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Oleg Deripaska: El "rey del aluminio" es el hombre más rico de Rusia

domingo, 23 de marzo de 2008

Bernardita Serrano Bascuñán
Enfoques, Economía y Negocios

Conocido por su habilidad para llevarse bien con el Kremlin y al mismo tiempo hacer negocios, en menos de un año duplicó su fortuna.





A Oleg Deripaska le gusta decir que su fortuna es menor que lo que se piensa. Pero al ranking Forbes no se le miente y allí aparece con un imperio de US$ 28 mil millones, lo que le da para estar en el top ten de los hombres más ricos del mundo.

Deripaska tiene hoy la mayor fortuna de Rusia y es propietario del grupo empresarial Basic Element. Un conglomerado que tiene bajo su alero a Rusal (Russian Aluminium) que en 2007 se convirtió en la mayor productora de aluminio del mundo.

Y lo ha hecho solo, porque en su patrimonio no hay billetes heredados.

Ha tenido sus controversias, pero su buen olfato es innegable. Mientras era estudiante de la Universidad Estatal de Moscú comenzó a buscar negocios y no esperó mucho para lanzarse en su primera aventura empresarial.

A los 26 años ya era dueño de parte de una empresa de fundición de aluminio y había comenzado a hacer buenos contactos.

Con el tiempo fue escalando posiciones, formó compañías dedicadas a la comercialización del aluminio y después de absorber a varias empresas del rubro, formó el holding Rusal. "Tuve suerte. Todo me cayó del cielo", dijo en una entrevista publicada en Financial Times en 2007. Deripaska es considerado el hombre más poderoso de la llamada oligarquía rusa y su vínculo con los círculos de poder es conocido por todos.

La muestra más clara está en que en 2001 se casó con Polina Yumasheva, la hija del ex jefe de administración presidencial de Boris Yeltsin, Valentín Yumashev. Eso, comenta un banquero en un artículo del Financial Times, fue lo que cimentó su ascenso: "Es una asociación familiar. Uno no se mete con ex presidentes o sus familias".

La llegada de Vladimir Putin a la Presidencia no cambió las cosas. Deripaska y su socio de esa época en la industria del aluminio Roman Abramovich, quien hoy es dueño del Chelsea de Inglaterra y es el segundo hombre más rico de Rusia, supieron mantenerse al margen de la cruzada que se lanzó para terminar con la oligarquía y que dejó a varios prominentes autócratas como Mikhail Khodorkovsky, dueño de la petrolera Yukos, tras las rejas.

Hay quienes aseguran que ha sido capaz de limitar su propia ambición y adaptarse a los cambios impuestos por la elite del poder con tal de no caer en desgracia como otros empresarios.

La buena relación con el Presidente Putin la mantiene hasta hoy. Conocida es la amistad que los une y los paseos a esquiar que comparten. Ahora habrá que ver cómo se manejará con el Presidente entrante: Dimitri Medvedev.

Sin embargo, ya ha dicho que "si el Estado dice que debemos entregar la compañía, la vamos a entregar. Yo no me separo del Estado. Yo no tengo otros intereses".

Más allá de su comentada relación con los círculos de poder y de su inteligencia política, se le reconoce su indudable capacidad gestora y el excelente olfato que tiene para los negocios. Detractores no le faltan, pero para él, "la historia juzgará".

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