"Es una campaña muy inusual, que convoca a hombres a través de todo el espectro social y político". Así describe el psicólogo canadiense Michael Kaufman la Campaña del Lazo Blanco, una iniciativa que cofundó hace 26 años para impulsar a los hombres a alzar la voz y condenar la violencia contra las mujeres y niñas. Con presencia en 60 países, este movimiento ve a los hombres como parte de la solución, promoviendo cambios que apunten a la igualdad de género y a una nueva visión de la masculinidad. De visita en Chile, Kaufman dictó una charla en el seminario "Masculinidades y Prevención de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas", organizado por la embajada de Canadá, ONUMujeres, UNFPA y EME-Fundación CulturaSalud. En la ocasión habló con "El Mercurio" sobre las raíces de este problema y cómo enfrentarlo. -¿Qué explica que pese a los progresos de la sociedad persista la violencia contra la mujer? "Hay dos grandes razones. La primera es que persisten las inequidades de género, y en la medida en que el poder y los privilegios los tengan los hombres, va a continuar la violencia de parte de quienes la usan para ejercer su poder. La segunda es una paradoja: la mayoría de los hombres se sienten en algún nivel inseguros de sí mismos y tienen que probar su masculinidad. Algunos lo hacen con el auto que manejan, otros por la forma en que actúan frente a otros hombres, y algunos lo prueban usando la violencia contra otros hombres o contra las mujeres". -¿Qué pueden hacer las sociedades para enfrentar esta situación? "Para terminar con la violencia hacia la mujer, es clave avanzar en igualdad de género. Medidas como igualdad de remuneraciones y leyes que permitan el cuidado compartido de los hijos -como posnatal para padres- ayudan a este objetivo. Y también leyes más fuertes contra todas las formas de violencia hacia la mujer, terminar con el acoso sexual en los lugares de trabajo y capacitar a policías, jueces y periodistas en cómo abordar estos casos". -¿Qué rol le cabe a la crianza? "Se necesitan cambios profundos en la forma en que estamos criando a los niños para convertirse en hombres. Les estamos creando expectativas imposibles de alcanzar: ser siempre fuerte, no expresar debilidad o temor, volverse poderoso, tener control, ganar dinero... Algunos, cuando no pueden lidiar con esto, lo transforman en sentimientos como rabia o agresividad, que son reconocidos como apropiados para un hombre, y en ocasiones, en violencia". -¿Qué rol les cabe a los padres? "Transformar la paternidad es otro nivel de lo que necesitamos hacer. Los hombres deben estar igual de involucrados que las mujeres en la crianza y cuidado de los hijos. Esto ayuda a desarrollar la empatía y permite que los niños crezcan con un modelo de hombre como nutritivo y cuidador. El posnatal paternal -incluso con días no transferibles a la madre- ayuda a apoyar esa transformación". -¿Por qué es importante que los hombres alcen la voz a través de iniciativas como Lazo Blanco? "Porque necesitamos hacer conciencia entre ellos. Y esto es importante, porque la mayoría de los hombres no le pegan a su pareja, no son violadores, es solo una minoría. Pero si la mayoría permanece en silencio ante la violencia hacia la mujer, no lo habla con sus hermanos o sus amigos o si un compañero de trabajo hace un chiste sexista y yo no digo nada, la gente alrededor asume que está bien, que es normal". -¿Qué opina sobre campañas como #NiUnaMenos o #MeToo? "Creo que son fantásticas, porque han mantenido a las personas hablando de esto. Es fundamental que los hombres escuchen las voces y preocupaciones de las mujeres sobre la violencia, algo que históricamente no han hecho. Si queremos relaciones más felices, si queremos comunidades más seguras; incluso, si queremos mejor sexo, los hombres tienen que escuchar a las mujeres". "Los hombres podemos diferir en muchas cosas, pero hay una en la que tenemos que estar todos de acuerdo: la violencia contra las mujeres debe parar. Tenemos que alzar la voz para decir que es inaceptable e inexcusable".
MICHAEL KAUFMAN