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En Santiago Festival Internacional FIP

Poesía sin fronteras

domingo, 22 de abril de 2018

María Teresa Cárdenas M.
Revista de Libros
El Mercurio

Desde 2 al 5 de mayo, un centenar de poetas chilenos y de todo el mundo se reunirán en la capital para compartir lecturas en universidades, centros culturales y bibliotecas, pero también en el mercado, en la cárcel y en el matadero. Aquí, un autor de Sri Lanka y otro de Haití se anticipan al encuentro.



"Queremos devolverle el valor democrático a las palabras; la poesía nace de las personas y tiene que regresar a ellas", dice Javier Llaxacondor, poeta peruano radicado en Chile, fundador y director del Festival Internacional de Poesía FIP, que tendrá su primera versión en Santiago entre el miércoles 2 y el sábado 5 de mayo. Con una evidente vocación masiva, el encuentro está pensado como un "festival de poesía para no poetas", en el que 100 autores de los cinco continentes y de 30 países llevarán la poesía a distintos espacios ciudadanos a través de lecturas, conversatorios y talleres para niños, y también invitarán al público a sumar sus voces en dos instancias: Slam Poetry y Micrófono abierto por la Antipoesía.

El FIP Santiago se realizará simultáneamente en 15 comunas de la Región Metropolitana y contempla 22 recitales, "cada uno con un tema por el que vale la pena hacer una acción poética", adelanta Llaxacondor. Algunos de ellos son el medio ambiente, la gratuidad de la educación, los pueblos originarios, la inclusión. También habrá recitales por Joane Florvit y por Nabila Riffo. Y otros dedicados a grandes nombres de la literatura chilena: Gabriela Mistral, Jorge Teillier, Pedro Lemebel, Teresa Wilms & Vicente Huidobro y Nicanor Parra, a quien, además, se le rendirá un homenaje en la inauguración (miércoles 2, Cúpula del Parque O'Higgins, 19.30 horas).

Los sitios también serán diversos: desde universidades, bibliotecas y centros culturales hasta la Penitenciaría, el Matadero Franklin y el Mercado Tirso de Molina, e incluso poesía itinerante con los autores a bordo de un bus.

Programa completo en fipsantiago.com

"Eliminar el miedo del otro"

El poeta y diplomático  Indran Amirthanayagam (Sri Lanka, 1960) vive en Rockville, Maryland, y trabaja en el Departamento de Estado norteamericano. Su carrera y la poesía lo han llevado no solo a aprender sino también a escribir en varios idiomas: inglés, francés, español y portugués. "Además de creole", aclara desde Estados Unidos, a pocos días de emprender su viaje a Chile. "Son los idiomas que entran en mis sueños, traídos por la musa multilingüe -señala-, y me despierto hablando un día en español, el día siguiente en inglés y el día después en francés. Tener diversas opciones para expresarme me da una fuerza enorme".

Respecto de la lengua en la que se expresa mejor su poesía, titubea: "... No quiero elegir entre mis padres, pero debo admitir que si mi poesía en inglés muestra unas metáforas que encierran muchos sentidos a la vez, mi poesía en español es más clara e inteligible. El hecho de conocer, digamos, una sola palabra para expresar una emoción o idea en español significa que el acto de escribir el poema es mas fácil. Simplemente uso la palabra que he aprendido de mis lecturas de la poesía del siglo 20 y del siglo 21, de Neruda, de Parra, de Borges, de Paz, de Pacheco.

-¿Qué valor le asigna a la poesía en el entendimiento entre países? ¿Cree en una "diplomacia poética"?

-Me encanta esa pregunta. Si, soy un fiel de la diplomacia poética. Pienso que en la metáfora, hijo nuevo, único, de la unión de estados opuestos, distintos, encontramos el placer de haber creado algo nuevo y la posibilidad de que exista una creación transfronteriza, que derrumbe las fronteras que construimos entre países y retóricas. También creo que la poesía une pueblos, no países. Un país es una construcción lingüística abstracta, que puede distanciar al uno del otro. Pero un buen poema, sea de Akmatova de Rusia, o de Parra de Chile, o de Yeats de Irlanda, es una invitación a comer, una posada para descansar, un acto de amor universal. Un poema es revolucionario, no cree en fronteras, une al mundo. Y no solo el mundo humano. Un buen poema nos hace acordarnos de los otros seres vivos, los pájaros y elefantes y microbios, con quienes compartimos la Tierra y los océanos y el espacio.

-¿Qué significado tiene para usted participar en encuentros como el FIP Santiago?

-Los festivales internacionales de poesía son invitaciones a grandes fiestas de palabras musicalizadas, de danza lingüística, de canto en algunos de los diversos idiomas que se encuentran en nuestro planeta. Representan la eliminación pacífica de fronteras. Dan a los jóvenes y a los viejos la oportunidad de soñar con mundos al otro lado de todas las fronteras que construimos basados en el miedo. Esencialmente, el festival elimina el miedo del otro. Invita a conocerlo, a tomar vino y a comer juntos.

"Resistir a ser deshumanizados"

Hace casi nueve años que el poeta y médico haitiano  Jean Jacques Pierre-Paul (Jacmel, 1979) llegó a Chile, y hace cuatro que vive en Las Cruces. Su poema "¿Por qué nadie es Joane Florvit?", escrito ante la muerte de su joven compatriota (luego de haber sido erróneamente acusada de abandonar a su hija) sacudió las redes sociales. En él, dice que Joane no alcanzó a conocer el "sueño chileno". ¿Y él? "Mi primera decepción fue darme cuenta de que el sueño chileno no era ser chileno, sino cualquier cosa parecida a la definición europea del ser", lamenta. Pero agrega: "Somos un país conquistado, nuestro sueño debería ser volver a las raíces para rescatar lo más valioso, disfrutar de nuestra diversidad genérica. La belleza chilena es la diversidad, eso es parte de su fundación como nación. Negarlo es poner en peligro el sueño chileno, como está ocurriendo hasta ahora".

En el mismo poema se pregunta "¿Cómo es posible/ vivir en una ciudad/ sin poesía?", lo que para él significa "una ciudad sin diálogos, sin capacidad de mirarse en el espejo, sin autoconciencia; una ciudad que hace todo por imitación. Ya no hay resistencia, todo lo que hay es resiliencia. La poesía nos ofrece una antirresiliencia como último intento de resistencia". Y va más allá: "Nos toca vivir en una ciudad que no es nada más que un bosque de soledades. Ya no hay contempladores, no hay ciudadanos que se atreven a hacer preguntas y buscar respuestas. La ciudad está llena de poetas, lo que falta es poesía. El mundo está lleno de humanos, lo que falta es humanidad.

-¿Cree que los poetas comparten un lenguaje común?

-Sí, más allá de las diversas lenguas, siento que todos los poetas compartimos un lenguaje común, el cual se nota, se hace sentir, en la forma en que expresamos nuestra resistencia. Resistir a ser deshumanizado, ser una astilla en los dedos de los que destruyen la belleza es el lenguaje común de los poetas.

-¿Un lenguaje que actúa como "medicamento" contra la discriminación?

-La receta más eficaz contra la discriminación es una educación antirracista. Es raro que una sociedad construida sobre la discriminación no sea discriminadora. Con este modelo de educación segregada, segregacionista, clasista y sexista no se puede luchar contra la discriminación. La mayoría de las veces un discriminador es un discriminado que repite un patrón. Es imprescindible una reconceptualización del mundo; si no, el único resultado será la construcción de sociedades superficiales, sin memoria, sin autoconciencia.

Sobre la importancia de este festival, concluye: "Estos encuentros permiten demostrar que existen dos países en uno: un país superficial y un país profundo, integrador, inclusivo, humanista y poético. Se da a conocer el Chile profundo, del que me he enamorado".

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