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Cómo el estilo de Ramiro Mendoza ha marcado la gestión de la Contraloría

domingo, 02 de marzo de 2008

Bernardita Serrano Bascuñán
Economía y Negocios Online, Enfoques

Está a punto de cumplir un año al mando, y aunque al principio no contaba con apoyo transversal, hoy desde todos los sectores destacan su profesionalismo y su "buena" gestión.





A los pocos días de asumir en el cargo, el contralor general, Ramiro Mendoza, decidió ir a almorzar al comedor de los funcionarios. Subió al piso 11 con algunos de sus asesores, hizo la fila y se sentó a almorzar. Quienes ahí estuvieron recuerdan que rápidamente se desató el "festival del codazo". Nunca un contralor había hecho algo así.

Quienes trabajan en el edificio de Teatinos cuentan que las cosas han cambiado en detalles como este desde que él llegó, pero que es en el funcionamiento de la Contraloría donde más se ha notado.

Fumador de por lo menos una cajetilla diaria, aunque ha dicho que lo está dejando, Ramiro Mendoza se toma más de diez cafés al día, trabaja cerca de doce horas diarias, publica su agenda en la web y no es raro verlo llegar los domingos en la tarde en su moto Ducati roja.

Estas últimas han sido sus semanas más movidas en lo que a notoriedad pública se refiere. Al informe de irregularidades en el pago de subvenciones escolares por más de $262 mil millones hecho público hace dos semanas y sus posteriores consecuencias, esta semana se sumaron irregularidades descubiertas en la Superintendencia de Electricidad y Combustibles. A pesar de que estaba de vacaciones en las Termas del Corazón y que incluso se cambió de casa el jueves pasado, el contralor siempre se mantuvo atento a lo que estaba pasando. Quienes lo conocen aseguran que se comunicó con sus colaboradores y también con personeros de Gobierno. Porque a pesar de que muchos comentan que las relaciones están muy tensas, hay otros que aseguran que la buena comunicación sigue como siempre.

Ramiro Mendoza llegó a llenar una vacante que cumplía ocho meses sin tener un nombre que consiguiera los votos necesarios en el Senado, pero desde el primer minuto, aseguran quienes lo conocen, dejó claro que los cambios los iba a hacer una vez que hubiera definido dónde estaban las deficiencias. A los pocos meses, cuando ya estuvo en condiciones de hacer un diagnóstico, tomó medidas.

Desde la otra orilla

Es que a pesar de que muchas veces le había tocado ser contraparte de la Contraloría en juicios mientras trabajaba como abogado independiente o como socio del estudio Philippi, Yrarrázaval, Pulido & Brunner, y que tenía claro el giro que había que dar, "quería darles la oportunidad a todos a que se sumaran a su proyecto", cuenta uno de sus cercanos.

Reorganizó la institución y en diciembre le pidió la renuncia a la plana mayor del organismo, contrató a algunas caras nuevas durante el año, unificó criterios a lo largo del país y creó la instancia de las auditorías integrales aleatorias para potenciar la labor proactiva de fiscalización. En enero partieron con EFE, Fonasa, INP, Registro Civil y Conicyt.

Hoy, a casi un año de haber asumido, sus cercanos cuentan que después de los cambios del año pasado no se ven grandes transformaciones para este año, sino que se buscará mejorar los procesos internos como por ejemplo tener en línea a todas las contralorías del país, que todos reciban una respuesta eficiente y rápida a sus requerimientos, y mejorar los sistemas de auditorías. El contralor buscará asegurar que la institución funcione bien y que cumpla cabalmente su rol. Quienes lo conocen aseguran que eso es lo que más le preocupa.

Apoyo transversal

En lo que coinciden todos los consultados es en el profesionalismo, la inteligencia y la independencia de Mendoza. Quienes han trabajado con él cuentan que cuando una empresa le solicitaba un informe en derecho sobre algún tema él daba su opinión técnica y que "nunca le ha importado incomodar a quienes lo contrataban".

Si bien se comentó mucho su cercanía a la derecha al minuto de su nombramiento y que eso no fue visto con los mejores ojos por algunos, hoy parlamentarios de todos los sectores coinciden en su buena gestión.

José Antonio Gómez, senador y presidente del PRSD, fue compañero de curso en la U. de Chile y tiene buenos recuerdos de esa etapa. "Respeto su trabajo y tengo plena confianza que es un trabajo jurídico", pero cree que hay que tener cuidado con lo que está saliendo a la luz pública en temas como el de subvenciones, porque no se trata de las resoluciones finales.

Un tema en el que coincide el senador PS Carlos Ominami, quien asegura que en este tema hay que ser "particularmente rigurosos, porque lo que dice la Contraloría genera efectos". Pero cree que "ha sido una persona dinámica, la que el país requiere para que la Contraloría sea muy vigilante".

Pero no son los únicos que ven con buenos ojos su trabajo. El presidente de RN, Carlos Larraín, asegura que tiene mucha energía, que se está notando su gestión, pero que "hay que dejarlo trabajar".

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