Hipólito Améstica llegó en 1971 a la avenida Las Rejas, a una cuadra de Ecuador. En 2013 le instalaron una megatorre de 23 pisos a centímetros de su muro medianero y hasta hoy se han seguido levantando edificios en la cuadra hacia el sur. "No le preguntaron a ningún vecino cómo queríamos el barrio, con áreas verdes, con espacio de recreación, estacionamientos, con acceso para los camiones de la basura, los bomberos, el flete. Todos se estacionan acá", reclama con amargura. La vereda apenas supera el metro de ancho. El 6 de abril se cumplirá un año desde que el entonces intendente metropolitano, Claudio Orrego, subió a Twitter la imagen de un conjunto de torres de gran altura en Las Rejas con Ecuador, que gatilló la discusión sobre los denominados "guetos verticales". Los críticos los bautizaron así por la densificación desproporcionada que traen al sector, la disparidad de dimensiones con su entorno y por ser focos de hacinamiento humano. A un año de que estallara la controversia, al edificio aledaño al de Améstica se sumó otro de 29 pisos, listo para ser habitado, y al lado hay otro en construcción, que ya lleva 23 pisos. En uno de los inmuebles quienes ingresan a pie deben hacerlo a través de torniquetes. A simple vista, además, es posible observar desde Alameda, entre Las Rejas y Toro Mazote, varias plumas de construcción. "Fue la polémica pública la que hizo que, por fin, el municipio iniciara la discusión de un seccional y no de un plan regulador en toda comuna, con lo cual se congelaron nuevos permisos", señala el ex intendente. William Celis vive en la villa Santa Petronila, aledaña a los "guetos verticales". Padece a diario otras externalidades: cuando toma el metro, tiene que dejar pasar hasta tres trenes hasta abordar uno; esperar hasta media hora en una caja de supermercado y, dice, "también ha disminuido la presión del agua". Sobreocupación La investigadora del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC, Magdalena Vicuña, señala que Estación Central "es de toda lógica que se densifique y que crezca en altura", por su buena ubicación y servicios. Sin embargo, recalca que otras comunas como Santiago (sector de Parque Almagro), San Miguel, Ñuñoa, Independencia, Recoleta o Macul tienen sectores de alta densidad y torres de gran altura, "pero con menos pisos, con menor cantidad de departamentos y que no ocupan todo el terreno". Según la experta, los departamentos de esas megatorres de Estación Central "se van a depreciar por sobreocupación, es decir, mucha gente viviendo en un mismo lugar. Se puede tener la misma cantidad de personas, pero de una manera más balanceada". El alcalde de Estación Central asegura que "los edificios que se pueden estar construyendo con la misma configuración son previos a 2017. Lamentablemente eso quedó desregulado producto de esta falta de voluntad que hubo en 2008 de aprobar el plano regulador", afirma. Origen del problema El edil recurre a la misma justificación de hace un año para explicar el fenómeno: asegura que la municipalidad tramitó en 2008 el proyecto de plano regulador, pero que la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) lo dejó pendiente. "Si se hubiera aprobado, nada de lo que se ve hoy día hubiese ocurrido", dice el alcalde. Al revisar el expediente en el Sistema de Evaluación Ambiental, se observa que el entonces alcalde Gustavo Hasbún desistió del proyecto. Delgado señala que en 2014 la municipalidad intentó tramitar el proyecto de plano regulador, pero que la Contraloría resolvió que debían hacer un nuevo instrumento de planificación. Delgado plantea que tras la polémica por las megatorres la municipalidad anunció una modificación al plano regulador (fijó una altura máxima de 15 pisos), pero que ingresaron una última modificación, que debe ser visada por la Seremi de Vivienda, que limita las alturas a 12, cinco y a cuatro pisos y se espera que sea antes del 26 de abril, que es la fecha en que vence el congelamiento de los permisos de edificación, medida que se tomó el año pasado. Buscando una salida En el caso de las autorizaciones ya otorgadas, es muy poco lo que se puede hacer. Así, solo se vislumbran paliativos, pero no soluciones de fondo. Durante el último año, Delgado dice que la municipalidad sostuvo mesas de trabajo con distintas inmobiliarias que tienen los permisos de edificación aprobados. "Y hemos logrado modificar diseños, en que los privados se han comprometido a bajar pisos y densidades. No los podemos obligar, son compromisos de buena fe", indica. Este año, anuncia Delgado, ya hay financiamiento otorgado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de $180 millones para la elaboración del nuevo plano regulador de la comuna. A su vez, Orrego remarca que, una vez desatada la controversia, la Contraloría confirmó en diciembre el criterio de la Seremi de Vivienda: no era posible un sistema de agrupamiento de edificación continua, "en tanto no se determine la altura máxima en el correspondiente instrumento de planificación territorial". Pero mientras aún se construyen "guetos verticales" en Estación Central, la Cámara Chilena de la Construcción critica la restricción de alturas en la comuna, aduciendo que afecta la posibilidad de acceso a la vivienda. Sin embargo, llama a las empresas a "elevar su desempeño, no solo para diferenciarse, sino para proyectarse al futuro" y reconoce que "hay espacio para mejorar las prácticas de la industria inmobiliaria". Congestión "Esto fue una denuncia política. La ausencia de planificación urbana permitió estos errores".
Los edificios carecen de estacionamientos para vehículos de servicio, por lo que tienen que aparcar en Av. Las Rejas.
CLAUDIO ORREGO
Ex intendente metropolitano
"Se instaló la idea de que el municipio de Estación Central había sido negligente, pero el problema ocurrió en 2008, cuando la Corema no aprobó el plano regulador".
RODRIGO DELGADO
Alcalde de Estación Central