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La izquierda populista ha perdido fuerza, producto de casos de corrupción y de la caída de los ingresos por la venta de materias primas con lo cual financiaba sus políticas. Brasil, Colombia, México y Venezuela escogerán mandatarios.

Una región más pragmática y orientada al mercado acompañará al gobierno de Piñera

lunes, 18 de diciembre de 2017

GASPAR RAMÍREZ y JUAN PABLO TORO
Internacional
El Mercurio




La primera interrogante del súper ciclo electoral que se inicia en América Latina se resolvió ayer en Chile con la elección en segunda vuelta de Sebastián Piñera.

Cuando asuma en marzo, el Presidente se enfrentará a muchas interrogantes y algunas certezas, que lo obligarán a tomar distintas decisiones en su política exterior, partiendo por revelarla, ya que el tema estuvo prácticamente ausente de la campaña.

En el plano de las sorpresas, estas debieran venir por los resultados que arrojen las elecciones presidenciales en Brasil, Colombia, Costa Rica, Paraguay, México y Venezuela.

En el plano de las certezas, el próximo Mandatario se encontrará con una región que vuelve a abrazar el libre mercado, como una fórmula para crecer cuando los precios de las materias primas están a la baja.

La izquierda, predominante en una época, parece en retroceso por líos de corrupción que comprometen a sus referentes -desde Lula a Cristina Fernández-, mal desempeño económico y la deriva autoritaria venezolana, que terminó por espantar a los socialdemócratas.

Esto no quiere decir que la región se ha vuelto más de derecha, sino más pragmática y con una ciudadanía más exigente. Este es el panorama de desafíos y oportunidades que encontrará el Presidente electo de Chile:

ARGENTINA

A solo días de la segunda vuelta, el Presidente argentino, Mauricio Macri, se la jugó con todo por su "muy buen amigo" Sebastián Piñera, a través de un apoyo en Twitter, y acertó.

Realmente cercanos desde hace 20 años, ambos son empresarios y fueron dueños de los clubes de fútbol más importantes de sus países (Boca Juniors y Colo Colo) antes de dar el salto a la Presidencia.

Este año, Macri recibió dos veces a Piñera en Buenos Aires; el Mandatario chileno invitó en 2009 al argentino al Parque Tantauco, y de acuerdo con cercanos al gobierno trasandino, ambos líderes conversan periódicamente.

Por eso, es previsible que la relación bilateral adquiera un ritmo inusitado, con proyectos de integración energética y de transportes; coordinación diplomática en foros internacionales, y un apoyo decidido para que Argentina se conecte al Pacífico.

Además, debe resolverse la situación judicial del miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) Galvarino Apablaza, para que salga de Argentina y responda en Chile por el homicidio del senador Jaime Guzmán Errázuriz.

"Si bien con (Michelle) Bachelet las relaciones han sido muy buenas, es esperable que con Piñera la sintonía sea aún mejor, por la afinidad ideológica. Por otra parte, hoy más que nunca Chile es una de las relaciones más estratégicas para la Argentina, por la salida hacia el Pacífico y Asia, nuevo epicentro de la economía mundial", dice el analista político argentino Patricio Giusto.

BOLIVIA

El Mandatario electo enfrentará una relación complicada con Bolivia, aunque son viejos conocidos.

Para los primeros meses de 2018 se espera la fase oral de la demanda por la aspiración marítima que el gobierno boliviano interpuso contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Después de eso, la CIJ tiene entre seis meses y un año para dictar sentencia.

Pero además, Morales ya está en campaña para un cuarto mandato en 2019 y la aspiración marítima será un tema electoral inevitable.

Buscar un modus vivendi con Evo no será fácil, porque su escalada retórica contra Chile solo cosecha rechazo a darle cualquier concesión, como mostró la última encuesta UC Bicentenario-Adimark. En este sentido, Piñera tendrá respaldo para ser duro con su colega y pocos incentivos para dialogar.

"La relación ha sido difícil y parece que lo seguirá siendo. Quizás sea más áspera que antes, porque Morales ya comenzó la campaña. Pase lo que pase en La Haya, Morales mostrará cara de ganador, atacando a Chile, para posicionarse mejor en Bolivia, apelando al patrioterismo, que le hace mal a cualquier país", dice Carlos Toranzo, analista político boliviano.

BRASIL

Con el escenario electoral dependiendo aún del fallo de segunda instancia por un caso de corrupción que el 24 de enero decidirá si el ex Presidente Lula da Silva puede o no ser candidato en 2018, Brasil se enfrenta en unos comicios bastante singulares.

De la triple crisis que vivió el país en los últimos dos años, Brasil ya está saliendo, al menos, de la económica, con el regreso del crecimiento, la inflación contenida y la reducción marginal del desempleo. De la moral, todavía jueces, fiscales y policías prosiguen atacando la corrupción. Y de la política, para eso se supone que están las elecciones y una reforma que impide el financiamiento de las empresas.

El Partido de los Trabajadores (PT) ha admitido que no hay plan B a Lula, el político más popular de Brasil, aunque en baja. El Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) debiera escoger entre el ascendente alcalde de Sao Paulo, Joao Doria, o el gobernador del estado, Geraldo Alckmin. Luego están la insistente ecologista Marina Silva y el diputado de derecha dura Jair Bolsonaro -la gran sorpresa en las encuestas.

En este escenario incierto, se puede decir que mientras el PT y PSDB tienen nexos de larga data con políticos chilenos, Silva no tanto, y en el caso de Bolsonaro, en entrevista con "El Mercurio" expresó su "admiración" por Piñera.

Dentro de todo lo que ha hecho el impopular Presidente Michel Temer, sus cancilleres han racionalizado la enorme presencia diplomática brasileña, que viene de la época de Lula, y apostado por una nueva apertura comercial. La despolitización de Itamaraty y la reconstitución de uno de los servicios exteriores más profesionales de la región, es una buena noticia para Chile, que estuvo por fuera de los intereses de la política externa del PT y que incluso recibió embates por la Alianza del Pacífico.

COLOMBIA

Si bien el escenario electoral luce muy fragmentado hoy en Colombia, en la segunda la vuelta las opciones deberían decantarse entre Sergio Fajardo, un conciliador matemático, ex alcalde de Medellín y amigo de las soluciones ciudadanas, e Iván Duque, un abogado, senador y ex consultor internacional, que concentra el apoyo del uribismo y probablemente de los conservadores.

Uno de los principales clivajes de esta elección se encuentra en el apoyo/rechazo que genera la implementación de los acuerdos de paz que permitieron poner fin al conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que, entre otras cosas, garantizan el financiamiento de su naciente partido y el ingreso garantizado al Congreso de 10 de sus miembros por dos legislaturas.

Mientras Fajardo apuesta más a la reconciliación y tiende puentes con una izquierda democrática, Duque también promete respetar los acuerdos de paz, pero siendo estricto a la hora de visar los beneficios para la guerrilla, que también debe honrar sus compromisos, como no seguir delinquiendo, dar cuenta de todos sus bienes y reparar a las víctimas.

Si lo anterior los diferencia, lo que a ambos candidatos los iguala es que son promercado y pronegocios, lo cual es una garantía de continuidad para la cuarta economía de América Latina que viene desacelerándose. Durante este año, el gobierno de Juan Manuel Santos se vio obligado a reducir en dos ocasiones su meta original de crecimiento para este año, de un 3%, hasta el objetivo actual de 1,8%.

En entrevista con "El Mercurio", Duque expresó su afinidad con el senador electo de Evópoli Felipe Kast, lo cual podría ser una ayuda para el gobierno de Piñera, puesto que desde el uribismo más duro se han expresado algunas inquietudes por el apoyo tan abierto que le dio al proceso de paz impulsado por Santos y en cual Chile sirvió como país facilitador. Mientras, Fajardo recordó su paso por la Pontificia Universidad Católica de Chile como profesor visitante.

Sin embargo, ambos líderes son reconocidos por ser pragmáticos, lo que permite prever una buena relación bilateral y en foros del Pacífico, donde Chile ha ido abriéndole la puerta a Colombia.

MÉXICO

La elección presencial de México es una de las mayores preocupaciones en la región, porque se estima que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un líder populista de izquierda, tiene opciones reales de llegar a Los Pinos, en un país donde hay solo una vuelta electoral.

Los casos de corrupción que salpican al gobierno de Enrique Peña Nieto, el repunte histórico de los homicidios, la desaceleración de la economía -con la caída del precio del petróleo- y el antagonismo de Donald Trump hacia México están creando condiciones irrepetibles para darle una oportunidad a AMLO.

Por otro lado, el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) apostó por José Antonio Meade, un tecnócrata independiente que ha dirigido ministerios durante Peña Nieto y en el gobierno de Felipe Calderón. Su preparación profesional, moderación y ausencia de escándalos personales lo convierten en lo opuesto de López Obrador, lo que será clave para captar votos de quienes no quieren un giro pronunciado a la izquierda en México.

También se encuentra el joven Ricardo Anaya, del conservador Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática, la izquierda socialdemócrata que abandonó AMLO tras dos fallidas postulaciones a la Presidencia.

Meade, como canciller, forjó excelentes relaciones con Alfredo Moreno cuando este dirigió la política exterior del primer gobierno de Piñera, y eso se materializó en la Alianza del Pacífico, de la cual es un convencido. Si accediera a Los Pinos, sería una buena oportunidad para profundizar lazos. En cambio, en una corta visita a Chile este año, López Obrador se reunió con Marco Enríquez-Ominami y es un crítico del libre comercio, parte del ADN de la política exterior de Chile.

PERÚ

Las relaciones entre Perú y Chile pasan por una fase amistosa progresiva, desde que La Haya entregó su fallo en febrero de 2014 sobre la demanda marítima que interpuso Lima contra Santiago.

El Mandatario electo y el Presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski se conocen desde hace años, y tienen un mismo enfoque promercado y de integración comercial.

En una visita a Lima este año, Piñera alabó el "gran trabajo" de PPK. Su coincidencia en el poder podría ayudar a profundizar más las relaciones.

Pero el escándalo de corrupción de Odebrecht tiene a Kuczynski contra las cuerdas, luego de que una compañía propiedad de PPK recibiera de la constructora brasileña más de US$ 700 mil entre 2004 y 2007, cuando el ahora gobernante era ministro de Alejandro Toledo.

El futuro del Mandatario se despejará el jueves, cuando el Congreso vote su vacancia o no del cargo.

VENEZUELA

Piñera ha dicho que "Venezuela es hoy una dictadura", y no ha dudado en apoyar a la oposición a Nicolás Maduro.

Cuando asuma enfrentará un panorama complejo con el gobierno de Caracas. Chile está actuando como país garante en los diálogos que se celebran en República Dominicana entre oposición y gobierno para buscar una salida política a la crisis; el líder opositor Freddy Guevara, desde noviembre, es "huésped" de la embajada chilena en Caracas, y cinco magistrados del Tribunal Supremo de Justicia paralelo, nombrado por la oposición, llegaron a Santiago después de escapar de su país.

El calendario electoral en Venezuela tiene como gran hito en 2018 unas presidenciales aún sin fecha definida, en las que Maduro busca reelegirse.

Piñera tendrá que evaluar el alcance de las presiones diplomáticas de América Latina y ver si realmente hay una salida a la crisis más grave de la región, por vía de unas elecciones libres, transparentes y competitivas.

Otros comicios presidenciales:Costa Rica: Primera vuelta, 4 de febrero de 2018; segunda vuelta, 1 de abril.Paraguay: 21 de abril de 2018.






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