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Universidades chilenas ponen sus ojos sobre sistema anglosajón para financiar becas

miércoles, 09 de abril de 2008

ROXANA IBARRA BRICEÑO
Economía y Negocios Online, El Mercurio

La Universidad de Harvard maneja un fondo de US$ 34.900 millones. En Chile se está mirando el modelo y ya hay entidades como la UC y la Adolfo Ibáñez que cuentan con algunos, y otras como la Diego Portales que lo están estudiando.






Los recursos públicos son cada vez más insuficientes para financiar la educación superior; de ahí que compartir costos entre el gobierno y los estudiantes se está convirtiendo en un constante "dolor de cabeza" para todos los actores involucrados.

Los fondos dotales o endowment se han transformado en la solución en las universidades estadounidenses y británicas (ver recuadro). Las norteamericanas se manejan en casi un 100% con este sistema.

Lo sorprendente es que éstas crearon estos enormes fondos hace sólo 20 años, con un crecimiento sostenido los últimos 8 años. Harvard era la única universidad con más de US$ 1.000 millones como fondo endowment. En la actualidad, maneja US$ 34.900 millones.

Stanford partió con la donación que hizo Leland Stanford y su señora Jane cuando murió su hijo y se ha mantenido así a perpetuidad. Hoy cuenta con un endowment de US$ 17.200 millones.

La Universidad Johns Hopkins también usa este sistema, tanto para su hospital como para la universidad. Los casos son muchos, pues todas las universidades norteamericanas manejan fondos endowment.

Lo interesante es que tienen un Consejo Directivo (Board of Trustees), que es el organismo colegiado máximo, que no está formado necesariamente por académicos.

El profesor Vladimir Marianov, director de la Fundación San Agustín de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, reflexiona que para alcanzar el grado de desarrollo en la educación "debemos entender que tanto las universidades públicas como privadas deben buscar sus fuentes de financiamiento en forma permanente".

Cuenta que el decano de la Universidad de Ohio declaraba que pasaba más de la mitad de su tiempo de trabajo consiguiendo donaciones. La parte académica estaba controlada, pues los profesores eran bastante autónomos.

El año fiscal reciente, los endowment universitarios lograron un retorno promedio de un 10,7% según The National Association of College and University Business Officers (Nacubo) y Tiaa-Cref (un grupo de servicios financieros).

Incipiente en Chile

La UC maneja algunos y está empeñada en seguir implementando otros, de modo de apoyar a los alumnos académicamente calificados, pero de escasos recursos que no pueden enfrentar una mensualidad universitaria.

Algunos los maneja la Dirección Superior; es decir, el rector o pro-rector con un consejo asesor. En el caso de la Escuela de Ingeniería tienen la Fundación San Agustín, a través de la cual reciben grandes donaciones.

El profesor Marianov calcula que con un fondo de $40 millones se podría financiar a perpetuidad un alumno, dependiendo de la carrera. Si el costo de una carrera anual es de $3 millones y se obtiene una rentabilidad de un 6% promedio (cifra bastante conservadora), es perfectamente factible.

La Universidad Adolfo Ibáñez también maneja fondos endowment. Según su rector, Andrés Benítez, es una tradición que recién comienza. "Nosotros tenemos una Cátedra de Empresas Familiares donada por la familia Von Appen. Este fondo se renueva todos los años".

Existe otro fondo de TS Lee, que ha donado fondos a distintas universidades del mundo. En el caso de la Adolfo Ibáñez, donó US$ 100 mil, pero con un destino determinado de uso para ese fondo y es a perpetuidad. Independiente de los fondos, Benítez dice que ellos gastaron más de $500 millones en becas.

En el caso de la Universidad Diego Portales, los fondos endowment se están evaluando, no hay actualmente ninguna estructura que lo soporte, pero sí es una idea a mediano plazo, expresa Mario Pinto, director de Finanzas.

Según Pinto, "desde el punto de vista técnico, los recursos de la universidad provienen en un 99% de los alumnos. Indudablemente que recursos extras como los fondos endowment ayudarían a nivel de distintos usos, no solamente becas".

"El punto crítico es la transparencia que debe existir en su manejo. Para ello deben haber entidades con asesores independientes a la universidad que sean los que asesoren en la inversión y manejo del fondo", dice Marianov.

Las trabas

En Chile se maneja la Ley Valdés y la Ley de Donaciones que permiten la exención tributaria de hasta un 50%.

El profesor Marianov expresa que la ley plantea restricciones extremas que desincentivan a las empresas. "Estas no pueden tener ningún lazo con la institución a la que donan. Pero eso es casi imposible, pues hay convenios que surgen por otras necesidades y no significa que la empresa donante se esté aprovechando del sistema. Por ejemplo, en la universidad necesitamos telefonía móvil y una empresa ofrece una alternativa atractiva para todos los estamentos universitarios, dicha compañía está inmediatamente vetada para hacer una donación que se convierta en endowment".

El otro problema que existe es que las empresas donan en cuotas, precisamente por la traba tributaria. "Eso lamentablemente no ayuda mucho, pues no es lo mismo recibir $1.000 de una vez, e invertirlo, que durante 5 o 10 años recibir su equivalente. En estos casos es casi imposible hacer un gran fondo que es lo que se requiere para solventar todas las becas universitarias".

"No es lo mismo recibir $1.000 de una vez, e invertirlo, que durante 5 o 10 años recibir su equivalente", dice el profesor de la UC Vladimir Marianov.


"¿Qué son los fondos endowment?

Son fondos de inversión que operan de la misma forma que los del sistema financiero, pero con la particularidad de que dan apoyo a largo plazo a alguna labor de una institución. No se usa el dinero del fondo, el que se mantiene a perpetuidad, sino que sólo se emplea la rentabilidad del mismo. Entre sus muchas ventajas, proveen estabilidad económica a la idea de innovación como una política de Estado, al hacer más robusta una planificación de largo plazo en las instituciones que promuevan ideas.

Según el profesor de la UC Vladimir Marianov, quien tiene una amplia experiencia en el manejo de fondos endowment, más allá de las trabas legislativas, en Chile no existe la cultura ni de las empresas ni de los alumnos para que esta idea se masifique.

"Es muy difícil convencer a una empresa, institución o persona natural que done dinero para que se guarde. Además, todavía se piensa que el Estado debe pagar la educación de todos. Tampoco existe el concepto de cooperación por parte de los alumnos. En Estados Unidos, los estudiantes con o sin endowment voluntariamente aportan como una forma de agradecer que la universidad les dio una perspectiva de vida distinta".



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