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Tras subir las tasas de las importaciones al acero y aluminio, Washington anunció nuevas disposiciones:

Crece preocupación por "daños colaterales" de una guerra comercial entre EE.UU. y China

martes, 27 de marzo de 2018

Alicia Tagle Crichton
Internacional
El Mercurio

Beijing intenta desescalar el conflicto, mientras en la UE, India y Latinoamérica se evalúan los potenciales impactos.



Las alarmas se están encendiendo ante la posibilidad de que las dos mayores economías mundiales entren en una guerra comercial que cause estragos en todo el globo. Las turbulencias en los mercados financieros persisten, mientras los inversores ya anticipan graves consecuencias si se imponen barreras por la iniciativa del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reducir el déficit comercial de su país con China.

En un intento por bajar la tensión Beijing lanzó ayer un mensaje conciliador. El Primer Ministro chino, Li Keqiang, quien tiene bajo su control la economía de la primera potencia asiática, sostuvo ayer que su país y Washington deberían iniciar negociaciones, al tiempo que reiteró sus promesas de que facilitará el acceso a las compañías estadounidenses. "En relación a los desequilibrios comerciales, China y EE.UU. deberían adoptar una actitud pragmática y racional, promover el equilibrio a través de la expansión del comercio y comprometerse con las negociaciones para resolver diferencias y fricciones", comentó en una conferencia en la que participaron presidentes ejecutivos de empresas globales.

El Financial Times reveló que los funcionarios chinos están trabajando para concluir en mayo -en vez de a fines de junio- el marco legal para que grupos financieros extranjeros puedan adquirir participaciones mayoritarias en firmas bursátiles chinas. El Primer Ministro aseguró además que Beijing tratará de forma equitativa a las firmas extranjeras y locales, así como fortalecerá los derechos de propiedad intelectual; antiguas promesas que, hasta ahora, no han calmado a la administración Trump.

El viernes, el gobierno chino publicó una lista de productos estadounidenses -entre ellos manzanas, vinos y acero- que estarían sujetos a aranceles, luego que Washington impusiera aranceles a las importaciones de acero y aluminio. "No queremos una guerra comercial, pero no le tememos tampoco", advirtió Hua Chunying, vocera del Ministerio de Exteriores de China.

Un día antes de que entraran en vigor los aranceles que impuso el gobierno estadounidense al acero (25%) y el aluminio (10%) -de los que la Unión Europea (UE) y otros seis países se ven exentos temporalmente-, Trump anunció el viernes nuevas impuestos a las importaciones provenientes de China, por un valor de US$ 60.000 millones, una medida que según el Vicepresidente Mike Pence pone fin a "la era de la rendición económica". La portavoz Hua advirtió ayer que sería "más apropiado decir que es el momento de poner fin a la intimidación y a la hegemonía económica de EE.UU.", aunque matizó que Beijing siempre está abierto al diálogo.

El enviado chino a la Organización Mundial del Comercio (OMC), Zhang Xiangchen, pidió ayer a los miembros de la entidad que se unan para impedir que EE.UU. infrinja los reglamentos de esta. El delegado para comercio internacional agregó que Washington "está estableciendo un muy mal precedente al violar descaradamente su compromiso hecho al mundo" y que China está preparada para reaccionar usando reglamentos de la OMC y "otras formas necesarias" para salvaguardar sus intereses.

El gobierno de Trump ya exigió que China reduzca inmediatamente su superávit comercial de US$ 375.000 millones con EE.UU. en US$ 100.000 millones. En una carta enviada la semana pasada, le pidió también que recorte el arancel sobre automóviles y semiconductores estadounidenses, según Wall Street Journal.

En tanto, la Comisión Europea comenzó a estudiar ayer si los aranceles a las importaciones que impuso la Casa Blanca requieren tomar medidas de protección, para evitar que lo productores mayoritariamente asiáticos, inunden Europa de acero. La investigación, que podría prolongarse hasta nueve meses, evaluará que la UE imponga sus propias cuotas o aranceles para evitar que su industria se vea dañada, lo que podría implicar que se vean afectados países como China, India, Rusia, Corea del Sur y Turquía.

Wang Hejun, un alto funcionario del Ministerio de Comercio de China, pidió al bloque europeo que actúe con cautela. Si bien aseguró que entiende que la UE tome disposiciones en respuesta a las restricciones de EE.UU., puntualizó que si las acciones son de alcance mundial "no serían la decisión adecuada".

El pulso comercial entre China y EE.UU. volvió a golpear ayer a las bolsas de París, Londres, Milán, Madrid y Fráncfort, que cerraron su jornada a la baja. De todas formas, el llamado de Li Keqiang a negociar, hizo subir de forma generalizada las acciones de Wall Street.

"Existe un riesgo muy significativo de que, incluso si ambos países (EE.UU. y China) dicen que quieren evitar una guerra comercial, pueden tropezar con una. Si Trump o el Presidente chino, Xi Jinping, deciden aumentar aún más las restricciones comerciales y de inversión, podríamos ver una serie de escaladas de 'ojo por ojo', que convertirán esto en una guerra comercial completa con bastante rapidez", comentó a "El Mercurio" Peter Harrell, experto en políticas económicas y sanciones del Center for a New American Security.

De acuerdo con el sondeo mensual de Bank of America Merrill Lynch, entre gerentes de fondos globales, el 30% de los encuestados citó una guerra comercial como el mayor riesgo individual para los mercados en estos momentos, por encima de la inflación (23%) y la desaceleración del crecimiento mundial (16%).

La Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de India también avisó sobre los posibles "daños colaterales" a los que se enfrentaría el país si la guerra comercial se hace global.

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, reconoció igualmente que hay "preocupación" en Latinoamérica.

"Se está desmantelando el sistema de libre mercado liderado por EE.UU. y se está creando una economía global más híbrida", explicó a este diario Ian Bremmer, presidente de la consultora de riesgo político Eurasia Group. "Eso significa que la política global socavará la eficiencia, reducirá el crecimiento y causará la fragmentación de las cadenas de suministro globales".

El presidente ejecutivo de Apple Inc., Tim Cook, llamó a la calma y a permitir un intercambio abierto, a la vez que invitó a las empresas a adoptar posiciones.

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