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Mayoría de los sitios de interés son flanqueados por terrenos con acceso limitado:

Aunque 60% de la cordillera es un bien fiscal, no puede ser visitada libremente

martes, 24 de abril de 2018

Richard García
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Fundación Plantae está realizando un catastro antes de buscar una fórmula de ingreso garantizado, como ocurre con las playas, a través de una ley.



Tal como la ley hoy consagra el acceso sin restricciones a todas las playas públicas a través de servidumbres de paso, la Fundación Plantae, que promueve la conservación, acceso y uso consciente de los espacios naturales, quiere conseguir algo parecido con las montañas chilenas. "Se ha vuelto un tema contingente, porque la demanda por acceso y uso de estos espacios ha aumentado considerablemente", dice su director, Camilo Hornauer.

Cita como ejemplo que en la Reserva Nacional Mocho Choshuenco, situada en la Región de Los Ríos, el número de visitantes pasó de 869 personas en 2011 a 3.579 en 2016, un 300% más en apenas cinco años, mientras que en Conguillío el aumento fue de 197%.

Junto con la mayor demanda, cada vez son más las restricciones de acceso a la montaña por parte de los privados cuyos terrenos flanquean este bien fiscal. Un ejemplo es la Región Metropolitana, donde existen campos de hielo tan grandes como la ciudad de Santiago o volcanes como el Maipo, pero a los que es imposible acceder o solo puede hacerse tras cumplir estrictos protocolos, comenta el montañista Cristián Donoso, quien es director de la ONG Andes Handbook.

Justamente para conocer la situación nacional en cuanto a estas restricciones de acceso, la Fundación Plantae desarrolla en su sitio web un catastro sobre el tema en el que puede participar todo quien desee aportar información. Según Plantae, 60% de las montañas serían fiscales.

La idea, dice Hornauer, es recopilar los datos y preparar un mapa y un documento con propuestas para consagrar el acceso, como aumentar el empleo de las ya mencionadas servidumbres de paso, la herramienta que da el Código Civil para acceder a la propiedad fiscal a través de terrenos privados.

El hecho de que un terreno sea fiscal no significa necesariamente que sea de acceso libre. Para ello tiene que tener la categoría de bien nacional de uso público. El catastro será un primer paso para conseguir ese estatus en los terrenos públicos de mayor interés.

Tanto Hornauer como Donoso enfatizan que la idea no es abrir toda la montaña y olvidarse de la educación ambiental. "Hay que generar conciencia de que entrar a estos lugares genera impacto. Si se abren territorios, también habrá que hacer un manejo para controlar la cantidad máxima de gente que puede ingresar a la vez. Si solo se abre, será un desastre", admite Donoso.

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