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Enseñarán a fabricar los componentes para obtener luz:

Cuatro mujeres aimaras y mapuches llevarán la energía solar a sus comunidades

lunes, 02 de abril de 2018

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Durante seis meses estuvieron en India aprendiendo a construir sistemas fotovoltaicos con los que ahora comenzarán a iluminar las casas de sus remotos pueblos en Tarapacá y La Araucanía.



Vestidas con sus trajes típicos, Isabel Caripán, Silvia Huarachi, Sunilda Flores y Sussana García llegan a la Embajada de la India en Santiago. Acaban de aterrizar de un largo viaje desde Tilonia, en Rajastán, India, después de seis meses de aprendizaje intensivo durante los cuales se convirtieron en "mamas solares" o ingenieras solares.

Las 53 horas de viaje parecen no haber hecho mella en estas mujeres de origen aimara y mapuche, que destilan energía mientras le cuentan a la embajadora, Anita Nayar, cuando se escaparon del "teacher" para subirse a un camello, que les gustó mucho comer chapati, pero la comida picante no tanto; que visitaron el lago sagrado de Púshkar y las sobrecogió el Taj Mahal.

Pero cuando comienzan a hablar de energía solar y cómo energizar a sus comunidades, el tono se vuelve serio y ejecutivo.

Con el apoyo de Enersa, una empresa chilena de energías renovables no convencionales, las cuatro mamas solares chilenas fueron becadas por el Programa de Cooperación Técnica y Económica de la India (ITEC, por sus siglas en inglés) para seguir un curso de energía solar fotovoltaica en Barefoot College, un instituto que lo imparte solo a mujeres de zonas rurales de todo el planeta que no cuentan con acceso a electricidad.

Ellas y sus 34 compañeras de 14 países tienen por misión llevar lo aprendido de vuelta a sus comunidades e iluminarlas con energía solar.

"Lo primero que aprendimos fueron los valores y los pesos de cada resistencia. Al principio nos quemábamos los dedos desoldando aparatos que ya estaban armados, porque se trabaja mucho reciclando piezas", dice Isabel.

"Después comenzamos a hacer lámparas de pared y linternas solares y fabricamos los charge controllers , que son la memoria principal que pasa la energía del panel solar a la batería y de ahí a las lámparas. Todo lo construimos desde cero", añade Sunilda.

Y Sussana completa: "También estamos capacitadas para mantener los sistemas en nuestra comunidad y solucionar problemas si algún componente se echa a perder, se quema o no funciona".

Lenguaje universal

Para sobrepasar las barreras idiomáticas, las clases se hacían principalmente usando diagramas, códigos de color y números, y algo de inglés.

Así aprendieron a fabricar un kit que instalarán en todas las casas de su comunidad, que incluye cuatro lámparas y un enchufe para cargar celulares y otros dispositivos pequeños. También elaboraron un kit para el taller donde enseñarán lo que aprendieron y fabricarán y repararán los componentes de los sistemas fotovoltaicos.

Su urgencia ahora es conseguir apoyo financiero para traer desde India los insumos necesarios para construir los equipos con que darán luz a su gente.

Sunilda lo hará en Quebe y Sussana en Ancuaque, pequeñas comunidades altiplánicas en la comuna de Colchane. Silvia proporcionará energía fotovoltaica a Bajo Soga -a 90 km de Iquique-, e Isabel hará lo mismo en Traitraico, cerca del lago Calafquén.

"Tenemos que armar un comité de 7 a 8 personas, donde la mayoría sean mujeres, porque este es un trabajo más de mujer", precisa Sussana. Su misión será implementar la instalación y fabricación de los sistemas fotovoltaicos y transferir sus conocimientos.

La embajadora Nayar les dice que tiene grandes esperanzas depositadas en ellas y en su trabajo. "Primero, porque son mujeres, y segundo, porque se trata de energía".

Les ofrece asesoría para postular a fondos en India y las invita a exponer su experiencia en el Cónclave Empresarial Latinoamérica-India, que se hará en Santiago en septiembre, en el que las energías renovables serán uno de los ejes.

"Chile es uno de los 32 países miembros de la Alianza Solar Internacional. Este bien podría ser un proyecto que Chile presente ante la alianza. Queremos que este conocimiento se diversifique", dice Anita Nayar.

Y nosotras, apunta Sunilda, "queremos demostrar lo que aprendimos y que nuestras comunidades vean lo que sabemos hacer y darles la felicidad de tener luz".

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