No fue fácil, y sabe que el camino por recorrer tampoco lo será, sin embargo, Piera Ceresa (28) está convencida de que puede encantar a los australianos con el trabajo textil que se hace al sur de Perú y en el norte de Chile. Hace dos años partió a Sídney con su pareja; él quería realizar un magíster y por su nacionalidad neozelandesa le otorgaban a ella una visa para poder buscar trabajo.
Piera, ingeniera comercial de profesión, buscó empleo como tal sin éxito, por lo que tomó trabajos menores de garzona o de baby sitter, hasta que una amiga le abrió los ojos. "Me habló de emprender y me dijo que por qué no llevaba a Australia los tradicionales textiles andinos", cuenta.
Empezó a ver qué había en Sídney. Encontró poco, y nada le pareció de muy buen gusto. Piera decidió viajar a "escoger con pinzas" las piezas más atractivas -"no solo de esas con rayas"- y hacer que los australianos, en general con un estilo más conservador, se atrevieran con estos coloridos diseños. Llegó a los cerros más recónditos de los Andes buscando a las artesanas, y consiguió establecer lazos y comprar alfombras y mantas con las que comenzó a recorrer las tiendas para ofrecerlas.
"Tuve varias negativas, pero soy muy insistente. Ahora ya estoy en doce", dice. Dos familias de artesanos hacen de intermediarias para enviarle fotos y videos de lo disponible, para que así ella pueda encargar remotamente. La gracia es que además está creando bolsos de viaje, carteras, forros para computador y para iPad -a partir de estos tejidos de lana de oveja y alpaca- para ofrecer accesorios distintos. "Esto tiene mucho potencial", dice confiada.