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"Son nuestras, tan cercanas. Pero los niños prefieren jugar con jirafas o elefantes, y la gente no las valora como animal doméstico", cuenta una resignada Silvia Vogel, en defensa de las alpacas y que hace doce años decidió vivir rodeada de estos animales en los hermosos parajes de su fundo en Machalí.
El dócil carácter de estos camélidos y la calidad de su fibra son rasgos escasos en el reino animal. Por ello el elevado costo de adquirir una alpaca o algún derivado de su lana a precios que por lo general los chilenos no estarían dispuestos a pagar.
Una ruana (una especie de chal, tejido en lana de alpaca) puede costar hasta $90 mil con facilidad, mientras que exportar un animal cuesta entre US$ 1.500 y US$ 4.500. Ahora bien, si dentro de Chile existe un comprador interesado, el precio podría llegar a la "módica" suma de $150 mil.
Sin embargo, al ser tan marginal la cantidad que se vende dentro del país, los criaderos nacionales apuntan a los mercados externos como potenciales clientes. Es el caso del fundo Huincul y de Alpacas Machalí.
Hoy en día Europa es el principal destino de estos animales, en especial Inglaterra y Suiza. "Nuestro trabajo es muy importante para la exportación, porque de Europa piden ejemplares puros, de un solo color. Si tomamos alpacas de su origen vienen manchadas por los cruces silvestres; en cambio, en los criaderos podemos regular eso", explica Sergio Rivera, administrador del Criadero Huincul, en la X Región.
Silvia Vogel, por su parte, se sorprendió con un viaje que realizó a Estados Unidos, donde se percató de que las alpacas eran utilizadas para correr, entretener a los niños, e incluso, con bandejas sobre su lomo, las oficiaban de garzones. Además, vio transacciones de US$ 50 mil por una de ellas.
De esta forma comenzó con su negocio y descubrió los usos que se les dan a las alpacas a lo largo del mundo. La lanaterapia es una de ellas, donde se trabaja con niños con trastornos de salud en contacto con los camélidos. Mientras que en Suiza son utilizadas para frenar las avalanchas, ya que se alimentan de la hierba en las laderas de Los Alpes sin erosionar el suelo.
Sólo en exportaciones a Europa el criadero de Vogel totaliza US$ 75 mil en el año. A eso suma unos US$ 67 mil por los productos derivados de la fibra de alpaca, a lo que se agregan US$ 6 mil por la venta de los camélidos dentro de Chile.
Ambos fundos reconocen que la crianza y exportación de alpacas no es el negocio más genial que existe. Rivera cuenta que el panorama "no está muy bueno". La dueña de Alpacas Machalí, por otro lado, tiene toda una red de negocios en torno a las alpacas, que incluye exportación, elaboración de prendas y turismo, pues de lo contrario "no tendría cómo sustentar a mis 400 animales".
La venta de productos derivados de la lana tampoco es tan masiva en Chile. En el Rancho El Zarzal, ubicado en Pichilemu, por ejemplo, sólo en verano tienen ventas apreciables, pues es cuando llegan más turistas a la zona.
La encargada de este rancho, Flor Labarca, confiesa que "como la gente no sabe lo particular y costoso que es la fibra de alpaca, no está dispuesta a pagar un alto precio por ellas. Nadie, aparte de algunos extranjeros, es capaz de verle el valor adicional al producto".
Beatriz Canedo: la diseñadora que puso de moda a las alpacas
Ya con dificultad habla el español. Es que el interés de europeos y norteamericanos por las telas que diseña tienen a Beatriz Canedo, "La reina de la alpaca", negociando constantemente con extranjeros.
Mientras realizaba una pasantía en París con el diseñador Michel Daniel, se enamoró de unas lujosas y finas telas suaves como la seda. Su sorpresa fue mayúscula cuando se enteró de que era fibra de alpaca, camélidos como los que habitan en su natal Bolivia.
-¿Cómo empezó en el negocio?
"Fundé mi primer empresa en la ciudad de Nueva York para diseñar exclusivamente en estas finas telas de camélidos, y así la prensa internacional me denominó como pionera de posicionar a la alpaca en alta costura a nivel mundial".
-¿Tiene sus propios criaderos?
"Desafortunadamente, no poseo criaderos propios, porque la cadena productiva desde el trasquilado de la fibra del camélido hasta que se conviertan en rollos de tela para ser diseñada y confeccionada, involucra un proceso muy largo y de alta tecnología".
-¿Cuál es la prenda más solicitada por sus clientes en Europa y EE.UU.?
"El diseño más solicitado esta temporada es el abrigo debajo de la rodilla, cuello y solapas amplias, pinzas externas y lazo, confeccionado en suri alpaca, color arena, que corresponde a la colección Otoño-Invierno 2007".
-¿Qué valor tienen las tenidas?
"Nuestros precios de exportación oscilan, por ejemplo de un abrigo en tela bebé alpaca, desde US$300 hasta US$ 500, dependiendo del diseño".
-¿Cuánto aporta a Bolivia enviar estos productos al exterior?
"Desde que transferí la fábrica de Nueva York a La Paz, el producto se exporta con valor agregado y orgullosamente con el "Hecho en Bolivia". La mano de obra boliviana es altamente calificada, y particularmente se distingue por su excelente sastrería".