Dólar Obs: $ 948,61 | -0,72% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.237,20
IPC: 0,40%
La revancha del detective que pudo haber descifrado el enigma del caso Matute:

"Pienso que me reivindiqué, que tuve razón"

lunes, 16 de abril de 2018

Sebastían Henríquez
Nacional
El Mercurio

Carlos Stuardo tomó la indagación en su origen y acusa que una "encerrona" lo sacó de la causa. La arista que halló a diez días del hecho y que fue "archivada" debió haber sido indagada, según la ministra Rivas.



"A mí no me dejaron vivir". La frase es de Carlos Stuardo Cariaga, el comisario de la Policía de Investigaciones de Concepción a quien le asignaron en un comienzo el caso de Jorge Matute Johns, y quien por estos días vive una especie de revancha luego de que su tesis original -conocida como "Hoja de Parra"-, desechada por su jefatura, se convirtiera hoy, según la justicia, en una hipótesis no agotada y que debió haberse seguido para aclarar la desaparición y muerte del universitario penquista, en noviembre de 1999.

Esas seis palabras también resumen el impacto personal que le significó el caso. A tal grado, que el detective -ya retirado- dice hoy que hubiera preferido no tener nada que ver con la pesquisa.

Incluso cuenta que, en 2015, cuando la ministra Carola Rivas ordenó encontrarlo para conocer su versión, se arrancó. "Anduve un mes sin que me pudieran encontrar. Yo sabía que me estaban buscando, pero estaba 'chato'. No dejé que me ubicaran. Hasta que me llamó ella, me pinchó el teléfono y fui a la Corte".

Se ríe cuando recuerda esa anécdota. Y a lo largo de esta entrevista se reirá también cada vez que quiera asegurar que es un buen policía. Es algo que no dice, pero que le importa. En su maletín tiene recortes de diarios de Concepción y de Ovalle, donde estuvo destinado. Son portadas, todas contando cómo resolvió crímenes en que la víctima estuvo desaparecida años, hasta que él develó los asesinatos.

Todos son casos como el de Jorge Matute. Pero de esa causa, admite, tiene malos recuerdos. Personales.

"Bajaron todos los jefes a conocer a la distinguida dama"

Stuardo tomó la investigación por encargo de la primera jueza responsable, Flora Sepúlveda. A los pocos meses, la Policía de Investigaciones, como se llamaba entonces la PDI, envió a Héctor Arenas para que asumiera la dirección de la investigación. Chocaron pronto, recuerda. Una cosa de caracteres, algo personal, precisa.

"Lo primero que le dije fue que empadronáramos a la gente que estuvo en los moteles cerca de La Cucaracha (el local donde se vio a Matute por última vez con vida) y ahí empezó todo".

Uno de los empadronados fue él. Esa noche, Stuardo, entonces casado, estaba en el motel de al lado de la discoteca. Con su amante.

"Un día siento el grito '¡que suba al tiro a la oficina!'. Y no me imaginé. Estaban todos los jefes de brigada, el jefe zonal, más Arenas, claro".

"Fue una encerrona", añade el retirado detective.

"Me preguntaron y me puse choro. 'A ver, ¿qué quieren?', dije. '¿Quieren que les presente a la mujer con la que andaba ese día, porque no estoy claro de qué se trata esto?'".

Nadie contestó, relata. Stuardo solo vio que le pasaron el teléfono, con el altavoz conectado.

"'Ahora vamos a conocer tus gustos', me dijo el jefe. Y llamé. La pobre no sabía nada. Me contestó '¿cómo está mi perrito', frente a todos. Ella no entendía nada. Le dije que estaba declarando, que querían que viniera. Y vino, llegó al tiro".

Ahí, detalla, empezó su calvario.

"Bajaron todos los jefes a conocer a la distinguida dama. Y yo quería bajar, pero me dijeron que no, que estaba retenido. Me dejaron preso, esa es la verdad de las cosas. ¿Por qué? Porque era uno de los sospechosos. Porque al señor Arenas se le ocurrió en un interrogatorio preguntarle a ella que cuántos tragos había tomado yo, que si atropellé a alguien en el camino, si eché a alguien herido a mi auto. Directamente culpándome a mí".

Ahí terminó la relación de Stuardo con la investigación. Estuvo retenido. Recibió una sanción. Casi lo expulsan. Una de esas cosas que es mejor olvidar, afirma. "Me humillaron. Se ensañaron conmigo", añade. Y agrega: "A mí me gustan las mujeres. He sido desordenado, no voy a negarlo. Desordenado de los buenos, eso sí".

Requerido sobre si este episodio influía en su idoneidad para investigar la desaparición de Matute, responde que "eso no lo sabía nadie hasta que yo lo dije ahora, y eso es lo que la ministra de ahora (Carola Rivas) dice. Según ella, son cosas que no vienen al caso porque son domésticas. Ella lo dice y, efectivamente, también creo que son cosas domésticas".

"La carpeta estaba ahí mismo donde la dejé"

En su conflicto con Arenas, llevaba las de perder. Su contraparte tenía un rango superior y encima llegó a Concepción con el expreso apoyo del entonces director de la institución, Nelson Mery. A Stuardo no le quedó mucho que hacer. Se trasladó a otra comuna. Empezó un negocio. Se olvidó, o trató, de olvidar el tema.

Su trabajo corrió la misma suerte. Aunque al menos las carpetas que armó no las botaron, explica. Quedaron en un galpón de la PDI en Concepción, llenas de polvo, sin que nadie se acordara siquiera de echarlas a la basura.

Eso hasta 2015, cuando la ministra Rivas quiso hablar con él.

"Yo había hablado con personas. Lo de las riñas, le digo al tiro, lo descarté. Lo de los cabros Araos, lo descarté al tiro. Se tenían mala, pero no pasó de eso. Lo de Betanzo, también. Ese era un gallo que tenía su negocio, que no se metía con nada, y que no tuvo nada que ver".

La tesis de Stuardo es que había un grupo de personas que llegó esa noche a "La Cucaracha" porque tenía lugar una fiesta tecno. Coincidentemente, se repartieron varias entradas en la ciudad, así es que llegó mucha gente, estudiantes y un grupo de homosexuales.

"No tengo nada contra los gay . Es que, armando el tema, me di cuenta de que podrían haber drogado a alguien. Ellos. Un grupo en particular. No sabía qué droga podría haber sido, le pusimos 'Hoja de Parra' por ponerle un nombre. Podríamos haberle puesto cualquier otra cosa".

Stuardo relata que pasaron años hasta que llevó a la ministra al lugar donde guardó, antes de dejar el caso, la carpeta que rotularon como "Hoja de Parra".

"Me va a creer que estaba ahí mismo donde la dejé. Todas, porque eran varias carpetitas, pero estaban todas", cuenta.

Esta tesis surge de un trabajo que la unidad policial penquista venía realizando desde un mes antes de la desaparición de Matute, a raíz de sucesos que ocurrían en dicha discoteca. En esas diligencias participó el entonces inspector Erwin Rojas, subalterno de Stuardo, y quien fue asignado al equipo que investigó originalmente el caso.

Sin saberlo entonces, la versión de Stuardo se convirtió en la más concordante con la evidencia científica que Rivas recopiló después de volver a examinar el cuerpo de Matute. En los restos del joven se encontró una droga, un barbitúrico. Eso le dio certezas a la jueza como para que hace dos semanas entregara la carpeta "Hoja de Parra" a la familia Matute y a sus abogados en una reunión a la que los citó en la Corte de Apelaciones de Concepción. Luego del encuentro, Rivas aseguró que llegó a una lista de 12 sospechosos, de los que siete están fallecidos.

La ministra fue dura con la policía. Aseguró que los conflictos entre la PDI y Carabineros retrasaron la investigación.

Hoy, Stuardo se siente bien con el rumbo que ha tomado la causa.

"Pienso que me reivindiqué, si se puede plantear así. Que tuve razón".

DENOMINACIÓN "Le pusimos 'Hoja de Parra' a la droga usada solo por ponerle un nombre", dice Stuardo.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia