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Fernando Comerón, astrónomo de ESO en Puerto de Ideas:

La vida en otros rincones del universo podría no ser muy diferente a la de la Tierra

lunes, 16 de abril de 2018

RICHARD GARCÍA Desde Antofagasta
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

El especialista en evolución estelar sostiene que hay una universalidad de procesos químicos y físicos que podrían tener un equivalente a nivel biológico. El festival científico culminó ayer con diez charlas en distintas áreas.



La carrera por encontrar vida en otros mundos fuera de la Tierra está en pleno desarrollo, y los científicos ya no solo apuntan a Marte o las lunas Europa y Encelado.

Gracias a los poderosos telescopios actuales ya se han comenzado a analizar las posibles huellas biológicas de planetas extrasolares. Y ese fue el tema que abordó ayer en Puerto de Ideas Antofagasta el astrónomo de ESO Fernando Comerón, quien fue uno de los diez oradores que participaron este domingo en la quinta edición de esta actividad, que este año atrajo a unas 17 mil personas.

"(Hoy) Tenemos más herramientas para abordar la pregunta, pero encontrar respuestas y estar seguro de ellas es más complicado", asegura.

De hecho, no sabe si sería una vida similar a la terrestre. "En el universo observamos, al menos desde el punto de vista astronómico una universalidad de procesos. Existen los mismos elementos, la física es la misma, la química también, y cuando la naturaleza aprende a hacer algo, tiende a aplicar ese método o replicarlo en otros lugares".

Y agrega: "No sabemos si la configuración de la vida como la conocemos en la Tierra es el resultado de una serie de accidentes, de historias que se han presentado de la misma manera en otras partes del universo o si es un caso excepcional. Por ahora tenemos un solo ejemplo y es una de las grandes respuestas que nos pueden proporcionar otros sistemas planetarios".

Un elemento clave es la molécula de agua, dice: "Es un medio que probablemente sea imprescindible para el desarrollo de la vida". Lo mismo ocurre con la molécula de carbono. "Es capaz de formar compuestos orgánicos con características tales, que es muy probable que cualquier forma de vida se base en ella. Hay indicios fuertes de que otras formas de vida se pueden basar en una química parecida a la de la Tierra, y eso es lo que estamos buscando y, en cierto sentido, también es lo más fácil de buscar", asegura.

Comerón estima que en unos 10 o 20 años más podría existir la primera evidencia científica de vida en otros mundos, pero también cree que la aceptación del hecho no será inmediata y aparecerán muchos investigadores cuestionando el hallazgo.

Mientras Comerón presentaba su visión de mundos lejanos, en otra charla el biólogo celular Tomas Kirchahusen reveló que también estamos atravesando la frontera del conocimiento, pero hacia nuestro mundo interior gracias a microscopios electrónicos que pueden registrar en tiempo real la actividad celular y de otros organismos.

"Ya podemos ver a los virus cuando están infectando una célula, tanto su llegada, cómo aterriza en la superficie de la célula, cómo penetra al interior de ella y cómo suelta su colesterol. También podemos ver cómo ingresa el mal colesterol a la célula e incluso podemos observar organelos especializados celulares como la mitocondria y el aparato de Golgi en acción. Son procesos que ocurren no en una sino en todas las células al mismo tiempo".

Y añade: "Antes solo se podía ver la respuesta global del individuo, si tenía fiebre o si había contraído una infección. Ahora se puede ver cómo responde cada célula a la infección, y lo que hemos observado es que no solo es un virus el que ingresa sino que son cientos y solo uno va a tener éxito".

La jornada de ayer se completó con otras ocho charlas que abordaron desde el comportamiento lúdico de los primates hasta las angustias derivadas de la globalización y la pérdida del sentido del ser.

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