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Rodrigo Valdésy su rol en Hacienda: "No estaban las circunstancias para hacer bien mi trabajo"

domingo, 01 de abril de 2018

Carlos Agurto López
El_Mercurio

Hoy, desde la independencia que le da su nuevo rol como académico en la UC, el ex ministro de Hacienda, asegura que no se arrepiente de haber sido parte del gobierno.

Pese a que se oficializó su llegada en octubre, la oficina de Rodrigo Valdés en la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica tiene sus murallas desnudas. En una esquina un librero y en el suelo un mapa enmarcado de las Islas Vírgenes Británicas -destino que recorrió en un catamarán junto a su familia una semana de febrero - son los únicos objetos que acompañan su escritorio.

Más relajado que durante su acontecido paso por el Ministerio de Hacienda, el economista se dispone a contestar, sin temas vetados, la primera entrevista desde su renuncia al anterior gobierno. Autocrítico de su gestión, se refirió a su bullada salida del gobierno, su relación con la ex Presidenta Michelle Bachelet y equipo de asesores, la visión que tiene de las reformas que pretende realizar el Presidente Sebastián Piñera y el futuro de la centroizquierda.

-¿Usted cree que la Nueva Mayoría desapareció o es un proyecto político que puede salir adelante?

"Más allá de los nombres y de los bordes de los grupos, yo creo que hay una cosa mucho más de fondo en la centroizquierda y que tiene que ver con varias cosas. Para volver a tener reales posibilidades de gobernar, primero, no hay que descuidar el centro político. Yo creo que los que no tienen real vocación de poder, creen que sin el centro se va a poder gobernar. Se dan casos muy especiales como con la Presidenta (Bachelet), en que hay una figura muy importante. Pero sin una figura de ese tonelaje, yo creo que hay que tomar en serio el centro".

"Lo segundo es que hay que hacer una reflexión seria sobre la economía, el rol de los incentivos, un sector privado robusto, para tener una plataforma creíble de crecimiento. Yo creo que la gente, como dice Carlos Peña, sintió, vivió y experimentó crecimiento y redistribución, y quiere las dos cosas. Pero entiende que sin crecimiento no hay muchas vueltas. Todavía nos falta tener una plataforma creíble en eso".

"En tercer lugar yo creo que sin partidos políticos fuertes se hace muy difícil tener una plataforma seria de gobierno. Creo que nuestros partidos están muy debilitados y eso dificulta también poder trabajar".

-¿Usted sigue militando en el PPD?

"Sigo en los registros del PPD, pero no tengo una vida partidaria".

-¿Piensa renunciar al partido?

"Es parte de las cosas que tengo que reflexionar en el futuro. No es una cosa que me preocupe mucho hoy. Lo que más me interesa es tener buenos vínculos con todo el mundo de la política, porque me interesa la política".

-¿Se siente parte de este grupo de centroizquierda que ahora es oposición? ¿Tendrá algún rol específico?

"No me siento particularmente importante en el tema de articular una oposición. Me interesan mucho las políticas públicas. Reconozco en este gobierno algunas buenas ideas, buenos cuadros, pero también una visión del mundo que es un poco distinta a la que a mí me gusta. Pero también me siento muy huérfano en el otro lado. La socialdemocracia tiene muy poca carne en este momento y hemos perdido el centro político".

-Considerando que falta esta carne que señala, ¿ve capaz a la oposición de articularse en torno a levantar una figura que compita en cuatro años más?

"Hoy se ve muy difícil, pero en política las cosas cambian radicalmente. Pensemos que la centroderecha estaba más o menos parecido a como se ve hoy la centroizquierda y fueron capaces de rearticularse muy bien".

-Pero también detrás de una figura como Piñera que era súper potente...

"Lamentablemente, tenemos ese problema en Chile. Creo que una de las reformas importantes que hacer es sacar a los ex Presidentes de la escena, porque producen una sombra tan grande, que pocas cosas crecen bajo esa sombra".

-¿Máximo Pacheco puede ser una opción como candidato presidencial del sector? ¿Usted apoyaría tener una figura como él en cuatro años más?

"Mientras más gente tengamos dispuesta a jugar un rol de ser candidato, creo que es mejor. Él fue un muy buen ministro y pienso que sería un muy buen candidato y Presidente, pero estamos en una etapa bastante previa. Creo que no tenemos que descuidar la reflexión más de fondo. No es solo un problema de caras, es un problema del proceso de entender cuál es el rol de la centroizquierda, cuáles son los límites que tiene un conglomerado. Al final del día creo que nos falta todavía un proceso largo de ponernos de acuerdo".

-Usted dice que no hay que perder el centro político. ¿Se puede llegar a acuerdos con un bloque tan amplio que iba desde la DC hasta el Partido Comunista?

"Es bien difícil. Hay, además, un tema bien importante y es que va a ser difícil que un gobierno en el futuro tenga una mayoría en el Congreso como la que tuvo el gobierno pasado. Ese hecho de tener mayoría cambió la forma de hacer política muy fuertemente. Creo que vamos a volver a tener más bien gobiernos que no tienen esta mayoría obvia en el Congreso y, por lo tanto, la lógica de lograr acuerdos, pactar, va a ser más parte del día a día. Más parecido a lo que le pasó a todos los gobiernos de la Concertación".

-¿Usted volvería a ejercer un rol en un eventual futuro gobierno de la centroizquierda?

"No, ya hice lo que tenía que hacer y me interesa la política pública, pero también tengo familia, tengo otros intereses. Feliz de apoyar, pero un poquito más de lejos".

-¿Cuál cree que es el legado de la Presidenta Bachelet?

"Yo creo que son varios, pero (silencio) a mí lo que más me llamó la atención del gobierno en el que estaba era hacer una apuesta de poner plata y esfuerzo político en educación. Uno puede discutir montones si las reformas tienen que ser distintas, pero después de mucho tiempo tuvimos un cambio estructural grande en educación. Yo valoro mucho ese foco porque creo que se juega mucho el desarrollo de Chile en que tengamos un sistema educacional mejor que el que teníamos antes".

-Respecto de otras políticas públicas, por ejemplo, la reforma tributaria o la misma reforma laboral, ¿siente cercanía por ese legado también?

"Esas cosas son instrumentos para otras cosas. Lo laboral es un tema en sí mismo, pero creo que del punto de vista del largo plazo, yo creo que esta apuesta por la educación, más allá de que son bien debatible las formas, los cómo, yo creo que eso tiene un valor enorme. En segundo lugar yo pondría más bien la agenda de libertades personales como un tema. Aunque yo creo que eso era un proceso más gradual que ya venía en Chile desde hace varios gobiernos".

Entonces se siente más cercano a ese legado: educación y libertades individuales ¿Son aspectos necesarios de defender? ¿La centroizquierda debe enfocarse en defenderlos?

"Yo no quiero dar la impresión de que el legado es lo que está escrito en las leyes y punto. Es un cambio de foco. Todas estas cuestiones son perfectibles, si se hacen bajo un montón de restricciones económicas, restricciones políticas, restricciones de lo que en el momento está de moda o lo que el movimiento social toma como una verdad. Todas esas cosas son restricciones factuales, por lo tanto, yo estoy muy de acuerdo con algo que dijo el secretario general de la OCDE: las reformas son un estado mental y hay que estar siempre alimentándolas. Yo creo que tomar más en serio la educación, poniéndole plata, es necesario. Poniéndole el mejor diseño posible, lo que es posible va cambiando en el tiempo.

"Parte de no querer seguir en el gobierno fue para proteger el rol del Ministerio de Hacienda"

-Usted renunció tras el rechazo a Dominga. ¿Sigue creyendo que la actuación del consejo de ministros estuvo viciada?

"Nunca he dicho que estuvo viciada y tampoco creo que me corresponde decirlo".

-Pero cuando el gobierno actual se abstiene de la conciliación que empujaba el tribunal ambiental dice que la decisión se justificaba a la espera de que el tribunal se refiriera al fondo de la acusación, y era que ustedes acusaron que el proceso estaba viciado. Le vuelvo a preguntar, ¿cree que el proceso estaba viciado?

"No creo que corresponda que yo dé mi opinión sobre eso. De partida no soy abogado para tener una lógica legal respecto de ese proceso. Además, yo no era parte de ese comité. Lo que sí puedo decir es que en mi salida se juntaron más cosas que solo Dominga y todo lo que dije el día que salí todavía vale. Hay momentos en que es mejor salir porque las posibilidades de aportar se van estrechando".

-¿Cuáles fueron las otras cosas más allá de Dominga?

"Distintas cosas. Lo que puedo decir es que hubo una evaluación de decir "¿puedo aportar como estoy trabajando?" y la conclusión fue que no era así. Creo que no tengo más que agregar respecto a lo que dije ese día".

-¿Cómo quedó la relación con la Presidenta Bachelet tras este episodio?

"La he visto pocas veces, pero las veces que la he visto ha sido muy amable. El otro día escuchaba a Paula Narváez en la radio que decía que la Presidenta era muy buena para entender las circunstancias de cada persona y creo que ella entiende las circunstancias. También entiendo las de ella".

-¿Qué tanto pesaban las opiniones de Ana Lya Uriarte, Pedro Güell, o Haydeé Rojas en la Presidenta Bachelet?

"Me tocó trabajar muy de cerca con Ana Lya como jefa de gabinete, estaba en las reuniones, tenía un rol muy importante en nuestras discusiones. Con la Haydeé trabajé menos, pero ella sé que trabajaba completamente para la Presidenta. Con Pedro Güell también trabajé mucho. Me llevo muy bien con los tres. Me es muy difícil calibrar cómo era el proceso de decisión de la Presidenta respecto de qué input le daban ellos. No tengo idea. Uno ve una parte de todo, fuera de leer estas ideas que están en los medios, la verdad es que no tengo particular inside ".

-¿La figura de estas personas influyeron en su decisión de renunciar?

"La decisión fue tras una evaluación mucho más global. No tiene que ver con una persona en particular".

-Durante el gobierno de Bachelet se habló que Hacienda perdió la influencia que había tenido en gobiernos anteriores. Usted tuvo varios episodios tensos, con Ximena Rincón en la reforma laboral, con Alejandra Krauss por pensiones, Marcelo Mena por Dominga. ¿Sintió esa pérdida de poder?

"Me sentí siempre muy apoyado por la Presidenta, en particular en los temas fiscales. Creo que ella tenía una responsabilidad respecto de la sostenibilidad fiscal muy bien desarrollada. En temas más debatibles, en que se juntan eficiencia y equidad, y muchas veces chocan, había más discusión y en eso había gente que tenía opiniones distintas a las de Hacienda. Creo que parte de no querer seguir en el gobierno fue para proteger el rol del Ministerio de Hacienda. El Ministerio de Hacienda requiere de cierto poder para funcionar bien".

-¿Sintió que ya no tenía ese poder?

"No estaban las circunstancias para poder hacer bien mi trabajo. Si eso es poder u otra cosa, no sé".

-¿Eso comenzó cuando desde el segundo piso de La Moneda se definió que comenzaba el plan para defender el legado de la Presidenta? ¿Usted quizá era un tope para eso?

"No, eso fue mucho después".

-Pero, por ejemplo, en el caso de la reforma laboral había una diferencia importante en el gobierno respecto a cómo se debía actuar...

"La reforma laboral es uno de los episodios de los cuales tengo más dudas sobre si todo el proceso que hice fue el correcto. Ex post creo que podría haber tomado otras decisiones".

-¿En qué materias?

"A mí me tocó entrar en un momento muy particular. Desde hace décadas que no le tocaba a un ministro de Hacienda subirse a un gobierno en pleno funcionamiento, con todos sus problemas. Tuve que empaparme de muchas cosas que no tenía particular experticia. Quizás dejé correr más tiempo del ideal y debí haber clavado algunas banderas antes".

"Lo laboral es un tema bien complejo, políticamente muy cargado, y donde chocan la lógica de la eficiencia con la lógica de la redistribución. Y con grupos de poder que están muy interesados en cómo se hace esto, básicamente sindicatos y empresarios".

-¿Faltó que empujara con más fuerza por la lógica de la eficiencia?

"No sé si ese fue el problema mayor. No me gustó cómo fue el final con lo del Tribunal Constitucional y con lo del veto".

-¿Usted no estaba de acuerdo con el veto?

"Las opiniones que uno le entrega a los Presidentes quedan en privado".

-Queda claro que la Presidenta tomó una decisión diferente a lo que usted propuso ¿Es ahí cuando usted comienza a sentirse menos apoyado?

"Creo que mi salida no tiene prácticamente que ver con lo de la reforma laboral".

-¿Cuáles fueron los otros factores?

"Son temas de gestión futura. Cómo uno va a bajarse en distintas discusiones que vienen".

-¿Tuvo la real intención de renunciar antes?

(Se toma su tiempo para responder). "Tuvimos conversaciones bien importantes con la Presidenta en algunos momentos sobre cómo organizarnos para hacer un buen trabajo".

-¿Pero en alguna de esas reuniones usted puso sobre la mesa su renuncia?

"No, uno no hace eso. Tuvimos conversaciones muy sinceras respecto de cómo estaba viendo la situación".

-Después de lo ocurrido con el ex ministro de Justicia Jaime Campos, ¿usted se sintió obligado a decir que sí a la Presidenta por algo que no estaba de acuerdo?

"Muchas veces uno hace cosas que podría hacerlas un poco distinto si fuera el dictador benevolente, ese ente que a los economistas nos gustaría ser. Pero hay que compatibilizar distintos intereses, distintas cosas. Si me preguntan si hice algo que iba contra algo fundamental que piense, la verdad es que no. Pero claramente muchas veces uno dice, "pucha por qué no hacemos esto otro", y pierde la discusión. Uno es parte de un equipo que tiene que ponerse de acuerdo, no puede ganarlas todas".

-¿Pero Campos se habrá negado solo porque era el último día?

"No sé. Creo que fue una mala cosa. Creo que hubo cosas en el cierre del gobierno que fueron menos buenas de lo que debieron ser".

-¿Qué otro episodio incluiría?

"La postura de la banda al revés (risas). En realidad no sé cómo en otros ministerios se toman esas decisiones".

-¿Se siente orgulloso de su paso por el gobierno?

"No estoy arrepentido de haber sido parte del gobierno y siento orgullo por muchas cosas. Creo que el esfuerzo que hicimos en un momento bien difícil para el país fue positivo. Estabilizamos una situación súper compleja, la economía venía con crecientes problemas, teníamos un desafío fiscal grande, y teníamos un problema político con la desconfianza de la ciudadanía y el financiamiento de las campañas. Trabajé harto, me gusta involucrarme en los temas. Creo que la labor del ministro de Hacienda es un trabajo como pocos, especialmente en un gobierno con los desafíos que tuvo este. A mí me gusta mirar el mercado y el resultado fue bueno. Entre el día que entré y me fui, la bolsa chilena rentó 19% más que la Alianza del Pacífico y 16% más que el promedio de mercados emergentes. El riesgo país cayó 27 puntos base, mientras que los emergentes subieron en promedio 5 puntos base".

"La reforma laboral es uno de los episodios de los cuales tengo más dudas sobre si todo el proceso que hice fue el correcto".

"Legado de Bachelet: "Hacer una apuesta de poner plata y esfuerzo político en educación (...) más allá de que son bien debatibles las formas, los cómo, creo que eso tiene un valor enorme".



Reforma tributaria: "Integración es particularmente complicada, porque produce una serie de posibilidades de evitar pagar impuestos, lo que parece muy injusto"



-¿Cómo ha visto la instalación del Gobierno?

"Creo que la instalación en general del Gobierno fue bastante prolija. Han tenido pocos autogoles".

-Desde el Gobierno plantearon que no habría una retroexcavadora. Sin embargo, muchos han planteado que está aplicando una "motosierra administrativa". ¿Le preocupan las señales que ha enviado?

"Es que hay cierta tensión, al final del día, entre esta invitación a los grandes acuerdos y el querer llevar a cabo un programa de gobierno que es muy difícil que la oposición lo haga suyo. El Gobierno va a sufrir esta tensión".

-Respecto a la discusión de la reforma tributaria, ¿es deseable bajar tasas o integrar el sistema, considerando los gastos que tiene comprometidos el Estado?

"Simplificar es un buen objetivo que tenemos que trabajar y apoyar el mundo más tecnocrático. Bajar un poco el impuesto corporativo es una idea que tiene ciertos méritos que hay que explorar cómo se compensa. Pero también pienso que volver a un sistema integrado como el que había antes es una mala idea. Es injusto, es caro y hay muchas otras maneras de simplificar. La integración es particularmente complicada, porque produce una serie de posibilidades de evitar pagar impuestos, lo que parece muy injusto".

- ¿Abre espacios para la elusión tributaria?

"Abre espacios para que el objetivo último del sistema integrado, que es que el capital y el trabajo, paguen lo mismo, no se cumpla y terminen pagando tasas completamente distintas. El ISFUT reveló que hay harta plata involucrada, que no sería bien gastada, porque va a un grupo muy específico y que no tiene ninguna necesidad".

-¿Es decir, como dijo esta semana el ex ministro Eyzaguirre, favorecerá solo a los súper ricos?

"Es buena parte de lo que se logra con la integración".

-¿Cree que estarán los votos de la oposición para volver a integrar el sistema?

"Es muy difícil, porque hay muy buenos argumentos para no hacerlo. En cambio, hay muy buenos argumentos para buscar otros mecanismos para simplificar, pero que no abran los espacios que nosotros pensamos son muy complejos".

-Respecto al error de la Dipres para el cálculo del déficit estructural. ¿Hay responsabilidad solo de la Dipres o también recae en la figura del ministro de Hacienda?

"Ambos (Valdés y Eyzaguirre) tenemos cierta responsabilidad, y creo que los ministros previos también, en que nuestra institucionalidad para el manejo fiscal sigue dependiendo de poca gente, muy de confianza, y no es tan robusta frente a errores como uno quisiera. Ahora, parte del control fiscal que hay en Chile se basa en eso, en equipos de la Dipres que tienen este poder y confianza. Pero el hecho es que hubo este error y tenemos que asegurarnos de que no vuelva a pasar. Otro tema distinto que este error también reveló es que hay problemas de la medición del balance estructural hoy. El tema es técnico, pero se puede resumir en la siguiente paradoja: si Codelco vendía a un precio mayor en 2017, el balance estructural empeoraba. Eso es bien raro. Hay que ponerle atención".

-¿Qué cambios se le debe realizar a la regla de balance estructural?

"Las cosas básicas son: Primero, hay que simplificar, que esto sea replicable. Segundo, es muy importante dar una reflexión del rol de la deuda pública en el esfuerzo fiscal. No un techo, yo creo que los techos no funcionan. Creo que es necesario también tener objetivos anuales, y espero que el gobierno actual no cometa el error de tener solo un objetivo de mediano plazo".

-Las señales que hemos visto hasta ahora es que así será...

"Creo que sería un error, porque no amarra en nada el corto plazo. Cuando la regla fiscal funcionó, fue cuando teníamos objetivos anuales".

-¿Qué espera del plan fiscal que anunciará el Gobierno?

"Es muy importante que lo hagan pronto, y no está nada de fácil. Veo que hay ministros de ministerios gastadores que tienen bastantes espaldas. Mi impresión es que el Presidente es bastante cuidadoso en estos temas. Tengo confianza en que van a lograr hacer una política fiscal cuidadosa. Pero hasta ahora no hay plan fiscal. Lo que hay es lo que dijo Andrés Velasco: quieren bajar los impuestos, subir el gasto y bajar la deuda. Además, mejorar la nota crediticia. Esas cuatro cosas no conversan tan bien".

Banco Central: "No me queda duda de que la política monetaria debió ser más expansiva"


-En los dos primeros años de la Presidenta Bachelet hubo un desborde del gasto fiscal. ¿Fue complejo el escenario que usted recibió en 2015?

"Cuando entramos con Jorge Burgos al gabinete, Chile pasaba por una situación bien compleja, tanto política como económica. Nos tocó un examen bien difícil. No sé si lo pasamos completamente bien o mal, pero logramos estabilizar una situación económica y una situación política que se veía compleja. Hubo muchos aspectos del programa de gobierno que se postergaron, aplanaron, rediseñaron".

-¿Cómo evalúa la gestión del ministro Arenas?

"Es de mal gusto hablar de gestiones de otros ministros en el pasado. Más allá de la gestión del propio Alberto (Arenas), en Chile tuvimos la conjunción de un programa súper ambicioso con condiciones económicas súper complicadas. Juntar esas dos cosas fue difícil".

-¿Pero siente que él fue responsable del debilitamiento de la economía?

"Lo que sabemos hoy, mirando números y no dibujando una realidad que no es, es que aproximadamente 1% del crecimiento de Chile se perdió por razones que no se explican por lo externo. Asignar eso a una política específica, una persona, es muy difícil".

-Durante todo el gobierno anterior el gasto público pasó de 21,5% del PIB el 2013 a 25% a finales de 2017. La deuda pública se duplicó, del 12,7% al 23,8% del PIB. ¿Asume alguna responsabilidad?

"Creo que tuvimos una gestión fiscal, en el lado del gasto bastante cuidadosa. Desde el punto de vista macroeconómico, tengo muchas dudas de si apretar más lo fiscal hubiese sido lo correcto. Hubo que compatibilizar promesas con lo que era posible".

-Todo esto se dio en un escenario donde el crecimiento fue súper débil, de hecho, durante el periodo que usted estuvo, fue el periodo más bajo del gobierno. 1,3 en 2016 y 1,5 en 2017 ¿Cree que el sector empresarial congeló la inversión y le hicieron más difícil la tarea al gobierno?

"Hubo un problema de confianza bastante severo con el sector privado. Me tocó enfrentarlo, y creo que lo logramos estabilizar en el sentido de que no empeoró y mejoró un poquito. Parte de los problemas de la izquierda es justamente pensar que un empresario va a dejar plata sobre la mesa por darse un gustito político. Eso no lo creo. Otra cosa distinta es que sean ideológicos y asustadizos, el capital es cobarde se dice muchas veces. Pero es porque arriesgan su plata".

- ¿El Banco Central podría haber ayudado más a la reactivación?

"Traté de ser lo más cuidadoso posible con la independencia del Banco Central cuando fui ministro y prefiero que se equivoque por ser cauto que por arriesgar mucho. Si la inflación es de 2% y el crecimiento 1,5%, bueno, no me queda duda de que la política monetaria debió ser más expansiva en los últimos trimestres. Me parece un error completo este argumento de que si hubiera bajado la tasa, habría que subirla más pronto. Justamente habría que hacer eso porque la economía habría sido otra. Es un pésimo argumento. Pero, cómo decían mis amigos cuándo éramos chicos, pasó la vieja".

Pensiones: "Una reforma que sea más de lo mismo no va a tener los votos"


-¿Qué espera de la discusión que se avecina por pensiones?

"El gobierno tiene una gran oportunidad de lograr un acuerdo. Se ha avanzado mucho en la discusión y no estamos tan lejos de lo que pensamos los distintos actores. Supongo que lo que está en el programa de gobierno del Presidente Piñera es apoyado por Chile Vamos, y lo que estaba en el proyecto de la Presidenta Bachelet estaba apoyado por la Nueva Mayoría. Una combinación de eso debería ser apoyado por la combinación de estos votos".

-¿Hay un sesgo ideológico en la resistencia del actual gobierno a incorporar una figura como el CAC?

"Todos tenemos sesgos ideológicos. Esa cosa que algunos son ideológicos y otros técnicos no es cierto. Una reforma que sea solo más de lo mismo no va a tener los votos, no va a pacificar esta sensación de poco cariño que le tiene el ciudadano promedio al sistema".

-El gobierno quiere incorporar más competencia al mercado ¿Es imprescindible una AFP estatal?

"La AFP estatal compra más problemas que soluciones. Segundo, el tema de la competencia es relevante políticamente, pero no arregla las pensiones. Tengo mucha preocupación de los actores que se han estado mencionando".

-Respecto a la entrada en vigencia de la cotización de los independientes, ¿es urgente que entre en vigor?

"Es urgente e importante. Una de las pocas cosas de las que me arrepiento es no haber sido más porfiado en haber iniciado lo que nosotros mandamos como proyecto de ley, para que esto entrara gradualmente. No hay que esperar, pero hay que gradualizarlo porque si uno entra de un año para otro con 10% va a haber un descontento muy grande".

-¿Pese a que esos recursos pasen a ser administrados por las AFP?

"Sigo pensando que las AFP hacen el trabajo que la sociedad les encargó".

-O sea, ¿hacen bien su trabajo?

"Algunas cosas mejor que otras. Pero si uno ve su desempeño en inversión, hacen lo que les encargamos".

Nuevo rol en la UC: "La experiencia de ministro sirve mucho para enseñar cómo se hacen las políticas públicas"


-Tras su renuncia se incorporó a la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica, ¿Cuál es su rol?

"La universidad me ofreció integrarme a la nueva Escuela de Gobierno que dirige Osvaldo Larrañaga. Tiene un cuerpo de profesores muy interesante. Hay un grupo grande de jóvenes que llegaron de su doctorado hace poco tiempo, haciendo investigación y tenemos otro mundo paralelo de gente con menos pelo, como Máximo Pacheco, Roberto Méndez y yo. Estamos comprometidos con este proyecto, de liderar los procesos , de buscar maneras de tener un mejor gobierno y eso pasa por investigación, docencia, extensión. Y queremos también ampliar la vocación pública de los alumnos de la Católica, que tienen mucha vocación pública, pero tienen al Estado un poco lejos, y queremos acercárselos".

-Esto parece lejano de su rol como economista ¿Cuál va a ser su aporte a este proyecto?

"Estoy enseñando. Estoy en un curso con un colega, con Diego ¨Lazo" Díaz que es cientista político, estamos enseñando introducción a las políticas públicas. Nosotros vemos las políticas públicas no como una rama de la economía solamente, la vemos de una manera mucho más amplia. La experiencia de ministro sirve mucho para enseñar cómo se hacen las políticas públicas. No es solo el diseño en el pizarrón. Estoy escribiendo varias cosas, voy a estar enseñando también en nuestro Magister, que es el programa más importante que vamos a tener en el corto plazo y comienza el próximo semestre. Estaré en un curso más ligado a la economía con otro colega que es economista, Andrés Hojman".

-Usted tuvo ofertas para seguir su carrera en Chile y el extranjero ¿Por qué lo atrajo este proyecto?

"Estuve conversando con la FEN. La verdad es que este proyecto por ser nuevo es muy interesante. Esta idea de juntar más disciplinas es como será el futuro. Yo le digo a mis alumnos la primera clase, "miren acá tenemos ingenieros, trabajadores sociales, sociólogos y economistas, y así una gama de gente, de distintas disciplinas y edades". La realidad es esa, uno no se encuentra afuera con gente únicamente de sus carreras, de su lenguaje y hay que aprender a dialogar con otros".

- ¿Entonces nada contra la FEN?

"No, a la FEN -yo estudié ahí- la quiero mucho, tengo grandes amigos. De hecho, demasiados amigo, pero era complicado trabajar con muchos amigos".

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