Pilar Quinteros expone en la Galería GM
lunes, 18 de diciembre de 2017
Vanessa Leal Soto
Cultura
El Mercurio
La artista reflexiona en torno a la huella del hombre en el mundo a través de cinco obras.
Del otro lado de la vitrina del número 1381 de la Alameda, una maqueta de cartón pintado con aerosol dorado de un edificio tipo obelisco llama la atención de los transeúntes: "El faro del progreso" es una de las obras que Pilar Quinteros (1988) hizo para la Galería Gabriela Mistral, como parte de la muestra del mismo nombre que estará abierta hasta este sábado en el espacio. Se trata de una reinterpretación de Beacon of Progress, proyecto fallido del arquitecto francés Constant-Désiré Despradelle (1862-1912) para la ciudad de Chicago. "El original del edificio nunca pudo realizarse porque era demasiado grande. Mostrarlo incompleto es un juego con esa referencia", dice Quinteros, quien representó a Chile en la Bienal de São Paulo en 2016. "Es un proyecto que no tiene lugar, pero que, al mismo tiempo, transforma en algo concreto conceptos abstractos como la libertad, el progreso y el paisaje". El resto de la exposición navega en las mismas aguas. En la primera sala de la galería, una serie de bocetos realizados con lápices de grafito, plumones y témpera -"Diving into the great beyond"- muestran dólmenes (construcciones megalíticas) y figuras humanas ordenándolos y desordenándolos en un campo. En la misma sala destaca una estructura blanca hecha con bloques de espuma tallados -símil de los menhires del megalítico- para la que Quinteros usó como referencia imágenes que Ronald Kay hizo del monumento a Pedro Aguirre Cerda. En la segunda sala, un mural con una paleta de colores primarios, además del negro, se impone al fondo. Mientras que una puerta, a la izquierda de este, da paso a la sala donde se proyecta un video. En él Quinteros camina desde Puerto Montt hasta Ensenada en medio de un paisaje desolado. "Son reflexiones sobre cómo el ser humano interviene su contexto desde la imaginación y lo concreto. Lo que construye es muy frágil, incluso si pretende que no lo sea", cierra Quinteros.
