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Emiliana Vegas, jefa de la división de Educación del BID:

Cinco desafíos que estancan la educación latinoamericana

lunes, 29 de enero de 2018

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Recuperar el prestigio de la carrera docente, involucrar a los sectores económicos que requerirán del talento de los alumnos y hacer un currículum centrado en las habilidades por lograr son las tareas pendientes.



Si hay algo que Emiliana Vegas tiene claro es que ser un buen profesor es una tarea altamente desafiante. Después de años supervisando investigaciones relacionadas con la educación, la economista venezolana -que hoy preside la división de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID- tiene claro que un sistema efectivo es sinónimo de profesores capacitados.

"Creo que eso es algo que en el pasado se subestimó; lo difícil que es ser un buen maestro", indica.

Estas palabras las dice de paso por Chile, país en el que está de visita tras ser invitada a exponer en el Foro Internacional de Creatividad y Aprendizaje Puelche, encuentro que por segundo año organizaron el Teatro del Lago, el colegio Kopernikus y la Fundación Plades de Frutillar. Durante esta instancia, Vegas explicó a "El Mercurio" cuáles cree que son los cinco desafíos que aún están pendientes en la región y que se hace necesario abordar para avanzar hacia una mejor educación.

1- Docentes efectivos

El BID está pronto a lanzar un estudio que analiza por qué se desprestigió la carrera docente en América Latina y el Caribe.

"A medida que se fueron expandiendo los sistemas educativos para dar mayor acceso, fueron pasando otras cosas en paralelo. Una de ellas es que se abrieron muchos centros que se empezaron a llenar y hubo necesidad de cubrir la demanda de forma rápida. Otra es que con el tiempo fueron mejorando las oportunidades laborales para las mujeres: en el pasado, aquellas más brillantes no siempre tenían la opción de estudiar carreras como Medicina o Ingeniería, pero sí Pedagogía, porque socialmente era más aceptable. Entonces teníamos muy buenas maestras", plantea. El que los "menos calificados" comenzaran a llenar las nuevas vacantes generó un "mal equilibrio", cree Vegas. Pero advierte que esto puede ser revertido.

Para ello es clave seguir pidiendo ciertos requisitos mínimos para entrar a la profesión, así como generar capacitaciones constantes que sean rigurosas y en las que se invierta de manera consciente, siempre analizando qué tanta es su efectividad.

2- Currículo con claridad de propósitos

"Los países que destacan por sus logros educativos tienen altas metas de aprendizaje, recalcando las habilidades que esperan que sus alumnos logren a lo largo de la trayectoria educativa. Eso es lo que guía", explica Emiliana Vegas.

"En la mayoría de los países latinoamericanos nos enfocamos mucho en generar buenos currículums, que deciden qué es lo que debe enseñar el profesor y a qué material debe exponerse el alumno. Pero no queda claro a partir de ese material qué es lo que debe saber hacer el alumno. Entonces, al no tener esa claridad de propósito, es mucho más difícil asegurar el logro de esos aprendizajes", plantea.

"Sobre todo con internet y la información disponible en tantos lugares, hay que entender que la educación no es solo una transmisión de material, sino también una forma de enseñar a pensar y procesar información. El sistema educativo tiene que estar orientado a esas metas".

3- Infraestructura moderna

Una de las cosas en las que el BID más invierte es en la mejora de la infraestructura, mobiliario y material de las escuelas de la región. Lo hace -explica Vegas- porque si lo que se pide es enseñar pensando en los desafíos del siglo XXI, no tiene mayor sentido hacerlo en salas que siguen el modelo del siglo anterior, donde el profesor siempre está al frente de los alumnos y donde los bancos se distribuyen uno detrás del otro, sin mucha posibilidad de interacción o movimiento de los estudiantes.

4- Más allá de la visión de guardería

Estimular a un niño en la primera infancia es clave para el posterior desarrollo de una persona, pero también para el de la sociedad. "La evidencia mundial es contundente: invertir en primera infancia es la mejor inversión para asegurar equidad". El problema, plantea Vegas, es que en Latinoamérica son muchas las personas que aún ven los jardines infantiles como meras guarderías, por lo que no envían a sus hijos. Si lo hacen, no siempre es de manera constante. "A los colegios después llegan niños de cinco o seis años que, aunque son muy jóvenes, ya presentan brechas en su desarrollo cognitivo, lingüístico y socioemocional. No son insanables, pero sí mucho más difíciles de subsanar".

5- Articulación con otros sectores

Asegurar que los alumnos de la región se gradúen y sean un aporte a la sociedad es una tarea de las escuelas, pero también de otros actores. Involucrar a la familia y a las empresas que después requerirán de este nuevo talento es clave, especialmente en la educación técnico-profesional.

Mantener a los jóvenes alejados de distracciones que los puedan llevar a desertar antes de titularse también supone invertir en un equipo psicológico robusto, al que se le permita actuar sin mayores trabas. "En Centroamérica, el gran riesgo es unirse a pandillas; en otros países latinos es la droga. Y los colegios no están bien preparados, porque no siempre cuentan con apoyo para hacerlo. Así no se puede lograr una propuesta interesante para retener a los jóvenes", plantea Emiliana Vegas.

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