viernes, 04 de abril de 2008
Mauricio Molina / gerente de operaciones y PMO de ACL Aplicaciones Computacionales
Economía y Negocios Online
Que las tecnologías de información estén alineadas con la estrategia del negocio implica la responsabilidad de la gerencia superior para asegurar que entreguen la funcionalidad que la organización necesita para desarrollar las actividades deseadas.
Hace ya tiempo que las tecnologías de la información (TI) dejaron de ser un misterio dentro de las organizaciones. Hoy, no sólo son transversales a la gestión, sino un apoyo fundamental al corazón mismo de cada negocio. Es en ese escenario, donde las exigencias son cada vez más fuertes y los cambios más acelerados, que se hace indispensable que los sistemas de información estén, adecuadamente, organizados y alineados con la estrategia del negocio.
Es así como surge el concepto de IT Governance. En términos simples, debido a que las TI están en todos los procesos de una empresa, se trata de la conducción de éstas para lograr maximizar los resultados del negocio. En términos concretos, es la forma en que se especifica los derechos de toma de decisión y el marco de control para lograr los comportamientos deseados en el uso de las TI.
No obstante, que las TI estén alineadas con la estrategia del negocio implica la responsabilidad de la gerencia superior para asegurar que entreguen la funcionalidad que la organización necesita para desarrollar las actividades deseadas.
En esa misma dirección, por tanto, las TI también deben permitir a la organización hacer nuevas actividades y que sus servicios y funcionalidad se entreguen con el máximo valor económico o en la forma más eficiente. Esto, además de que todos los riesgos relacionados a las TI deben ser conocidos y administrados; y los activos TI asegurados.
Basada en el ITGI (del inglés, IT Governance Institute), este concepto se creó en 1998 para avanzar en el pensamiento internacional y los estándares en la dirección y control de la tecnología de control empresarial. El gobierno eficaz de las TI ayuda a asegurar que éstas soporten los objetivos empresariales, maximizando la inversión empresarial en TI y gestionando de forma correcta los riesgos relacionados con ellas y sus oportunidades.
Más allá de las referencias, los beneficios de aplicar este concepto en los negocios radican en el control sobre el uso y rentabilidad de las inversiones en TI; la posibilidad de que ejecutivos del negocio y TI cooperen abiertamente para lograr los mejores resultados; y la obtención de éxitos de negocio que se atribuyen directamente a las TI.
Para aplicarlo, en definitiva, se requiere asignar claramente las responsabilidades en todos los niveles ejecutivos de la empresa; establecer un proceso de toma de decisiones transparente y de bajo overhead; e incorporar prácticas para medir la gestión de las TI y de los procesos de negocio para que sirvan y guíen las decisiones de los ejecutivos, resaltando que los resultados que se obtengan a través del uso de las TI, contribuyen directamente a los resultados de la empresa.
Eso sí, para partir, es recomendable un gobierno en TI tipo Monarquía (existen diversos modelos), creando un comité de tecnología que asesore la toma de decisiones del CEO o gerente general; y gradualmente, establecer y delegar las responsabilidades de dar input y tomar las decisiones, a personas y comités, según ámbito de decisión, madurez de los gestores y estilo de la empresa.
Adoptar y aplicar este concepto permite aprender que el uso eficiente y la gestión de las TI proponen nuevas oportunidades y asegura que todos los proyectos de la empresa, relacionados con TI, agreguen valor al negocio.
