En agosto del año pasado, cuando estalló el caso de los abusos a menores cometidos por el religioso Abel Pérez, la Congregación Marista aseguró que un representante de las víctimas había hecho tres peticiones. Una de ellas fue una compensación económica de $75 millones, para ser entregada a una ONG dedicada a la protección de menores. Hoy, dicho representante está en entredicho. Se trata de Hernán Martínez, ex alumno del Instituto Alonso de Ercilla, de Santiago. No solo eso: según su compañero de curso Patricio Quiroz, "él pasó una lista de 14 nombres (víctimas). En esa lista hay uno que nadie sabe quién es, hay un ex alumno fallecido y otro muchacho que no es del curso". La nómina está integrada por estudiantes de la generación que egresó en 1981 del Instituto Alonso de Ercilla, "y ninguno tenía idea de esta situación. Jamás Hernán Martínez los llamó para decirles qué iba a hacer y ocupar sus nombres", asevera Quiroz. En ese listado, precisa, hay dos víctimas. "A esas dos personas abusadas ni siquiera les pidió permiso para ser su representante", agrega. Según explicó la congregación por escrito a este diario, Martínez se presentó ante los maristas en agosto de 2017 y se reunió con algunos integrantes del Comité de Protección, creado para atender las denuncias, "y señaló ser el vocero o representante de un grupo de víctimas de abusos del hermano Abel Pérez". De acuerdo con la congregación, Martínez solicitó una indemnización económica: "Se le señaló que esa (compensación) debería ser para financiar ayuda psicológica o terapéutica para las -hasta ese momento- víctimas que él decía representar". En ese contexto, detalla la institución, "y confiando en él, pues era un ex alumno", y con la presencia del representante legal de la congregación, "se le entregaron $75 millones en un cheque nominativo, sin verificar la autenticidad de la supuesta representación". Contactado por este diario, Hernán Martínez aseguró: "No voy a hablar nada, porque todo está en manos de la fiscalía". Luego, llamó de vuelta y agregó: "Yo no llegué exigiendo el dinero. La compensación económica nació de la congregación, que dijo que quería recompensar económicamente a las víctimas". -¿Cuánto dinero le dio la Congregación Marista? "$75 millones". -¿Qué se hizo con ese dinero? "A la congregación no le debiera por qué importar lo que se hizo con esa plata". -¿Pero el destino de ese dinero no era para instituciones de protección al menor? "No. Se conversó en una oportunidad, pero no era una obligación depositarlo en una ONG. Les dije que iba a hablar con la demás gente que tenía contacto y que posiblemente (el dinero) iba a ser donado a una ONG, porque nadie quería plata". -¿Qué pasó con los $75 millones? "Se ayudó a alguna gente del grupo, y se donó a ONGs". -¿A qué ONGs? "No recuerdo a cuáles en este momento, pero se hizo una donación". La Fiscalía Metropolitana Sur -que indaga los abusos cometidos por Abel Pérez- fue informada de estos hechos y realiza diligencias para establecer qué ocurrió. Según trascendió, si se trató de una reparación económica entre la congregación y las víctimas, el hecho no necesariamente podría constituir un delito, dependiendo de las condiciones del acuerdo entre las partes. El escenario sería diferente, sin embargo, si se llegara a determinar que los dineros pudieran haber sido destinados a algún fin diverso a la reparación, como eventualmente silenciar las denuncias. En ese caso pudiera configurarse una obstrucción a la investigación u otra figura penal. Los alumnos de la promoción 1981 recién se dieron cuenta, una década más tarde, que varios de ellos habían sido abusados por Pérez. Ocurrió en una cena de generación, en un restaurante, donde -relata Quiroz- tres ex alumnos se lo contaron a los demás. Según Quiroz, dos de ellos están en la lista que Martínez (ausente esa noche) presentó a la congregación.
Los maristas tramitan ante la Santa Sede la expulsión del religioso Abel Pérez.