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Cururo

domingo, 22 de abril de 2018

Por Martín Torres. Ilustración: Francisco Javier Olea.
Animales chilenos en peligro
El Mercurio

Este esquivo roedor es capaz de construir una auténtica ciudad bajo tierra y jamás saca su cuerpo completo fuera de sus túneles. Temeroso de los humanos, su vida subterránea está amenazada principalmente por la pérdida de su hábitat.



CARACTERÍSTICAS

Este roedor endémico de nuestro país, cuyo nombre científico es Spalacopus cyanus, se caracteriza por ser fosorial, es decir, que pasa toda su vida bajo tierra. "Solo saca la mitad de su cuerpo a la superficie. Si buscas 'cururo' en Google, verás fotos del animal asomado de la mitad del cuerpo para afuera", asegura Roberto Nespolo, biólogo de la Universidad Austral de Chile especialista en mamíferos pequeños, que hace 15 años estudia a esta especie. 


El cururo mide entre 8 y 10 centímetros de largo. Sus orejas también tienen un tamaño reducido y sus ojos son de un tono que se acerca al azul marino. Su pelaje es completamente negro y su cola es extremadamente corta. En su cara se destacan sus poderosos incisivos y en sus patas delanteras sobresalen grandes garras prensiles, que usa para cavar y construir galerías bastante extensas y complejas, en terrenos cubiertos de vegetación con raíces y bulbos comestibles, que es de lo que se alimenta, pues es herbívoro. 

"Es social, vive en grupos familiares extendidos y tiene un sistema de comunicación por sonidos que se transmiten por sus galerías", agrega Nespolo. De hecho, su nombre se debe justamente al sonido que hace, que -según el experto- suena algo así como "guruguruguru". En épocas de sequía, el cururo se convierte en un animal de hábitos nocturnos y se aleja hasta lo más profundo de sus túneles.


DÓNDE OBSERVARLO
Si bien puede ser visto desde Caldera, en la Región de Atacama, hasta Chillán, en la del Biobío, se concentra en lugares específicos, ya que no tiene capacidad migratoria. "Se distribuye en la zona centro-norte de Chile, hasta unos 1.800 metros de altura. Prefiere las zonas donde abunden plantas bulbosas, como la añañuca", explica Roberto Nespolo. Además, dice que hay "poblaciones bastante numerosas en Quebrada de la Plata, en Maipú, también en la Región de Valparaíso, y en varias localidades de la Cordillera de la Costa". 


Como apenas salen de sus túneles y no los abandonan nunca, son muy difíciles de observar; y a pesar de que tienen la costumbre de asomarse para vigilar que no anden depredadores cerca, son muy tímidos y huyen especialmente de los humanos. 

Actualmente, el cururo está clasificado como una especie de "preocupación menor" por el Ministerio del Medio Ambiente y la UICN. Sin embargo, igual tiene amenazas, principalmente relacionadas con la perdida de hábitat y, en específico, con la construcción de carreteras. "Es importante protegerlos, pues pertenecen a nuestra fauna nativa de mamíferos, endémica y única. Además, es uno de los pocos roedores fosoriales que tenemos y, además, controla el crecimiento de plantas invasoras", afirma Nespolo.


PERFIL
Nombre científico: Spalacopus cyanus.Distribución: Desde Caldera, Región de Atacama, hasta Chillán, Región del Biobío.Tamaño: Entre 8 y 10 centímetros de largo. Estado: "Preocupación menor", según el Reglamento para la Clasificación de Especies (RCE) del Ministerio del Medio Ambiente, y también según la UICN.

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