Las mujeres la llevan a la hora de comprar a crédito en las grandes tiendas. Porque el 70% de los usuarios de tarjetas de retail son féminas, según un estudio sobre tarjetas de crédito realizado en 2007 por Punto Vista. Éste revela grandes diferencias entre los deudores chilenos. Más de la mitad de los entrevistados dijo no tener estudios superiores ni un trabajo formal. Un perfil totalmente opuesto al de quienes tienen tarjetas bancarias.
Ejecutivo con estudios superiores, con un ingreso promedio de $600 mil y 47 años. Así es el comprador que paga con tarjetas de crédito bancarias, donde la proporción entre hombres y mujeres es prácticamente equivalente.
El cliente bancarizado gana casi el doble que el deudor de retail. Si el ingreso promedio de quienes usan tarjetas de bancos es $620.043, quienes pagan con plásticos de supermercados y casas comerciales ganan en promedio $349.866. Un dato a considerar es que casi el 50% de éstos últimos declaró no tener un trabajo formal.
"Los bancos apuntan a clientes con mayor respaldo financiero, en cambio, el consumo ha comenzado a abarcar la porción que no cubren las instituciones financieras: gente sin trabajo formal, dueñas de casa, independientes, entre otros. Lo que genera la mayor brecha sociodemográfica", explica Juan Pablo Gallardo, director de cuentas de Punto Vista.
Lo anterior tiene directa relación con los contrastes en los niveles de estudio. El 81% de los clientes de la industria financiera tiene estudios superiores, situación totalmente distinta a la que viven los "tarjetahabitantes" del retail, donde casi la mitad de los entrevistados declaró tener educación secundaria.
Las prioridades de cada grupo generan discrepancias. La mayoría de los clientes financieros considera que el servicio debería incluir más beneficios en lugar de bajar las tasas de interés. En cambio, para los deudores de consumo, son más importantes los costos asociados.
Para Natalia Aránguiz, de Fit Research, esto se debe a que este tipo de clientes bancarios sabe que puede comprar hasta en 12 cuotas sin interés, por lo que la tasa pasa a segundo plano y prefiere descuentos al pagar a crédito en restaurantes y bencina, por ejemplo.
"Para los clientes de supermercados, por ejemplo, este medio de pagos es un sustituto del dinero, ya que sí o sí debe comprar mercadería. Por esto, en este segmento de la población, la tasa es más importante que los beneficios", argumenta Carola Saldías, de Santander Investment.
Otra de las diferencias es la cantidad de veces que cada cliente utiliza su plástico. Mientras el deudor bancario compra 5,9 veces al mes con tarjeta, el cliente del retail lo hace 2,6 veces, la mitad que los bancarizados.