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Investigadores de diferentes universidades se han centrado en el área:

Científicos estudian las propiedades de la miel chilena para certificar sus beneficios

miércoles, 07 de marzo de 2018

AMALIA TORRES
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Algunas de ellas producidas por abejas en bosques nativos tienen altas propiedades antibióticas, otras ostentan casi tantas cualidades antioxidantes como el arándano y ya se ha demostrado su nivel cicatrizante.



Miel de ulmo, de avellano, de arrayán, de quillay, de barraco, de tebo y de litre son solo algunas de las mieles monoflorales que las abejas se dedican a fabricar en Chile.

La variedad de climas y especies de plantas que hay en el país no solo genera distintos sabores, también hace que las mieles chilenas tengan propiedades únicas. Y para entender cuáles son y poder certificarlas es que este producto se ha vuelto materia de estudio de distintos laboratorios a nivel nacional.

Gloria Montenegro -bióloga, experta en botánica y académica de la U. Católica- lleva años estudiando la miel, el polen y el propóleo. Y fueron ella y su equipo de la Facultad de Agronomía quienes crearon el año pasado el sello Native Honey Factor (NHF), que no solo asegura que el origen de la miel sea una flor nativa chilena, también certifica el nivel de compuestos activos antibacteriales.

Para ello, estudiaron cuatro bacterias -Escherichia coli (responsable de problemas estomacales), Pseudomonas aeruginos , Staphylococcus aureus (problemas a garganta y dermatitis) y Sterptococcus pyogenes (afecta sobre todo garganta y los pulmones)- y los efectos de la miel de ulmo sobre ellas.

"En esto somos distintos a la miel de manuka -famosa y muy requerida miel de Nueva Zelandia-, que solo prueba su efecto en el Staphylococcus aureus ".

Para el análisis, Montenegro y su equipo ponen en una placa de Petri una bacteria, y en el centro le agregan extracto de miel. "Esto produce un halo, una circunferencia desde el orificio, que va matando las bacterias en un diámetro. Ese es el halo de inhibición, que se mide en milímetros", dice Montenegro.

Luego lo comparan con la penicilina, estreptomicina y otros medicamentos que controlan estas bacterias. "Hemos probado que la miel de ulmo tiene un halo de inhibición mayor que muchos antibióticos sintéticos. Es muy medicinal".

Debido a su poder antibacterial, hace un tiempo tuvo la idea -junto a la U. de La Frontera (UFRO)- de hacer una pasta de dientes a base de un propóleo que ayudaba a combatir las bacterias de las caries. Pero ahora está centrada en crear nanocápsulas de polen, cuyo prototipo debería estar listo en un año y medio más. "Estamos generando este proyecto, aprobado por FIA, de un antibiótico natural en una microcápsula que se pueda tomar, poner en crema o comercializarlo de distintas maneras", dice.

"Además de nanoencapsular pólenes con propiedades antibióticas, vamos a encapsular pólenes con propiedades antioxidantes. Así, la gente va a consumir aminoácidos y proteínas naturales no provenientes de carnes y que además tienen propiedades antioxidantes".

Según sus análisis, algunos pólenes de especies nativas chilenas tienen un poder antioxidante "casi tan potente como el arándano".

La cicatrización es otro beneficio que los científicos han encontrado en la miel de ulmo. Por eso, el próximo mes saldrá a la venta una crema desarrollada por la UFRO y Andes Nutraclinic fabricada a base de esta miel.

Muchas proteínas

Edwar Fuentes, profesor de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la U. de Chile, lleva cuatro años estudiando a las abejas junto a un grupo de alumnos. Gran parte de su investigación se ha centrado en un parásito que afecta a algunas abejas. "Sus metabolismos se ven infectados, se debilitan, lo que termina permitiendo el desarrollo de enfermedades oportunistas".

Sin embargo, la miel de las abejas infectadas es más rica en proteínas. "Probablemente, es como uno cuando se enferma, que se producen más anticuerpos", asegura Fuentes, aunque aún lo están corroborando.

Las proteínas en la miel son importantes por sus propiedades antisépticas. Su equipo se ha centrado en analizar las mieles producidas en la zona central, pero reconoce que la distinta flora puede darle otras propiedades a la miel. Y además, agrega, el factor genético de las propias abejas también influye.

En el Consorcio Apícola -una sociedad anónima que tiene entre sus socios fundadores a la U. Austral y a la U. Mayor- también se dedican a estudiar la miel. Para ello tienen un banco con más de mil mieles, recogidas desde San Pedro de Atacama hasta Coyhaique.

"Todas las mieles son antibacteriales, pero nosotros queremos saber cuáles son más potentes. Este año vamos a lanzar nuestra primera línea antiacné y vamos a prototipar nutracéuticos (cápsulas) que permitan consumir los ingredientes activos", dice Paulina Cáceres, gerenta general del Consorcio Apícola. La investigación la han hecho apoyados por los investigadores de Fraunhofer Chile Research.

Para Cáceres, lo importante es analizar toda la diversidad de mieles chilenas. "Hay varias bien interesantes. Dependiendo del uso que les quieras dar, hay mieles aptas según el producto final. No hay una miel estrella".
  
''Cada especie de planta tiene su propio metabolismo y trae sus propios compuestos químicos; entonces se tienen propiedades biológicas distintas, dependiendo
de la miel".
GLORIA MONTENEGRO 
Bióloga e investigadora UC

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