jueves, 28 de febrero de 2008
ROSARIO ZANETTA y FRANCO VERA
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Según operadores, la divisa podría acentuar sus caídas en los próximos días, y llegar incluso a valores de $455, lo que dependerá tanto de datos locales como de nuevas cifras macroeconómicas en EE.UU.
Pese a que el dólar inició la jornada de ayer con un leve repunte respecto del peso, al cierre de la jornada la historia era otra. El tipo de cambio cerró con su décima caída en el mes y en su menor nivel de los últimos diez años.
La divisa abrió las transacciones en torno a los $464, pero las negativas cifras macroeconómicas provenientes de Estados Unidos acentuaron su caída. Con esto, crecieron las posibilidades de un recorte de tasa por parte de la Reserva Federal, el mismo que aumentaría el diferencial de tasas existente hoy con Chile, y que alcanza los 325 puntos base.
Lo anterior fue reforzado por los dichos del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien se mostró dispuesto a hacer nuevos recortes pese a la alta inflación.
Y si el panorama internacional ya llevaba a la baja a la divisa norteamericana, las novedades respecto del cobre desde Londres sólo acentuaron la tendencia. Esto, porque el metal rojo cerró ayer en la bolsa londinense con su mayor valor desde el 17 de mayo de 2006. La libra de cobre se transó ayer a un precio de US$ 3,86279, lo que equivale a una nueva alza, esta vez de 2,96% respecto del cierre de las transacciones del martes. Sólo en febrero el metal se ha apreciado un 16%.
Con estos antecedentes, el tipo de cambio rompió con los mínimos que ya había marcado en 2008, y cayó hasta los $462,5 comprador y $462,8 vendedor, su menor precio desde noviembre de 1998.
En el año, el peso acumula un avance de $35,30 frente al dólar, lo que convierte a la moneda chilena en la cuarta divisa a nivel mundial que más se ha apreciado en 2008. La moneda local es sólo superada por la fortaleza del peso colombiano, la corona checa y el dólar australiano. La tendencia que siga el dólar en los próximos días estará en gran parte determinada por el precio del metal rojo. A juicio de Tomás Flores, de Libertad y Desarrollo, es posible que el cobre continúe su senda alcista y alcance los US$ 4 la libra de mantenerse las actuales condiciones. La fuerte demanda asiática junto con posibles caídas en la producción local producto de la situación energética son, a juicio de Flores, las razones que justifican el último avance del metal. En un horizonte de largo plazo (entre 15 y 18 meses) sostiene que éste debiera mantenerse incluso por sobre los US$ 3.
Michèle Labbé, de Econsult, coincide con Flores y plantea que es posible que el cobre bordee los US$ 4 la libra en el corto plazo. Sin embargo, explica que en el largo plazo las proyecciones de un menor crecimiento mundial debieran afectar también a Asia, lo que llevaría a la baja la demanda por materias primas. En cuanto al tipo de cambio, operadores apuestan por nuevas caídas, las que estarán condicionadas, además del cobre, por los datos económicos locales.
El dólar aún no ha traspasado el nivel de los $462. Sin embargo, según señalan en las mesas de dinero, de cruzar dicho valor las caídas llegarían a lo menos a $455.
Bernanke priorizaría crecimiento pese a los riesgos inflacionarios
El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Ben Bernanke, entregó ayer su reporte al Congreso de ese país. En su discurso, reconoció que las condiciones económicas por las que pasa EE.UU. han empeorado en forma significativa y que la inflación ha tenido un aumento, sobre todo por el impulso del precio del petróleo.
Sin embargo, reiteró que la Fed intervendrá "oportunamente" para mantener el crecimiento y proveer el seguro adecuado contra los riesgos de una desaceleración, claras señales de que Bernanke sigue abierto a la posibilidad de recortar aún más la tasa de interés.
El presidente de la Fed explicó que el problema del mercado inmobiliario ha llevado a que se acumulen grandes stocks de casas sin vender, lo que se ha traducido en un aumento del desempleo en ese sector, afectando a su vez a todas las industrias relacionadas. Agregó que los altos costos de la energía han importado inflación, afectando los ingresos reales y sueldos, provocando una baja del consumo. Reconoció también que la pobre creación de trabajos y la baja de los salarios está afectando al consumo doméstico. Sin embargo, destacó que el estímulo fiscal -aprobado por el Congreso- ayudaría a paliar los efectos del gasto hasta el segundo semestre.
Agregó que el vigor de la economía mundial ha contrarrestado en parte la debilidad del consumo interno. Las exportaciones estadounidenses de bienes y servicios aumentaron a una tasa anual de 11% en la segunda mitad del año pasado, debido al fuerte crecimiento extranjero y a la baja mundial del dólar, explicó Bernanke.
