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Quienes cumplieron la labor de defender los votos del candidato de centroderecha cuentan su experiencia:

Los "soldados" de Piñera

martes, 26 de diciembre de 2017

Por John Müller
Política
El Mercurio

Los testimonios de los apoderados de Chile Vamos dan cuenta del compromiso de familias y amigos motivados por supuestas irregularidades o por la caída de la votación de su candidato.



"La victoria tiene cien padres, pero la derrota es huérfana", decía Napoleón. Hoy, cuando se multiplican los que reclaman su sitio en el triunfo de Sebastián Piñera -hasta el punto de que el propio Presidente electo suele preguntarse irónicamente si él realmente llegó a aportar algún voto-, la gran movilización de apoderados de Chile Vamos sigue apareciendo como una clave de la victoria.

La estrategia de los apoderados llegó de la candidatura de José Antonio Kast. Ahí surgió la preocupación por supuestas irregularidades en la votación. La misma noche en que se conocieron los resultados de la primera vuelta, Chile Vamos se propuso tener un apoderado en cada mesa: en total, 42.890 en Chile y 162 en el extranjero. Al final, se movilizó a más de 50.000 personas, aunque hay informes de que en algunas provincias faltaron y en otras sobraron.

Se creó, además, un call center, para dar apoyo técnico y jurídico a los voluntarios. Se cita a Juan Carlos Aguilera, jefe de campaña de Kast; Cristóbal Lira, Gonzalo de la Carrera, Rodrigo Ubilla, Fernán Lecaros y Marcelo Brunet entre los padres de la criatura.

Los testimonios de los ciudadanos que participaron en la campaña dan cuenta de un desafío que fue asumido por familias y grupos de amigos, que se vieron motivados por las denuncias de supuestos votos marcados o por la caída sistemática de la votación de la derecha en sus mesas y que asistieron disciplinadamente a la jornada de capacitación.

En algunos sitios fueron bautizados como "los soldados de Piñera" por los vocales y los apoderados de Alejandro Guillier, debido a la puntualidad con que llegaron y su alto nivel de organización. Varios destacan la utilidad de las redes de WhatsApp.

Los relatos también dan cuenta de que las irregularidades fueron la excepción, que la presencia de apoderados permitió "salvar" muchos votos que iban a ser condenados, pese a que manifestaban preferencia, y que se evitaron errores materiales en las actas. Los incidentes con los apoderados rivales o los vocales de mesa fueron casi inexistentes, pero sí hay un número importante de críticas a la actuación de los delegados del Servicio Electoral.

Esta es una versión editada de testimonios de apoderados de Chile Vamos.

Pedro Martínez Muñoz (apoderado en Viña del Mar):

"Desde el año 2004, con 18 años, que soy apoderado... Lo fui en primera vuelta y tras el decepcionante resultado de Piñera comenzamos a trabajar en el reclutamiento de apoderados. Se hizo un trabajo de hormiga, convocando a conocidos, familiares y vecinos por WhatsApp y correo electrónico; escribiendo en los Facebook de grupos pro Piñera, llamando por teléfono a las personas que concurrían a las actividades de campaña, etc. Y la respuesta fue abrumadora: por primera vez tuvimos cada local asignado con dos apoderados generales, un apoderado ante la Junta Electoral, un apoderado por mesa y apoderados de reserva".

"En mi caso, tuve 26 apoderados para las 26 mesas del Colegio Ana María Janer, de Miraflores (uno de los seis locales donde Piñera perdió en Viña). Todo un logro considerando que siempre ha sido un local muy adverso. Un militante de RN, además, hizo un estudio de todos los locales de Viña, Valparaíso y Concón, sobre los resultados en las mesas, por lo que cada apoderado general sabía en qué mesas la suma Piñera-Kast era menor a la de los candidatos de izquierda, cosa de poner más atención y a los apoderados más avezados en esas mesas...".

"Otro fenómeno que se dio es que hubo mucha gente que era apoderada por primera vez. En mi local eran 20 los primerizos. La capacitación alcanzó a los más de mil apoderados que se reunieron en Viña para las 901 mesas que tiene la comuna".

"Entre los primerizos, destacaban hombres y mujeres de sectores acomodados de la comuna (Reñaca, Jardín del Mar, Miraflores Bajo y Población Vergara) que se sintieron con el deber de defender los votos de Piñera. En mi colegio había ocho personas con ese perfil, e incluso, un matrimonio mayor -de situación muy acomodada- fue a ofrecerse espontánea y voluntariamente como apoderados, a las 16:30 horas del domingo 17. Les asigné las mesas 31V y 32V".

"No tuve dificultades ni con los vocales ni con la delegada electoral, ni se presentaron los temidos votos "marcados".

Sergio Pierry (Chiguayante):

"Durante el escrutinio, los apoderados de Guillier quisieron objetar dos votos de Piñera que estaban marcados con una 'x', pero el presidente los contabilizó como válidos después de que yo mostrara la cartilla con los ejemplos de votos válidos. Debiera proveerse un timbre con la leyenda 'No votó' para invalidar los electores que no concurrieron y hacer más expedito el conteo".

Mario Fernández (Pedro Aguirre Cerda):

"Tengo 59 años y nunca había participado en política. Sentí la necesidad de apoyar a un candidato que creo que es bueno para Chile. Me ofrecí como voluntario y el sábado 9 nos citaron para capacitación, en Irarrázaval. Había una gran fila para que a uno le asignaran mesa. De pronto, alguien pidió voluntarios para ir a Pedro Aguirre Cerda. Como así te saltabas la tremenda fila, para allá partí. Al margen de que mi interés no era quedarme en Las Condes, sino que ir a un sector más 'difícil'. Tomaron mis datos, pasamos a una carpa donde Rodrigo Ubilla nos hizo la capacitación y al final llegó Piñera a saludar. El ambiente era frío, no había mucho entusiasmo, sino más bien preocupación".

"En la semana se armó un grupo de WhatsApp y nos fuimos coordinando los que íbamos a ese sector. Nos tocó el Colegio Boroa, cerca de Departamental. Toda esa semana estuvimos hablando y motivándonos por WhatsApp y asegurándonos de que nadie fallara. ¡Creo que esa red social fue clave!".

Víctor Fuentes (Valparaíso):

"Todo partió bien, a las 7.45 horas, el 50% de los apoderados en sus mesas. Mis tres hijos, varios ex compañeros de colegio, amigos y voluntarios, al poco andar, cubrimos la totalidad de las mesas. Lo negativo vino por parte de los delegados del Servicio Electoral, parciales, arbitrarios e ignorantes en ciertos aspectos. Fui alertado por los apoderados de mesa que la delegada electoral los obligó a retirarse del lado de las mesas, que es lo que la ley permite, situándolos a más de tres metros de distancia e incluso, amenazando con el uso de la fuerza pública".

"Al presentarme, y con apoyo telefónico de un staff de abogados, se le mencionaron los artículos que nos permitían estar en dicho lugar. Incluso los vocales dijeron que no les molestaba nuestra presencia".

Fernando Pau Fábregas (Maipú):

"Todo comenzó con la primera vuelta. Reunimos 17 voluntarios, a los cuales capacité y participamos como apoderados en San Miguel. Hicimos lo que pudimos para cubrir 36 mesas, terminamos tristes con el resultado, no era lo que se esperaba. Lo anterior y dada mi experiencia en elecciones anteriores, nos motivó muchísimo e iniciamos la campaña 1+1=3 (cada votante debía convencer a tres familiares o amigos para que votaran por Piñera)... Para la segunda vuelta nos propusimos cubrir seis locales de votación, dos en La Cisterna, dos en San Miguel y dos en Maipú; 180 apoderados, cosa que se cumplió. Nunca la derecha había tenido tanta cobertura y con apoderados capacitados".

"Varias discusiones se plantearon en la calificación de los votos. Destaca la falta de experiencia y desconocimiento de los vocales designados por sorteo y pagados. Muchos son gente joven que durante el día no recibió alimentación. Compartimos la nuestra con ellos. Rescatamos muchos votos anulados que claramente eran a lo menos objetados en favor de Piñera".

"Una muestra del tipo de errores: una mesa que no tuvo problemas durante todo el proceso y a la hora del conteo todo cuadraba (108 votos a Piñera, 96 a Guillier y dos nulos), pero que, sin embargo, en el acta de escrutinio las cifras se escribieron cambiadas, dando por ganador a Guillier. Nuestro apoderado se percató y corrigió la situación sin mayores inconvenientes".

Gonzalo Echeverría (Lo Valledor):

"Me tocó ser apoderado general en la Escuela Acapulco, población Santa Olga, Lo Espejo. Veintidós mesas y el resultado fue de 67% para la izquierda y un 33% para la derecha. En la segunda vuelta fue 56% para Guillier y 44% para Piñera, es decir, subimos 11 puntos respecto de la primera vuelta...".

"Incidentes: ninguno en términos de votos marcados, mal contados ni nada de cosas raras. Solo hubo en una mesa seis votos que marcaban preferencia a Piñera y que fueron objetados. Trataron de anularlos, pero como la ley es clara, esos fueron votos a Piñera en el recuento final (objetados pero escrutados). Solo se escuchaban balaceras durante el día en los alrededores, pero, según los policías, era porque se buscaba a algún 'narco', y decían que era normal en la zona. Había mucha protección en el recinto, con personal de la FACh. No hubo temor".

"Mi reflexión es que los caballeros murieron todos en la época de las Cruzadas. Bajo esa premisa y considerando que en muchas zonas de Chile puede haber mesas solo con gente de izquierda, me parece que la derecha nunca más debe dejar las futuras elecciones sin apoderados el día completo".

Claudia Duerr (población La Victoria):

"Con mi hermana nos inscribimos y nos mandaron a la Población La Victoria, colegio del mismo nombre. El domingo llegamos al mediodía al metro Pedro Aguirre Cerda. Pronto fuimos centro de miradas, logramos tomar un taxi que nos llevó al centro de La Victoria, donde nos recibió un grupo de apoderados de Piñera. El líder del grupo creó un WhatsApp con los 42 voluntarios. Rápidamente llegamos a nuestras mesas, nos presentamos, saludamos muy amablemente y nos sentamos a esperar. Las primeras miradas no fueron simpáticas, luego fue mejorando el ambiente".

"Siendo las 18 horas partió el recuento de votos. En ese momento llegan los del Partido Comunista con muy mala actitud, con gritos contra 'los fachos' y otros piropos indignos. Las cinco vocales de mi mesa, muy correctas, mostraron cada voto, y los separaron. Ganó Guillier, por 37 votos. Los gritos subieron de tono en la medida que se iban cerrando otras mesas y se empezó a poner caliente el ambiente".

"Cerrando las siete mesas del lugar donde estábamos con mi hermana, entregamos el acta a nuestro apoderado general, quien nos recomendó salir rápido de la población antes de que se empezaran a conocer los resultados. Subimos más de nueve puntos, en comparación con la primera vuelta. No pasaba ningún taxi, pronto llegaron tres jóvenes, también apoderados de Piñera, que tenían un Uber y que ofrecieron dejarnos en un metro. Más tarde nos enteramos que a los tres últimos apoderados los estaba esperando gente con pistolas. Salieron corriendo, muertos de susto, por suerte no les pasó nada".

"Fue una experiencia extraordinaria, ver a la gente como sufre el control de un grupo de narcos, como igual fueron a votar y se expresaron, ver que quieren buena educación, que de verdad necesitan el apoyo del Gobierno para cambiar sus vidas".

Ricardo Prado (Maipú):

"Primera vez que soy apoderado. Me invitó a participar un amigo de la UDI. Yo no soy del partido. Recibí capacitación muy profesional de un abogado, en el Omnium. En la primera vuelta fui apoderado en Miguel León Prado, en Gran Avenida. En la segunda nos trasladaron a ocho a un Liceo en Maipú. Logré que tres hijos míos y mi señora también fueran apoderados. Todos lejos de donde votamos (La Dehesa)".

"Nuestros apoderados llegaron temprano. Los de los candidatos rivales llegaron de a tres o más a la hora del conteo final, y haciéndose notar, cuestionando la mesa si hay más votos en contra de ellos, 'para calentar el ambiente'. 'Están descuadrados', 'esos votos son nulos', suelen decir en voz alta. En la segunda vuelta actuamos en grupo y al terminar el conteo acudíamos a la mesa del lado a apoyar. Decían que los apoderados debían vivir en el lugar y no ser afuerinos, 'como ustedes'".

Alfonso Ríos Larraín (Pudahuel):

"Cinco de mis hermanos (somos 11) y 32 personas más, primos y amigos, formamos un grupo de apoderados Piñera-Kast en primera vuelta y para Piñera en segunda. Se nos asignó la Escuela Estado de La Florida en Pudahuel: 28 mesas. Mi hermano Marcos, abogado-socio de Carey y Cía., fue nuestro apoderado general y yo, que llegué a mediodía, porque voto en Concón, fui apoderado ante la Oficina Electoral".

"Aunque la gente del lugar nos miraba al principio con curiosidad, a poco andar nos fuimos 'sincerando' al ritmo de la conversación, acompañada de sándwiches, empanadas y bebidas, que salían de nuestras mochilas y coolers . Todo en paz y armonía. Trabé buena amistad con el apoderado general de Guillier, un guatón de unos 50 años, vecino del lugar, socialista y hombre de confianza de Johnny Carrasco, el simpático y popular alcalde de Pudahuel, que ejerce el cargo de manera ininterrumpida desde 1992. Todo un ícono en la comuna. Tipo afable el apoderado guillierista. Desordenado en la charla, pero claro en sus convicciones: 'Tenemos un candidato como las h..., pero igual les vamos a ganar', decía mientras devoraba la tercera empanada que los míos le ofrecían. A las cuatro de la tarde su talante y predicciones eran diferentes.

-¿Cómo ves la cosa en este local con respecto a la vuelta anterior? -le pregunté.

-Algo raro estoy notando -me respondió-. He visto entrar a gente que conozco y que nunca había votado. Son comerciantes (algunos los individualizaba con nombre y apellido), que traen a su señora y a sus hijos a votar por Piñera. Y me dicen del comando que lo mismo está pasando en otras partes... Mucha gente de ustedes votando.

-Es que Piñera aseguró más gratuidad en la educación, revisar las AFP, nueva Constitución y otros programas que eran de Guillier -argumenté, buscando más información.

-¡Na' que ver! -exclamó casi gritando- Votan por Piñera por la pega, porque creen que maneja mejor esto que la Michelle y Guillier. Y ustedes los convencieron. Metieron harto susto y les está resultando".

Eduardo Escaffi, apoderado en Quilicura:

"De verdad parecíamos un ejército de ocupación. En algunos casos, los 'soldados' no podían ocultar el miedo de enfrentar a este otro Chile, del que seguramente sabían que existía solo cuando pasan por Vespucio, camino a Pudahuel. El comportamiento por ambos lados fue ejemplar. La fuerza policial solo tuvo que mantener una discreta presencia, a pesar de que en los cables eléctricos de la calle, el narcotráfico se evidenciaba en las zapatillas colgando. A las 19 horas ya se había terminado todo. Solo un incidente sin importancia se reflejó en una de las actas".

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