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Carlos Larraín, ex presidente de RN:

"Si no hacemos cosas muy importantes antes de 20 meses, vamos a haber fracasado"

domingo, 11 de febrero de 2018

Pablo Jamett
Política
El Mercurio

A un mes del cambio de mando, anticipa los desafíos del próximo gobierno y señala que no se debe hablar con "liviandad" de ocho años en La Moneda, sino que pensar en resultados en plazos "más apretados".



Durante los soleados días del verano santiaguino, Carlos Larraín divide su tiempo entre su familia, el cuidado del enorme jardín de la casona familiar en Las Condes, la lectura, entre otros pasatiempos, y un particular interés por el diseño del próximo gobierno del Presidente electo, Sebastián Piñera. Como buen amante de la literatura, Larraín alude frecuentemente a figuras de la historia universal y chilena para analizar los procesos políticos en Chile. El ex presidente de RN dice que aún no logra encontrar una figura de la política criolla que calce con el perfil del próximo Mandatario. "Las características de Piñera lo hacen muy distinto de casi todos los presidentes de Chile. Lo veo como caso único por su energía, por este arrojo que tiene que no es lo usual", señala.

Larraín es optimista de la futura administración, sin embargo, advierte que el margen que tendrá Piñera para demostrar una gestión eficiente es poco.

-¿Qué sello debería marcar el llamado "primer tiempo" de Piñera?

-El nuevo gobierno tiene un año y medio para dar el impulso que el país necesita. Si no hacemos cosas muy importantes antes de 20 meses, vamos a haber fracasado. Se habla de los ocho años (de gobierno) con mucha liviandad, y la verdad es que con el sarampión que estamos padeciendo hay que pensar en plazos muy apretados. Por eso es fundamental el ejercicio en Ranco, de designar a la segunda y tercera línea.

-¿Por qué?

-Porque los ministros pueden ser esterilizados en la primera semana. Sea por temor a decir lo que piensan o por el ataque de los malos, que los pueden inundar con papeles inútiles, problemas artificiales y no podrán levantar más la cabeza. Ahí es donde tienen que entrar a tallar desde muy recién instalado el gabinete, los subsecretarios y la segunda línea. Eso va a ser determinante.

-Usted mencionó una época de sarampión en Chile. ¿A qué se refiere?

-A que la izquierda desató una plaga política sin ningún pudor. La política adquirió una gravitación artificial en la vida chilena movida por la izquierda, que siempre toca esos resortes.

-¿Y qué diferencias debería tener esta etapa respecto de los primeros 100 días de la primera administración Piñera?

-Algunas diferencias ya están anotadas: tiene un gabinete con mucha personalidad, con figuras individuales que tienen opiniones propias y que van a impulsar proyectos también personales. El ejemplo más manido es el de Desarrollo Social. Veo gente que va a conducir una agenda potente sin tanto temor a romper los huevos, como pasó en la primera oportunidad. Esa es una diferencia sustancial y la aplaudo a cuatro manos si pudiera. Habrá que hacer otra forma de reconstrucción y esta es mucho más difícil que la meramente material del terremoto.

-¿En qué sentido?

-Es una reconstrucción universal, social y cultural, de las confianzas, alimentar el optimismo nacional que está tan deprimido, estar más orgullosos de lo que hemos hecho. ¡Esa reconstrucción por Dios que es difícil! Y la diferenciación con el gobierno de la Nueva Mayoría va a ser muy aguda, y tiene que serlo. Aquí ganó la derecha y se tiene que notar desde el comienzo. Eso tiene mucho que ver con el éxito o el fracaso del nuevo gobierno.

Segunda línea

-¿RN debe ser recompensado en la segunda línea del gobierno por el rol que tuvo en la campaña?

-Ya lo fue en la integración del gabinete y presumo que también lo será en segunda y tercera línea. Hay un contingente de personas que pueden ayudar mucho a que el gobierno sea exitoso, porque hay que desarrollar el lóbulo político para enfrentar lo que yo llamo el sarampión. Hay que medir los efectos sociales y culturales que, sobre la economía, tiene el equipo económico cercano a Sebastián Piñera. Eso lo pueden hacer los que tienen las antenas políticas un poco más levantadas.

-¿Y qué perfil deben tener los intendentes?

-Los criterios son varios: uno, combinar con los parlamentarios de cada zona. Dos, algunos por lo menos tienen que estar dispuestos a enfrentar una carrera electoral en el futuro. Y tres, ser gente que esté dispuesta a hacer el trabajo cotidiano de sustentar una propuesta política como la de Piñera, y estar decididos a trabajar con un sentido social y político muy desarrollado.

Trabajo entre Hacienda y Desarrollo Social

-Hoy se habla de la "derecha social". ¿Cómo conversa ese concepto con la llegada de Alfredo Moreno al Ministerio de Desarrollo Social?

-A Moreno le ha llegado el encargo, quizás el más difícil de todos: crear sensibilidad en el mundo empresarial para las realidades sociales. Hay que entender de una vez por todas que los sistemas sociales tienen primacía sobre los sistemas económicos. Aquí están pasando cosas que no son meramente estadísticas y Moreno puede dar respuesta a muchas de ellas y le deseo todo el éxito.

-¿Cómo cree usted que se resolverá la tensión entre Desarrollo Social con la labor de Hacienda, que debe velar por las finanzas y la presión por el gasto?

-Va a ser muy difícil, porque al futuro ministro de Hacienda le ha caído encima el financiar un gasto amarrado que dejó el gobierno saliente. Hay 140 mil nuevos empleados públicos, lo que significa un gasto adicional de 1.400 millones de dólares anuales. El tiranteo va a ser feroz, pero la labor de Moreno no va a ser solo de asignaciones presupuestarias. Tiene que ver con un trabajo de explicación, de revalorizar el rol del empresariado y que, por una vez, vayamos poniendo temas sobre el tapete.

-Usted resalta el tema social. ¿Cómo percibió en ese sentido la visita del Papa Francisco a Chile?

-El Papa dijo cosas muy fuertes que nadie en la esfera política puede ignorar: "El bien común o es comunitario o no es bien común". La palabra "comunitario" nos hacía tiritar en los años 60. Bueno, la usa el Papa para decir "el bien común no solo es procurar una acumulación de bienes continua, creciente". Ya fracasó en Chile eso. Dijo en La Moneda, por ejemplo, "hay que detener el paradigma tecnocrático, hay que proteger la tierra, proteger la vida".

-Respecto del nuevo cuadro en el Congreso, ¿cómo ve la llegada del Frente Amplio al Parlamento?

-El Frente Amplio tiene una marca de nacimiento y es que muchos de sus inspiradores ideológicos vienen del mundo anarquista. Ya se nota una especie de revolución interna, que les va a hacer perder mucha fuerza. ¿Qué duda cabe que tienen un resabio anarquista y eso los hará perder fuerza? Es una tesis mía, no un hecho biológico. Eso no quita que en el intertanto puedan hacer un tremendo esfuerzo por paralizar el gobierno de Piñera, sobre todo porque ellos han creado un polo de comparación que arrastra al resto de la izquierda chilena, la más republicana y tranquila.

''Aquí ganó la derecha y se tiene que notar desde el comienzo. Eso tiene mucho que ver con el éxito o el fracaso del nuevo gobierno".

''La izquierda desató una plaga política sin ningún pudor. La política adquirió una gravitación artificial en la vida chilena" .

''Hay que entender de una vez por todas que los sistemas sociales tienen primacía sobre los sistemas económicos".

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