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La estrategia fue diseñada en la misma noche de la primera vuelta. Cristóbal Lira, uno de sus responsables, dijo que luego del triunfalismo previo al 19 de noviembre, "vino una especie de pánico, y la gente se motivó a trabajar".

El comando de Piñera moviliza a unos 50 mil apoderados, récord para la centroderecha

lunes, 18 de diciembre de 2017

N. Cabello, D. Gotschlich, M. Vega y T. Cerna
Política
El Mercurio




Ante la expectativa del balotaje más cerrado desde 2000, cuando Ricardo Lagos superó a Joaquín Lavín por 187 mil votos, los comandos de Sebastián Piñera y de Alejandro Guillier entendieron la misma noche de la primera vuelta presidencial que deberían emplearse a fondo para tener a la mayor cantidad de apoderados posible en las 42.889 mesas de votación.

Y ayer, en terreno, quedó en evidencia el despliegue superior del equipo del ex Mandatario, liderado por uno de los presidenciables derrotados en primera vuelta, el diputado José Antonio Kast. "Con la misma humildad con que hace un mes era candidato, hoy corresponde salir a defender los votos como apoderado de @Sebastián Piñera", escribió en su cuenta de Twitter antes de irse a dormir el sábado y después de haber preparado las ocho colaciones que llevaría al estadio y que incluían dos Súper 8, dos Prestigio y un paquete de galletas Oreo o Tuareg, además de un sándwich de pan de molde.

En Chile Vamos trabajaron para tener un apoderado en cada mesa. Y lo cumplieron con creces, según Rodrigo Ubilla, jefe territorial del comando, quien los cifró en cerca de 50 mil: "Tuvimos apoderados de mesa en todo el país. Este es el mayor desplazamiento de apoderados que ha tenido la centroderecha en su historia. Eso se manifestó en que teníamos en cada lugar del país una persona que lo representaba".

Esto fue reconocido por sus adversarios políticos: "Ellos tienen (más apoderados). Ha venido mucha gente de afuera. Acabo de ver un furgón, supongo de apoderados, de gente que claramente no es de acá", relataba el diputado Osvaldo Andrade (PS) en el colegio Domingo Matte Mesías en Puente Alto. "No hay ningún problema. Digo simplemente que ellos sí han organizado, pareciera ser hasta ahora, de mejor manera las cosas", agregó.

Chile Vamos doblegó así a la Nueva Mayoría en un ámbito tradicionalmente dominado por la centroizquierda: la capacidad de movilizar a sus adherentes. Cristóbal Lira, jefe de los apoderados del comando de Piñera, lo atribuye a que "hubo una preocupación del electorado con ese triunfalismo que tuvimos en la primera vuelta (...). Lógicamente, vino una especie de pánico, y la gente se motivó a trabajar. Nosotros aprovechamos eso y reclutamos a todos estos apoderados de forma muy estricta".

Un caso fue el de Sebastián Piñera Morel, el hijo mayor del ex Mandatario, uno de los 40 apoderados que Chile Vamos repartió en el colegio San Carlos de Aragón de Puente Alto. "La clave fue mantener el optimismo, pero también estar preocupados de que se podía perder (...). Desde el día siguiente de la primera vuelta nos empezamos a organizar", dijo.

Más parejo en el Nacional

A 17 kilómetros de distancia, en el Estadio Nacional, uno de los principales lugares de votación del país, la meta de ambos comandos era tener un apoderado por mesa. Y así fue. Incluso, Maya Fernández, diputada PS y apoderada de la mesa 4V, explicó que "llegó más gente de la que requeríamos, gente que se acercó a ayudarnos voluntariamente".

Pero el apoderado que más captó la atención allí fue José Antonio Kast, encargado de la mesa 1M. La abogada Julia Urquieta (PC), apoderada en otra mesa, lo acusó de intervencionismo por estar tomándose fotos y conversando con los electores. Pidió que el diputado se retirara y el ánimo se caldeó.

El grupo de personas y los gritos alrededor de la mesa crecieron durante el día y hubo hasta empujones y tirones de pelo. La crispación fue tal que personal del Ejército tuvo que hacer un cordón humano que solo permitía el acceso de personas que sufragaban en las tres mesas ubicadas dentro del perímetro, y finalmente, instalar rejas.

El ambiente siguió tenso hasta que a las 18:05 horas la mesa cerró y comenzó el conteo de votos ante los atentos ojos de Kast y del también ex precandidato presidencial Fernando Atria. Finalizado el conteo -con 66 votos para Piñera y 47 para Guillier-, Kast debió ser custodiado por el Ejército hasta el vehículo que lo esperaba a pocos metros. Se retiró rápidamente entre gritos de los asistentes, que siguieron interpelándose por cerca de 20 minutos, hasta que la muchedumbre se dispersó.

A pocos metros, la 4V, custodiada por Maya Fernández (por Guillier) y Marcelo Pineda (por Piñera), terminó con 83-65 a favor de Piñera.

Mantenía la esperanza

Poco antes, a las 18:01 horas, el encargado electoral del Instituto Superior de Comercio ordenaba activar el timbre del establecimiento de calle Amunátegui, en el centro de Santiago, para anunciar el cierre de las mesas.

Solo media hora después, las 32 urnas del local ya estaban escrutadas.

"En este lugar históricamente se vota por la derecha. Eso no quiere decir que perdamos la esperanza", decía Fotis Rojas, apoderado por Guillier en la mesa 32, una de las cinco en las que ganó el candidato oficialista.

El comando de Guillier también hizo lo suyo reclutando apoyos con los que han contado por años. En la mesa 104 del Instituto de Humanidades Luis Campino, en la comuna de Providencia, Mario Olivares (80) se desempeñó ayer como apoderado de mesa del candidato del oficialismo, Alejandro Guillier. Según afirma, esta fue su vigésima elección. O quizás la vigésima primera. Es que ya perdió la cuenta, afirma.

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