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Extracción indiscriminada ha reducido la laguna a un cuarto de su tamaño original:

Innovador proyecto podría devolver en dos años el agua a la cuenca de Aculeo

domingo, 07 de enero de 2018

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

El plan, que promete restaurar el nivel histórico de uno de los acuíferos más sobreexplotados del país, podría convertirse en un modelo para todos los valles con problemas hídricos. De no intervenir, la laguna desaparecería en marzo.



Hace un mes que no sale una gota de agua de la llave de María Maldonado, en Rangue, un sector de la comuna de Paine ubicado en la cuenca de la laguna de Aculeo que es abastecido por el Comité de Agua Potable Rural (APR). Lo mismo ocurre en la aledaña localidad de Los Hornos.

"Hace como tres años empezaron los problemas. A veces se cortaba un día durante los fines de semana, pero es primera vez que toda la comunidad queda sin abastecimiento de agua potable", se queja María.

Las norias y vertientes desde donde tradicionalmente los lugareños sacaban su agua hace años están secas. Y lo mismo ocurre hoy con los pozos de la APR.

"Se están secando porque condominios y casas particulares hacen pozos más profundos y unos les quitan agua a otros", acusa Margarita Allendes, directora del APR Rangue-Los Hornos, quien reclama porque además muchos residentes emplean la escasa agua destinada a consumo para llenar piscinas o regar amplias superficies de pasto.

Ir a buscar agua en baldes al camión que día por medio manda el APR ya se hace insostenible. Ayer los vecinos hicieron una manifestación para apoyar el derecho prioritario del agua para consumo humano.

Si bien la megasequía de la última década, el cambio climático y la consiguiente reducción en las precipitaciones tienen parte de la responsabilidad en la escasez de agua, el mayor problema es otro.

"Aquí no hubo planeación territorial. El municipio autorizó el uso de la tierra sin considerar si había suficiente agua para hacerlo sustentable", explica Pablo García, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile y director del Grupo Internacional de Investigación Hidrológica de esa casa de estudios.

El investigador, quien vive en Aculeo, detalla que "las grandes plantaciones de frutales y condominios que se han instalado en la zona extraen agua subterránea las 24 horas del día. Y algunos incluso la sacan directamente desde la laguna para regar plantaciones de guindos, bombeando 16 mil litros por minuto".

En 2017 se detectó además que grandes agricultores desviaban hacia sus predios las aguas del estero Pintué, el principal afluente natural de la laguna.

Esta explotación indiscriminada y en muchos casos ilegal del agua mantiene a la comunidad de Aculeo fragmentada por acusaciones y recriminaciones cruzadas.

Su consecuencia más visible es un retroceso dramático de la laguna, cuya superficie original de 12 km {+2} hoy tiene menos de 3 km {+2} . Y se estima que estará totalmente seca en marzo.

Las consecuencias para la salud y bienestar de las personas han llevado a residentes a pedir que la cuenca se declare en estado de catástrofe.

Buscando soluciones

Pese a la situación extrema del acuífero, un proyecto recién aprobado por el Gobierno Regional Metropolitano por $100 millones podría resolver el problema de Aculeo. "Y se podría replicar en todas las cuencas de Chile que presentan problemas hídricos", asegura Pablo García, director del proyecto presentado por la U. de Chile con el apoyo técnico de la Dirección General de Aguas (DGA), la U. de Arizona, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, las fundaciones Tierra Viva y Pro Bono, y consultoras en recursos hídricos.

El proyecto evaluará el consumo de agua de la cuenca, contrastándolo con los derechos legales de aprovechamiento del agua. Paralelamente, dice García, "la DGA instalará instrumentos para registrar el nivel de la laguna, sus afluentes, aguas subterráneas y pluviometría".

Esto, más análisis del acuífero y proyecciones de cambio climático, permitirá estimar cuánta agua es necesario "importar" al año para recargar artificialmente el acuífero y devolverlo a su nivel histórico (ver recuadro).

Finalmente, una fuerte campaña de educación ambiental apuntará a reducir el consumo de agua, y mesas de trabajo con representantes de los vecinos, APR, condominios, grandes agricultores y otros buscará acuerdos voluntarios para un uso sustentable del acuífero.

Si todo va bien, avizora García, "en dos años tendríamos una cuenca totalmente monitoreada, regida por las leyes, con cultura del agua, sin conflicto y con la laguna siempre llena, para reactivar el turismo y la economía local".

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