lunes, 24 de marzo de 2008
DPA
La Dirección General de Impuestos lusa pide un exhaustivo detalle de los regalos de matrimonio recibidos, el que se debe realizar en los días inmediatamente posteriores a la boda.
LISBOA.- El fisco portugués prácticamente impide a los novios ir de luna de miel tras la boda, debido a la gran cantidad de trámites que les obliga a cumplir con un plazo perentorio de 15 días, informa hoy el periódico "Público".
La Dirección General de Impuestos (DGI) concede ese breve plazo a los recién casados para responder un formulario pormenorizado y el envío de fotocopias de cheques y datos relativos a quien pagó y cuál fue el valor de los regalos de matrimonio recibidos.
De no cumplir la norma en estos días inmediatamente posteriores al enlace, que normalmente es destinado a cumplir el ansiado sueño de la luna de miel, la pareja es amenazada con multas que oscilan entre los 100 y los 2.500 euros (unos US$154 y US$3.800).
En otras palabras, en su afán por el mayor rigor fiscal posible, el Estado portugués está obligando a los novios a invertir el período inmediato después de la boda a realizar complicadas labores contables.
La denuncia del matutino independiente de Lisboa generó un amplio debate en los medios de Portugal. La comunicación de la DGI, que está siendo recibida por correo por los recién casados, indica que deben ser enviadas las facturas de gastos realizados en restaurantes, fotógrafos, floristas y transportes.
Más aún, el fisco exhorta a la delación, solicitando a los novios prestar información si en el lugar de la fiesta existió o no otro matrimonio u otro evento el mismo día de su boda.
El formulario de la DGI incluye el pedido de datos pormenorizados sobre el número de invitados, discriminados entre adultos y niños, y el valor cobrado a cada uno de ellos, si el vestido de la novia fue comprado u ofrecido y, en este último caso, cuánto pagó quién lo regaló.
