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Organizan festivales y usan las plataformas digitales para promocionar su trabajo:

Una nueva generación de chilenas se aventura en el "masculino" universo del cómic

domingo, 25 de marzo de 2018

JANINA MARCANO FERMÍN
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Aunque desde hace décadas ha sido un territorio dominado por hombres, cada vez más mujeres hacen historietas. Más allá de los superhéroes, ellas hablan de las emociones, los estereotipos y hasta de sus propias vidas.



Aunque dibujaba historietas desde 2009, Elizabeth Maldonado (29) no se atrevía a publicar sus trabajos. "Pensaba que nadie los iba a leer. Ahora es normal, pero hasta hace unos años ser autora de cómic era ser el bichito raro", cuenta la ilustradora, quien este año publicó su obra Emisario en www.gutter.cl , un nuevo sitio web que ofrece un catálogo de historietas chilenas a través de suscripción.

"Creo que el miedo es un tema generacional que está cambiando. Ahora las mujeres llegan y publican no más. Se atreven", dice.

De hecho, la mitad de los cómics de Gutter son realizados por mujeres, cuenta Felipe Benavides, creador de la página. "En Chile, de los 30 años hacia abajo, los autores están bien equiparados. Si antes veía a 10 hombres y a una mujer haciendo cómic, ahora veo cinco y cinco", comenta Benavides.

Carlos Reyes, investigador y guionista de cómics, concuerda: "Si me hubieran preguntado hace unos años, podría nombrar a dos o tres chilenas conocidas, pero yo creo que ahora hay al menos unas 30. Todo el rato están apareciendo", dice.

Es algo que también ha notado la pintora y catedrática Marcela Trujillo, mejor conocida como Maliki y una de las primeras historietistas chilenas. Actualmente, en todos sus cursos de cómic la mayoría de los estudiantes son mujeres, comenta.

"Las mujeres siempre hemos tenido el mandato de cuidar lo que decimos y cuando les das la posibilidad de contar cualquier historia, lo disfrutan y lo aprovechan", opina Trujillo.

Constanza Camilla (29), médico veterinario e ilustradora, acaba de publicar en internet el primer capítulo de su cómic Yume no Kaze (sueños del viento, en japonés), que cuenta la historia de un hombre que vive en los años 40 y que tiene cicatrices físicas sin causa alguna.

"Mucha gente no sabe que existe cómic en Chile más allá de Condorito y menos que está hecho por mujeres", dice Camilla, quien agrega que la industria sí lo ha notado. "Desde hace dos años he visto que las editoriales y sitios especializados buscan autoras mujeres, se dan cuenta de que tenemos algo que decir".

Más allá del superhéroe

El cómic femenino de las nuevas generaciones abarca temas que van desde el humor hasta la ficción, comenta Camilla. Emisario, por ejemplo, habla sobre la perseverancia a través de un personaje que debe conquistar un reino. Y Yume no Kaze aborda asuntos históricos, pero son la autobiografía, los estereotipos y el empoderamiento femenino los que más ganan terreno.

"Los temas de género son bien importantes. Ha sido un lugar desde el cual muchas muestran su propio mundo a través de historias", dice Camilla.

Esa es precisamente el área en la que Katherine Supnem (27) puso su foco. Junto a otras tres dibujantes, creó en 2015 el colectivo Tetas Tristes Cómics para impulsar la historieta femenina a través de ferias y eventos. Uno de los más conocidos es "Comiqueras Chile", desde donde han observado el aumento de autoras chilenas.

"En 2016 llegaron solo 10 y el año pasado ya eran más de 30. Pero solo convocamos a las que se autoeditan, a las que hacen todo el proceso solas, dibujan, rotulan, etc. Imagínate si juntamos a las que solo hacen libros o solo dibujan o hacen guiones. Hubiesen llegado muchas más", dice Supnem.

La mayoría de las historietistas concuerdan en que internet y los movimientos feministas han permitido visibilizar su trabajo y ampliar las temáticas más allá de los superhéroes.

"Ha ayudado esta exigencia que están haciendo las mujeres de que se les reconozca su lugar en trabajos que antes eran más masculinos", asegura Supnem, cuyos cómics hablan sobre sida, embarazo infantil y abuso sexual, entre otros temas. Margen y Marginalidad, una de sus obras recientes, cuenta las historias de dos vendedoras ambulantes que reflexionan sobre las diferencias entre estar al margen y ser marginado por la sociedad.

"Ahora con internet ya no es necesario que una editorial te publique para darte a conocer", comenta Sol Díaz, ilustradora chilena con casi una decena de libros de cómics publicados.

"Ahora lo emocional y lo imperfecto también tienen lugar. Los hombres piensan que el dibujo tiene que ser perfecto, con efectos increíbles, pero las mujeres tenemos menos tiempo, tenemos guagua. Lo nuestro que, en algunos casos, es más emocional y menos riguroso, ahora también se posiciona", comenta.

Sin embargo, agrega Díaz, todavía hay eventos y mesas de trabajo a las que solo se invita a hombres. "Nosotras mismas nos hemos forzado en mostrarnos, pero ahora la gran tarea pendiente es lograr que se valoren todas las visiones", concluye.

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