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Estudio monitoreó satelitalmente los desplazamientos de los buques:

Más de la mitad de la superficie de los océanos sufre con la pesca comercial

viernes, 23 de febrero de 2018

RICHARD GARCÍA
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La información permitirá proteger los ecosistemas y regular la sobreexplotación.



Un seguimiento hecho cada hora durante cuatro años sobre el movimiento y actividad de los buques pesqueros del planeta, con la ayuda de satélites, permitió elaborar el más detallado mapeo de esta actividad.

Según sus autores, que incluyen académicos y ONG, esto servirá como referencia para el desarrollo de políticas de protección del ecosistema marino y controlar la sobrepesca.

La investigación internacional, que publica hoy la revista Science, determinó que la huella ambiental - es decir, el impacto en el ecosistema-de la pesca comercial abarca el 55% de los océanos del planeta, cifra que incluso podría ser mayor, ya que el monitoreo no incluyó zonas con baja cobertura satelital y no todos los buques cuentan con sistemas de identificación remota.

La superficie supera en cuatro veces a la que se destina para la agricultura.

La nueva serie de datos sobre pesca recogió la actividad de más de 70 mil buques, entre los que se incluye al 75% de los buques pesqueros industriales de más de 36 metros de eslora (largo).

"Nuestro estudio ha revelado ahora de forma clara hasta qué punto las pesquerías humanas resultan invasivas en alta mar, donde los atunes, los tiburones y los peces picudos, como el pez espada y pez vela, se hallan sometidos a una gran presión pesquera", afirma Barbara Block, coautora y profesora de ciencias marinas en la Universidad de Stanford.

La investigación revela que China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur representan el 85% de la actividad pesquera observada en alta mar, mientras que la mayoría de las naciones parece pescar predominantemente dentro de sus zonas económicas exclusivas.

"Mediante la publicación de los datos y del análisis pretendemos mejorar las oportunidades de llevar a cabo una gestión sostenible de los recursos", afirma el autor principal, David Kroodsma, director de investigación y desarrollo en Global Fishing Watch.

Los datos recogidos reflejan que la pesca en altamar no es para alimentar al mundo sino para obtener atunes y otros peces de alto valor comercial, señala a "El Mercurio" Álex Muñoz, director para América Latina de la ONG Pristine Seas de National Geographic.

"Hay que revisar esta situación para restringir la pesca en altamar porque se está produciendo una sobreexplotación muy grande con costos ambientales enormes y pocos beneficios sociales y económicos para los países".

Participantes

La investigación fue desarrollada en conjunto por instituciones académicas por Global Fishing Watch, el proyecto Pristine Seas de National

Geographic Society, la Universidad de California en Santa Bárbara, la Universidad Dalhousie, SkyTruth, Google, y la Universidad de Stanford

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