría por fieles norteamericanos. Su templo desde 1869 está junto al edificio central de la municipalidad en calle Condell 1502. Con el incesante tráfico de micros y troles hoy pasando por sus narices, la construcción de líneas con inspiración británica que edificó el arquitecto John Livingstone -hoy es Monumento Nacional- fue la sede desde donde el presbiterianismo apoyó "abiertamente la causa liberal del laicismo del siglo XIX", escribe Juan Daniel Escobar en la publicación de Ediciones Universitarias de Valparaíso. Su gran representante fue el reverendo David Trumbull -aquel homenajeado por el Senado con un minuto de silencio-, quien entre muchas obras sociales participó en política, pronunciándose sobre la necesidad de cementerios laicos, el matrimonio civil y la creación del Registro Civil.

En calle Pedro Montt 2590 está la iglesia Bautista. Muy posterior, recién en 1951 inauguró su templo junto al ex teatro Velarde, donde mantiene un colegio y un jardín infantil. "Fueron los pioneros en la recuperación de drogadictos en el puerto", dice Escobar. En el hall una placa recuerda "al pastor alemán Oscar von Barchwitz, y su noble esposa", quienes dejaron su iglesia en Berlín para venir a misionar y en el trayecto perdieron a sus tres hijos víctimas del cólera. Fueron los primeros en llegar a Chile, en 1882.

Un edificio de menor importancia tienen los adventistas en calle Brasil 1869, "quienes instalaron en Valparaíso la primera imprenta adventista en el continente sudamericano", con la que imprimían "Las señales de nuestros tiempos", un periódico misionero.

Por último, Juan Daniel Escobar destaca especialmente al Ejército de Salvación, "un movimiento social, no religioso, que estoy convencido fue inspirador para el Padre Hurtado y su Hogar de Cristo". Llegaron en 1909, y al año siguiente habían levantado en calle Clave 483 el edificio del Hogar de Hombres que, muy cerca de la Plaza Echaurren, sigue acogiendo a los más pobres
del puerto.

 

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