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Los Rendic cuentan su historia empresarial: de almacenes en La Serena al gran retail

domingo, 16 de marzo de 2008

Magdalena Echeverría Faz
Economía y Negocios Online, Enfoques

De los exitosos supermercados Deca dieron un salto al fusionarse con el nuevo Unimarc, y a otras cadenas regionales, y hoy están en un conglomerado con cerca del 10% de participación del mercado.





Juan y sus primos pasaban las tardes saltando sobre rumas de sacos de papa y harina en la bodega frente al almacén familiar. Esos eran los juegos de la tercera generación de la familia Rendic, la que jugaba mientras su abuelo Gerónimo y sus padres -Juan, Dalibor y Otmar Rendic Karstulovic- iniciaban el negocio de almacenes en La Serena.

"Mientras algunos niños jugaban con sus primos en el campo, nosotros lo hacíamos en la bodega", rememora Juan Rendic Lazo, director de la nueva sociedad Deca-Unimarc, que sitúa a Rendic Hermanos S.A. como accionista de la tercera cadena de supermercados de Chile.

Hoy, estos descendientes de Gerónimo Rendic Boric son una de las familias más reconocidas en la Cuarta Región, son dueños de más de 64 locales tras la fusión con Unimarc, y poco queda ya de ese almacén pequeño ubicado en la actual Recova.

"Al comienzo, mis tíos Dalibor y Otmar atendían en el mesón, mientras mi padre, Juan, era el encargado de las finanzas. Eran jóvenes, sin embargo, manejaban con enorme precisión la cuchara de madera que servía para medir los productos a granel. Para simplificarse el trabajo y atender más rápido a sus clientes, ellos preenvasaban en las noches ciertos alimentos en paquetes de kilo", recuerda Juan.

Pronto, un local ya no fue suficiente, y la sociedad sumó nuevos almacenes, los que eran abastecidos desde la bodega, ubicada en la antigua fábrica de cervezas Floto, frente al primer local. Hoy, en ese sitio está el supermercado Deca más exitoso, uno de los comercios con las ventas, por metro cuadrado, más altas de Chile.

Con el tiempo, los primos Rendic pasaron de los juegos en la bodega a trabajar como ayudantes en los veranos. De esa época, Juan recuerda con cariño una anécdota que refleja el olfato empresarial y la voluntad de dar un mejor servicio que se fue gestando desde la infancia en la familia.

"Para la UP, yo tenía dieciséis años cuando llegó un camión de azúcar al almacén. Todos querían comprar, y la cola daba tres vueltas a la cuadra. El problema era que el precio estaba fijado en 6 ó 7 escudos el kilo, y si comenzábamos a vender pronto nos quedaríamos sin vuelto. Por eso, calculamos el peso exacto para vender a 10 escudos, y envasamos en paquetes de ese peso. Éramos una máquina, y a mí me tocó recorrer la cola cambiando billetes de 50 escudos y preocupándome de que todos tuvieran su billete adecuado en la mano. ¡Un error trancaba la máquina!", recuerda Juan, el mayor de los primos cuyos padres participaban en el local, y que ese día terminó con la nuca quemada, luego de pasar horas al sol cambiando dinero.

Dalibor y Otmar Rendic K., de 83 y 80 años, siguen trabajando a diario en las oficinas de la familia, tal como lo hizo Juan, su hermano mayor, quien murió hace diez años. Ellos comparten oficinas con seis de sus catorce descendientes, los que también optaron por el negocio familiar.

Hoy, en Deca-Unimarc trabajan 7.000 personas, y de la familia Rendic Lazo están Juan; su hermano Antonio, a cargo de la parte financiera; y su hermana Paulina, a cargo de servicio al cliente, un puesto clave en la empresa. También lo hacen Cecilia y Yerko Rendic Vladislavic, hijos de Dalibor, y Rosana Rendic Price, sicóloga, descendiente de Otmar. A pesar de no descender de los hermanos accionistas, Petar Rendic, sobrino de Juan, también trabaja en Deca en la parte comercial.

"Todo ingreso ha sido gradual y ha dependido de los estudios e intereses de cada uno, pero los que se han metido saben que tienen que sacarse la mugre y dar el ejemplo", dice Juan, ingeniero civil de la U. de Chile, quien se integró al negocio después de años de trabajar en otras empresas y cuando estuvo seguro de que con su ingreso se beneficiarían él y la empresa.

Después de la fusión con Unimarc y con otros supermercados regionales, la base de la empresa se trasladará gradualmente a Santiago; y algunos, que no están dispuestas a mudarse, dejarán sus cargos. Juan y Yerko Rendic serán directores de la nueva sociedad, y viajarán a menudo.

Minería, inmobiliario y fútbol: los otros negocios

Más allá del negocio de los supermercados, los descendientes de Juan Rendic K. junto a Dalibor y Otmar Rendic K. y sus hijos, están también juntos en la Minera San Gerónimo. La empresa, bautizada así en honor a su abuelo, mantiene explotaciones cupreras en la IV Región y en la gerencia general está Patricio Rendic Lazo.

El segundo semestre del 2007, buscando crecer, los Rendic llegaron a un acuerdo con dos compañías canadienses, formando Compañía Minera Tugal, y calculan que su primer proyecto de joint venture entrará en producción este año. Esperan que las ventas consolidadas este año, de concentrado y sulfato de cobre, lleguen a los US$ 75 millones.

Aparte de la minera son socios en un incipiente negocio de renta inmobiliaria que se ha basado principalmente en locales propios, que han quedado chicos para el actual modelo de supermercados, y que se han dado en arriendo.

Por otra parte, Otmar Rendic es uno de los mayores accionistas de Deportes La Serena, y quienes lo conocen aseguran que el fútbol es una de sus pasiones.

Día a día Dalibor y Otmar Rendic, con más de ochenta años, se suman a los 7.000 trabajadores de Deca Unimarc, y lo hacen junto a seis de sus descendientes.

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