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Del periodista Rafael Valle

Vida, obra y genio: el libro de Themo Lobos

sábado, 21 de abril de 2018

IÑIGO DÍAZ
Cultura
El Mercurio

"La gran aventura de Themo Lobos" es una biografía a partir de la buena memoria del dibujante creador de Mampato y Ogú, fallecido en 2012.



No hubo ni habrá tensión mayor en una historieta chilena entregada por capítulos como la que dejó en vilo a un país completo de niños lectores. Ese mismo día de 1978 se enteraron de que la revista "Mampato" se cerraba.

"Yo tenía siete años y quedé angustiado. Mampato estaba abandonado en el Jurásico, en una noche de tormenta, muerto de miedo, y encima había perdido su cinto espacio-temporal", rememora el periodista e investigador Rafael Valle. Las cuatro páginas semanales de la historieta del niño viajero en el tiempo, de Themo Lobos, finalizaban cada vez con la leyenda "continuará...", tal como ocurría en la revista "El Peneca", que el mismo Lobos leía de niño en los años 30.

"El suspenso que dejó ese 'continuará' fue impresionante. Duró unos 10 años, cuando Themo completó la aventura de Mampato por su lado", apunta Valle, autor del libro que viene a poner un punto final a la historia no contada del dibujante y educador.

Como gesto de respeto, Valle finaliza con un propio "continuará..." cada capítulo de "La gran aventura de Themo Lobos" (Sudamericana, $16.000), una biografía con abundantes ilustraciones y originales desconocidos, escrita a partir de la memoria del autor, fallecido en 2012. Alterna una narración documental con las conversaciones que desde 2009 sostuvo los sábados en la casa de Concón, donde Themo residió sus últimos años, parapetado en su taller de dibujo y su biblioteca de tres mil volúmenes.

"Lo principal para mí era conocer al personaje, por eso me pareció más interesante hablar desde su ambiente. A Themo le gustaba recibir gente: si lo llamabas, te decía que fueras a verlo, aunque no supiera quién eras. Tenía muchos seguidores", dice Valle.

Dos pesos pesados

"Cuando alguien cita a un dibujante chileno, Themo es el que nunca falla. Dejó también una huella como educador", dice. El ingenio y dinamismo creativo le permitieron a Themo diseñar instrumentos de enseñanza. Partiendo por el cinto espacio-temporal de Mampato, "una excusa para hablar de historia", señala Valle, o el irlandés O'Tully, que pronunciaba el castellano con dificultad, de modo que Themo se aprovechaba para exponer así el correcto uso de las palabras. "En su época de la revista 'Cucalón', en los 80, creó la 'themología', que enseñaba el origen de las palabras: su propia etimología", agrega.

La biografía expone aspectos no del todo conocidos de su vida temprana en familia. Temístocles Nazario Lobos Aguirre, nacido en 1928 en San Miguel y criado en una quinta de Gran Avenida y en la entonces campesina Renca, era llamado Temo o Temito. Tenía excelente caligrafía y su madre lo reprendía por pasar las tardes "dibujando monos" en lugar de jugar con sus cinco hermanos.

También se revela su breve paso por la Escuela de Bellas Artes y sobre todo su vínculo comprometido con la Escuela de Artes Aplicadas, junto a sus inicios como dibujante de 19 años, con los personajes Ferrilo y Homero, que aparecieron en el diario La Nación, y más tarde su definitoria participación en la industria editorial.

"Traté de darle a la biografía un tono de historieta, porque su vida fue como una historieta. Con los buenos momentos y también los complicados. Había que contar la rivalidad que Themo tuvo con Pepo", dice Valle, en referencia al episodio que lo enfrentó con el autor de Condorito.

"A fines de los años 40, Themo le había mostrado unos bocetos de un personaje que era un cóndor antropomorfo. La sorpresa fue grande cuando vio en la revista 'Okey' al Condorito Aventurero firmado por Pepo, con enormes semejanzas a su personaje Sofanor. Eso marcó a Themo, que en adelante sería muy receloso de su trabajo", cierra.

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