miércoles, 16 de abril de 2008
FRANCO VERA MEJÍAS
Economía y Negocios, El Mercurio
Economistas trasandinos critican la poca falta de credibilidad en contratos a largo plazo y las actuales presiones tributarias.
Mientras los sindicatos del campo se reúnen a negociar con la Casa Rosada para llegar a un acuerdo en torno al tema de los derechos de exportación -el cobro a los envíos al extranjero mantuvo por tres semanas paralizado al sector agrícola de ese país-, hay otros problemas que complican a la economía argentina, por la forma en que la Presidenta Cristina Fernández ha conducido esas políticas hasta ahora.
Para Ricardo López Murphy, economista y ex candidato a la presidencia de ese país, la inflación ha tenido un efecto muy negativo en la transparencia, en la organización fiscal y en la distribución del ingreso argentino.
López Murphy, quien también fue asesor del FMI y del Banco Mundial, opina que uno de los mayores problemas de la economía argentina se ha dado en el ámbito de la contractualidad. Según él, se ha perdido la noción de un contrato sostenible en el tiempo, "y creo que en el corazón de toda la dificultad de Argentina está la pérdida de contractualidad. Todo eso se ha quebrado en Argentina", explica.
El problema de la seriedad en los contratos es un tema que comparte el economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Juan Luis Bour. "A diferencia de otros países de la región, Argentina tiene que restablecer la confianza en los contratos, la que se perdió el año 2002 y que aún no se ha recuperado", comenta el economista.
Para Bour, la confianza contractual es un problema que se ha extendido hacia distintas áreas, como el desarrollo de infraestructura y servicios públicos para el país, debido a que nadie quiere tomar contratos a largo plazo, como es el caso de las grandes obras de infraestructura.
Menor inversión
El impacto de la pérdida de confianza en el mercado argentino ya ha calado en la entrada de inversiones extranjeras. "Pasamos de ser el tercer país en recibir inversión extranjera de la región, al quinto o sexto lugar", reconoce Bour. Las señales ya se perciben en el tema energético, explica, en donde Argentina ha pasado de ser exportador de energía, a importador, lo que además se puede ver en otras áreas que requieren de contratos a largo plazo.
En el corto plazo también hay problemas, debido a que la inflación ha hecho perder el rol que tiene el sistema de precios, dice Bour. "Un cambio de precios entre 25% y 30% crea confusión en el sistema de precios, aumenta la incertidumbre y eso mismo crea un deterioro sobre los incentivos a la inversión", explica.
Para Bour, el mensaje que está entregando el gobierno es el de no estar muy preocupado por el tema inflacionario, lo que daría para pensar que la inflación podría ser aún más alta durante este año, en torno al 25%. "Entonces, los sindicatos van a pedir sobre esa cifra en los ajustes salariales", advierte.
