¨No tengo edad para ser ministro. Los ministros deberían tener 50 años o entre 30 y 60 años". David Gallagher, 73 años, ex profesor de literatura en Oxford, banquero y miembro del comando de Sebastián Piñera, renunció esta semana a la empresa que fundó hace más de tres décadas, Asset Chile, como presidente y socio, para facilitar el recambio generacional en esta firma. De ahí que la pregunta sobre su participación en el gobierno del nuevo Presidente electo sea pertinente, aunque él desestima un cargo en la primera línea y no profundiza sobre el rol que jugará en el gobierno. Sí ahonda sobre los cambios políticos del país, los nuevos liderazgos y se refiere a cómo será el nuevo período de Sebastián Piñera. -¿Considera que la elección muestra que se amplió la base de la derecha o que las ideas más propias de la derecha, como la libertad o el rol del mercado, permean más profundamente en la ciudadanía chilena? "Lo segundo, de todas maneras. Lo seguro es que la centroderecha ha logrado juntar nuevos votantes". "La campaña de Piñera, por más que la izquierda la tildó de derechizante, fue de centro y de mucha moderación, enfatizando la necesidad de acuerdos, de consenso. La derecha, gracias a Piñera, porque yo creo que él es el artífice principal de esto, y también gracias a Evópoli, ha logrado convertirse en un referente de gusto más universal que antes. Ya no tiene un discurso de nicho, ya no es derecha pura. Se parece más a la DC alemana, que es un partido enorme con tiene distintas alas, muy diversas. Es una derecha muy alejada ya de Pinochet. Para eso está un José Antonio Kast, pero el nicho de él es muy chico dentro de todo". "El votante chileno hoy no va a votar con mucha preconcepción ideológica. Escucha los discursos, las propuestas, estudia el carácter de los candidatos y probablemente decide bastante tarde por quién va a votar. Finalmente, muchos votan por la persona, no por si es derecha o izquierda". -¿Cree que Sebastián Piñera es probablemente el único líder de derecha que logre adhesión fuera de su sector? "En este momento, sí. Yo creo que para esta elección no había otro liderazgo parecido. Pero sí los hay para el futuro: Felipe Kast es una tremenda promesa y entre los políticos más antiguos, una persona como Andrés Allamand representa ese tipo de derecha. José Antonio Kast es muy inteligente e interesante, pero representa a una derecha de nicho y la de Ossandón, también". -¿Aunque hable de la "derecha social"? "La "derecha social" está bien, tiene que ser parte de la centroderecha o del centro. Pero por algo Piñera no necesita ponerse adjetivos de ese tipo. Ossandón tiene que desprenderse de su adjetivo "social", o agregarse adjetivos adicionales. Tiene que sumar más atributos. Por ejemplo, demostrar que entiende cómo funciona una economía, poner a su lado a economistas de alto vuelo, sin perder su preocupación social, que es legítima y necesaria. Tener una visión más amplia, creo que eso le falta, anda un poco con el disco pegado". "Prefiero un 4+4 o un período de 6 años a secas, sin posibilidad de volver" -Dado que es la segunda vez que Michelle Bachelet le entrega el poder a Sebastián Piñera, siendo segunda vez desde la dictadura que un gobierno de izquierda da paso a uno de derecha, ¿hay una crisis de liderazgo que se evidencia en esta alternancia? "Chile tiene una regla que no me parece muy buena, que es que el Presidente no se puede suceder a sí mismo, pero sí puede volver después. Yo prefiero que el período presidencial sea quizás más largo o que sea repetible de una vez en forma secuencial, y no esto de que el Presidente se va a descansar cuatro años y vuelve". "Eso evita tener fantasmas rondando. Fantasmas que dificultan que surjan nuevos liderazgos. Si la NM sobrevive, puede seguir rondando el fantasma de Michelle Bachelet (para un eventual tercer gobierno), porque ella va a terminar con una tasa de aprobación cada vez mejor y puede subir en su ausencia. Y eso no lo encuentro sano". "Creo que debería revisarse la legislación. Prefiero un 4+4 o un período de 6 años a secas, sin posibilidad de volver, como es en México". "Bachelet hizo un gobierno demasiado de izquierda para los chilenos" -¿Hay una nueva normalidad democrática que incluye alternancia? "El período natural de un sector para gobernar en el mundo es de 8 a 12 años. Si ves países europeos, la gente exige alternancia después de ese período. En Chile ha sido distinto últimamente por razones puntuales. El primer gobierno de Piñera no facilitó el surgimiento de liderazgos alternativos y tuvo fallas políticas. Pero se produjo un fenómeno aun más determinante: la insólita popularidad de Michelle Bachelet. Era una figura imbatible, con una tasa de aprobación de hasta 80%. Es sobre todo eso lo que imposibilitó que la derecha se sucediera a sí misma en ese momento". "La idea de que la derecha se reelija es, además, muy nueva en Chile. La pregunta ahora es por qué duró tan poco la izquierda esta vez, y la explicación es que dejó de ser centroizquierda. Michelle Bachelet hizo un gobierno demasiado de izquierda para los chilenos. El país es más de centro. A Guillier no le quedó más remedio que decir que sería continuista, pero eso lo derrumbó, porque la gente no quería continuismo". "Piñera fue más de izquierda que Aylwin" -¿Qué tipo de gobierno debería hacer Piñera? "El país es distinto a lo que era en el primero, los desafíos son distintos. Por otro lado, Piñera tiene que haber aprendido que no basta con la economía, tiene que haber más política. Pero, dicho esto, va a tener más legitimidad que la vez pasada, tiene más votos y mejor Congreso". "Me alienta mucho este énfasis en la moderación, la necesidad de acuerdos y de consensos, de unir a los chilenos, sobre todo cuando el gobierno actual produjo tanto conflicto en Chile". -¿El gobierno "de los mejores" o de "la excelencia"? ¿O un gobierno "de los acuerdos", al estilo de Patricio Aylwin? "Yo me iría con un gobierno de los acuerdos. El gobierno "de los mejores" o de "la excelencia" crea un exceso de expectativas, hace perder de vista que los ministros son seres humanos que cometen errores. Prefiero pensar en un gobierno de los acuerdos". "Yo creo que hay acuerdos factibles, que al menos vale la pena intentarlo. Cuando la NM se izquierdizó, quedó huérfana la Concertación, quedó, por así decirlo, "desconcertada", y allí hay una fuente de acuerdos. Después de todo, el primer gobierno de Piñera fue bastante continuista de la Concertación. Si bien fue más de derecha que el primer gobierno de Bachelet -que fue lejos el más de izquierda que había habido desde el retorno de la democracia-, el primer gobierno de Piñera fue más de izquierda que el de Aylwin. Temas como el posnatal de seis meses, la eliminación de la cotización (de jubilados) en Fonasa o el acuerdo de vida en pareja habrían sido impensados en el gobierno de Aylwin". "Lo que Piñera rescató al incluir la figura de Patricio Aylwin en la franja fue la imagen de una coalición que le hizo un bien enorme a Chile, una época gloriosa para el país, de la cual Piñera es el continuador". -¿Es el continuador de la Concertación? "Sí. De lo que fue la Concertación hasta el final del gobierno de Ricardo Lagos, muy jugada con el sector privado, el libre mercado, con soluciones creativas para los problemas públicos, mente abierta, sin prejuicios ideológicos profundos". -¿Qué errores no debe cometer Piñera? Algunos le criticaron la falta de un "relato"... "No me gustan mucho los relatos, los encuentro fachos o bolcheviques. Los gobiernos deben administrar bien el país, ese es su deber moral, y en eso mismo hay una épica, la de responderle a la ciudadanía haciendo las cosas bien". -¿Y la gestión de "la calle", de la protesta? "Eso no lo hizo bien, y tiene que hacerlo ahora mucho mejor. Tiene que haber seducción didáctica: explicar las cosas, explicarlas con cariño y empatía. Eso lo hacía muy bien Bill Clinton. Era famoso por eso. Miraba a los ojos y le decía a la gente: "I feel your pain", y la gente sentía su comprensión. Ese don de la empatía Piñera lo está aprendiendo, tiene hoy más que antes. Él es economista y tiene cierta intolerancia a la irracionalidad, pero yo creo que está entendiendo que el mundo está lleno de irracionalidad y que los seres humanos pensamos más con las emociones que con la razón". "Me encantaría ver resurgir en alguna parte una socialdemocracia como la de Ricardo Lagos" -¿Considera que es el fin de la NM? "Han pasado pocos días como para decirlo. Para mí es lamentable el debilitamiento de la socialdemocracia en el mundo entero y en Chile. Se izquierdiza mucho la izquierda, y como resultado gobierna más la derecha, porque la gente no está en ese afán de izquierdización. "Me encantaría ver resurgir en alguna parte una socialdemocracia como la de Ricardo Lagos, pero eso se ve lejos todavía". -¿Comparte lo que dijo la Presidenta Bachelet respecto del FA: "No vemos una irrupción de gente de clase media o clase obrera, son hijos de militantes de partidos tradicionales"? "Hay mucho de eso. El FA representa el recambio que la gente quiere. Por eso han tenido tanto éxito. Sacar 16% de los votos es harto considerando que es un movimiento que no existía hace nada. Evópoli es exitoso por la misma razón. Hay otra cosa. Las radicalizaciones de la izquierda -o de la derecha- han pasado antes. Van y vienen. Son cíclicas. Se radicalizan y cuando eso ocurre, pierden las elecciones y luego se moderan de nuevo para poder reencantar ese enorme centro que habían abandonado". "Piñera tiene que haber aprendido que no basta con la economía, tiene que haber más política. Pero va a tener más legitimidad que la vez pasada, tiene más votos y mejor Congreso". "En Chile se instaló, producto de la influencia de dos o tres intelectuales, la idea de que los acuerdos eran miserables, que había que avanzar sin transar. Esta idea me parece no solo antidemocrática, es antihumana".