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Convenio colectivo de Enap Aconcagua cuesta US$ 160 millones, equivalentes a $4,6 millones por trabajador al mes

domingo, 07 de enero de 2018

Pablo Obregón C.
El Mercurio

En medio del conflicto que enfrenta a la administración de la empresa y a los líderes sindicales, "El Mercurio" tuvo acceso al instrumento colectivo suscrito en julio de 2017, en el que se incluyen ítems como el financiamiento de estudios desde kínder hasta la universidad para los hijos de los trabajadores. El presidente de la Federación de Trabajadores del Petróleo, Nolberto Díaz, defiende los beneficios: "No porque se pague bien o se apoye la actividad sindical, eso tiene que servir como chantaje para silenciar al movimiento sindical".

Setenta y cinco días han pasado desde que el gerente de Gas y Energía de la Enap, Alfredo del Carril, y el presidente de los trabajadores de esa empresa, Nolberto Díaz (militante DC y secretario general de la CUT) se acusaran mutuamente de golpes. Desde entonces, el conflicto entre la administración y el sindicato solo ha ganado en intensidad -con dos demandas por prácticas antisindicales y denuncias ante Contraloría- al punto que este miércoles el tema escalará hasta la comisión de Energía y Minería de la Cámara.

En medio de este tenso clima al interior de la compañía, "El Mercurio" accedió al Convenio Colectivo del Sindicato de Enap Refinerías Aconcagua, que lidera Díaz, y que rige entre julio de 2017 y junio de 2020.

En el texto queda de manifiesto que el costo empresa de ese contrato -que cubre a 581 socios- es de US$ 160 millones en tres años, considerando remuneraciones, bonos, becas y múltiples beneficios. Este contrato supone un aumento de los costos de 1% anual, en línea con los límites definidos por el Ministerio de Hacienda para todas las empresas del Estado.

¿Mucho, poco, regular? El costo promedio de ese convenio es de $4,6 millones por trabajador al mes, cifra que está en línea con lo que se paga en la gran minería del cobre o en algunas empresas de la banca, pero que superaría largamente la remuneración promedio imponible del país, que es de $786 mil al mes.

Dos estudios de compensaciones de la empresa arrojan que mientras los trabajadores no ejecutivos de la Enap ganan cerca de un 30% más que el promedio de empresas comparables, como Copec, los ejecutivos de más alto rango están pagados por debajo del promedio de mercado. Los 11 gerentes de primera línea de Enap, por ejemplo, ganan entre 25% y 50% del promedio de mercado para el mismo cargo.

Del total del costo laboral por trabajador ($4,6 millones mensuales en promedio), un tercio corresponde a sueldo base y dos tercios a bonos y beneficios. Por ejemplo, los viáticos para viajes de los trabajadores en Chile son de $140.916 diarios; la empresa paga el 100% de los estudios de los hijos de los empleados por un máximo de hasta 108 UTM al año ($5.072.976) en el caso de estudios universitarios y ofrece préstamos habitacionales por hasta $117 millones.

A esto se suma otro dato revelador: el mismo convenio colectivo establece un fuerte apoyo de la empresa a la actividad sindical. Por ejemplo, la compañía aporta 2.393 UTM semestrales ($112.403.996) al sindicato con el fin de constituir un fondo especial destinado al perfeccionamiento de sus afiliados. Al año, suman $224 millones. Además, la empresa entrega mensualmente al sindicato 213 UTM ($10.005.036) para financiar los gastos de administración y de secretaría (ver infografía).

Sindicato: "No tenemos nada que esconder"

En el sindicato relativizan esas cifras: "No porque se pague bien o se respete y se apoye la actividad sindical eso tiene que servir como chantaje para silenciar la voz del movimiento sindical", afirma Nolberto Díaz.

"Lo que los trabajadores tienen -agrega el dirigente-es lo que corresponde a los beneficios que empresas similares de refinación entregan en América Latina. Nosotros lamentamos que se use esto como un elemento para deslegitimar la válida diferencia que tenemos con la administración de Marcelo Tokman".

¿Por qué es tan difícil acceder a los convenios colectivos de la Enap, a diferencia de lo que ocurre con otros convenios de empresas estatales que publican sus contratos colectivos en la web? "Porque son instrumentos privados, pero nosotros no tenemos en ese aspecto nada que esconder, nuestros beneficios han sido conocidos en muchas ocasiones por la Contraloría, por la Cámara de Diputados. Los que pareciera que tienen algo que esconder son los ejecutivos, son ellos los que deberían sincerar cuáles son sus rentas", afirma Díaz.

Enap: "No hay una persecución a los sindicatos"

Cercanos a la empresa, en cambio, aseguran que estas condiciones laborales dejan de manifiesto que en la Enap no hay una persecución a los sindicatos ni un afán por deteriorar las condiciones de los trabajadores. Tanto, que dentro del convenio se incluyen los costos del sueldo, reemplazo y viáticos de los dirigentes que se dedican tiempo completo a la actividad sindical.

"Se ha buscado personalizar un conflicto artificial, sobre proyectos que se han discutido con transparencia desde un principio, justamente porque se resiente una eventual pérdida de influencia y se busca ocultar, además, una agresión por parte de un dirigente a un ejecutivo de la empresa (...) no podemos aceptar abusos ni intentos de privilegiar intereses personales por sobre los sindicales, de los trabajadores y de toda la Enap", afirman desde la administración de la empresa.

¿Pérdida de poder sindical o contratos injustificados?

Otros conocedores de la compañía indican que el tema de fondo que explica la arremetida sindical contra esta administración y no contra las anteriores es que en estos casi cuatro años la gerencia liderada por Tokman ha limitado prácticas que se arrastraban por décadas, como la incidencia de los dirigentes en las contrataciones de nuevos trabajadores y en decisiones de ascenso a cargos de relevancia.

Ejemplo de ello, indican esas fuentes, es que en este periodo se han renovado 620 posiciones, reemplazando operarios de mayor edad -la mayoría socios activos de los sindicatos- por jóvenes que, como norma general, son seleccionados sin injerencia sindical y que vienen, preferentemente, con un título de ingeniero bajo el brazo.

"Si hace tres años había 200 ejecutivos sindicalizados, ahora no hay más de treinta", agregan esas fuentes.

Además, fuentes de la compañía descartan que todos los trabajadores estén alineados detrás de esta arremetida. Prueba de ello, señalan, es que los trabajadores de Enap Magallanes oficializaron a mediados de diciembre su salida de la Federación de Trabajadores que lidera Díaz.

Plantas de hidrógeno, cambio de edificio y nueva marca

Para la Federación de Trabajadores, en cambio, lo que está detrás del conflicto es lo que denominan ánimos privatizadores de Tokman y su círculo más estrecho, lo que se expresaría en las negociaciones que ha sostenido la compañía estatal para venderle al grupo Linde -uno de los mayores productores de gases industriales del mundo- una participación de su planta de hidrógeno del Biobío. El traspaso de la producción de hidrógeno a un tercero, afirman conocedores de la firma, le permitirá a Enap dedicarse al negocio principal, que es la refinación. Los sindicatos tampoco ven con buenos ojos el nombramiento de ejecutivos "de afuera" y la exclusión de candidatos internos que los dirigentes consideran más idóneos, decisiones como el reciente cambio de edificio corporativo o un proceso de cambio de marca que se adjudicó en febrero de 2017 a la empresa MagiaLiquid por US$ 458.175."Nosotros hemos pedido que esas cosas sean revisadas por las instituciones que corresponde, como son la Contraloría y, de ser necesario, el Consejo de Defensa del Estado (...) por ejemplo, haber hecho el cambio de marca. Al día de hoy, nadie nos ha podido explicar por qué la Enap se gastó la cantidad de millones que se ha gastado para cambiar su marca. La Enap es una empresa que tiene muy pocos clientes, no es el Banco del Estado, que tiene miles de clientes que atender", afirma Díaz.

Este miércoles, el propio Díaz concurrirá a la Cámara de Diputados para exponer su visión sobre este conflicto, situación que en la empresa atribuyen a la llegada que el dirigente DC y secretario general de la CUT tiene en sectores de la Nueva Mayoría, cuyos parlamentarios le habrían abierto las puertas de esta instancia.

Con todo, esas mismas fuentes desestiman las suspicacias respecto del cambio de imagen corporativa y afirman que ese proceso (que partió en junio de 2016) contó, desde el principio, con la participación de los trabajadores, lo que queda de manifiesto en el acta de la Mesa de Diálogo Social de Sindicatos de Enap del 9 de mayo de 2017, instancia en que la administración expuso por segunda vez los detalles de ese proyecto -incluyendo los costos- a todos los sindicatos de la empresa. Estuvieron presentes en esos espacios de diálogo desde Marcelo Tokman hasta los dirigentes de la Federación de Trabajadores William Montes y Marco Varas. Sobre el cambio de edificio -otra de las decisiones que los sindicatos critican- fuentes de la compañía explican que la venta de las oficinas de Huérfanos se hizo en 2005, hace más de 12 años. Entonces, la administración se instaló en unas dependencias en Vitacura. Lo que hizo este año fue terminar ese contrato y cambiarse a Apoquindo, pero capitalizando los derechos ya adquiridos sobre las oficinas de Vitacura, lo que le generó a la Enap una ganancia importante. Esas fuentes señalan que la decisión fue analizada y aprobada por el directorio de la empresa. "El traslado se dio en un contexto de optimización de espacios, de eficiencia energética y, sobre todo, con el propósito de rentabilizar una inversión y generar recursos para financiar inversiones", explican fuentes de Enap.

Los números son positivos

Las disputas con el sindicato no han hecho mella en las cifras que puede mostrar la empresa. Si en 2012 la estatal tenía un patrimonio de US$ 83 millones, al primer semestre de 2017 tenía activos por US$ 923,7 millones. Entre 2007 y 2013, la empresa invirtió un promedio de US$ 350 millones al año, lo que supuso postergar una serie de acciones necesarias para crecer al mismo ritmo que la demanda del mercado nacional. A partir de 2014, el escenario cambia: ese año se invirtieron US$ 402 millones; en 2015, US$ 635 millones y en 2016, US$ 754 millones.

LA COMPAÑÍA aporta 2.393 UTM semestrales ($112.403.996) al sindicato con el fin de constituir un fondo destinado al perfeccionamiento de sus afiliados.

ADEMÁS, LA EMPRESA entrega mensualmente al sindicato 213 UTM ($10.005.036) para financiar los gastos de administración y de secretaria.

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