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El liderazgo directivo es esencial para desarrollarla:

La confianza es la columna vertebral de una escuela efectiva

domingo, 21 de enero de 2018

Margherita Cordano
Educación
El Mercurio

Todos los que forman parte de una escuela -director, profesores, alumnos y apoderados- dependen de las conductas de los otros. Por eso fomentar vínculos es clave para lograr los objetivos con éxito. Escuchar a terceros y acoger a los nuevos profesores son puntos decisivos.



La confianza es un tema del que se habla en Chile, cree José Weinstein. "Se le atribuyen propiedades formidables. Se piensa que la economía va a crecer si hay confianza, que se van a resolver los problemas asociados a la poca participación ciudadana o que no habrá crisis de las instituciones", comenta el director del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo, Cedle.

Pero a pesar de ser un elemento clave en la discusión pública, cuando se trata de educación parece no ser un tema prioritario: en el país son pocas las investigaciones que miden cómo influye la confianza en las escuelas y en sus resultados. Ese fue el estímulo que llevó a Weinstein y alas investigadoras Dagmar Raczynski y Javiera Peña a embarcarse en un estudio Fondecyt de tres años, que consideró la percepción sobre la confianza que tenían directores, docentes y alumnos de 7° y 8° básico. Para eso se realizó una encuesta a 205 escuelas de Valparaíso, además de un estudio de casos en nueve establecimientos.

Los resultados mostraron que la tendencia es que exista alta confianza entre quienes entregan el servicios educativo: de los docentes con sus directores y jefes técnicos, así como entre los mismos profesores.

Esta confianza es mucho menor respecto de quienes reciben el servicio educativo; es decir, los alumnos y sus papás. Así por ejemplo, 6 de cada 10 profesores encuestados cree que solo "algunos" o "ninguno" de los apoderados realizan un buen trabajo en la formación de sus hijos. El 67% cree que son muy pocos los papás que apoyan en el hogar el trabajo de los profesores.

"Los distintos actores no pueden realizar bien sus tareas si no hay confianza de por medio. El profesor no puede enseñar si sabe que su alumno no confía en él. Y el alumno no puede aprender si su profesor tampoco confía. Lo mismo si el director no cree en el profesor, y viceversa: los roles dentro de una organización como esta son totalmente interdependientes", dice Weinstein.

Líderes efectivos

La evidencia internacional lo apoya. Aunque en Chile el tema es reciente, en países como Estados Unidos se ha demostrado que la confianza es un factor crítico para avanzar en la mejora escolar. En este sentido, para fomentar la confianza lo fundamental es tener buenos liderazgos, plantea Penny Sebring, investigadora de la Universidad de Chicago y académica que entregó apoyo técnico a la investigación chilena.

"Los directores exitosos escuchan a los demás y toman en cuenta sus puntos de vista. Animan a los docentes a colaborar entre ellos para llevar a cabo su trabajo y mejorar su práctica; tratan de evitar acciones arbitrarias. Cuando los maestros se sienten respetados y atendidos por sus líderes, es mucho más probable que mantengan su vocación de enseñar y su compromiso con los alumnos. En estos entornos, en lugar de simplemente cumplir con las reglas, los adultos están trabajando para hacer lo mejor porque es lo correcto", explica Sebring.

La investigación chilena reflejó la importancia del líder, aunque también mostró diferencias con los resultados de investigaciones que se han hecho en Estados Unidos. Por ejemplo, en las escuelas locales de menor tamaño, la confianza no es necesariamente mayor, como tiende a ocurrir en Norteamérica. Weinstein cree que esto se puede relacionar a que "muchas no son chicas por diseño, sino que como resultado de una situación que los ha llevado a perder matrícula".

Los datos locales también mostraron que dos tercios de quienes trabajan en el sector privado subvencionado muestran una alta confianza institucional. En el caso municipal ocurre al revés: dos tercios de los docentes de esa dependencia muestran baja confianza en su sostenedor. Los profesores más jóvenes y con menos experiencia tienden a mostrar una menor confianza institucional y se ve que la experiencia que tienen al llegar a un colegio es clave: contar con procesos de inducción que fomenten tanto a nivel formal como informal instancias de acogida, orientación y apoyo, ayudan a construir confianza en las escuelas.

Falta de valoración

Al indagar qué lleva a perder la confianza de los profesores en relación con los directivos, lo que más se repitió fue que estos últimos los maltrataran o les infundieran temor, que no valoraran ni reconocieran su trabajo, que no los protegieran de acusaciones o conflictos con los apoderados y que ante un conflicto tomaran decisiones que los involucraban sin informarles.

Entre profesores, lo que disminuye las confianzas es acusar o revelar información confidencial de los pares a los directivos, junto con realizar comentarios negativos o mal intencionados respecto a otros profesores.

''Se me ocurrió la idea de hacer una muestra masiva de día; 200 personas iban a asistir. Entonces ellos sin saber, porque estábamos en primer año, sin conocerme, me
dijeron 'ya, vamos'".
TESTIMONIO DE UNO DE LOS PROFESORES ENTREVISTADOS EN EL ESTUDIO. EL HECHO LE HIZO GANAR CONFIANZA EN RELACIÓN A SU EQUIPO DIRECTIVO.

''Él (director subrogante) fue a encarar a la tía auxiliar. Yo estaba en la biblioteca, que está al final del pasillo, y desde ahí se escuchaba cómo la gritoneaba. Y la tía después quedó llorando".
TESTIMONIO DE UNO DE LOS PROFESORES ENTREVISTADOS EN EL ESTUDIO. EL EPISODIO LE HIZO PERDER CONFIANZA EN RELACIÓN CON SU EQUIPO DIRECTIVO.

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