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Los capítulos inolvidables de las liguillas

miércoles, 13 de diciembre de 2017

CLAUDIO HERRERA
Deportes
El Mercurio

El minitorneo, ahora reducido a una llave de ida y vuelta, fue furor por muchos años. Un repaso por jornadas memorables, violentas y masivas. Desde hoy es el turno de Universidad de Concepción y Unión Española, que se miden en el Ester Roa Rebolledo.



s El estreno de las liguillas para un boleto internacional fue en la temporada 1974. El minitorneo se disputó en febrero de 1975 en el Estadio Nacional. Colo Colo, U. Española, Palestino y Wanderers tuvieron una definición estrecha que obligó a una final extra entre albos e hispanos. "Nos derrotó el árbitro (Mario Lira)", reclamaron el DT Luis Álamos y el presidente Héctor Gálvez tras el 2-1 que favoreció a los rojos, quienes liquidaron la jornada a través de un golazo de Jorge Spedaletti.

sEl 10 de diciembre de 1976 , la U y Palestino definían una liguilla que también integraron U. Española y Colo Colo. El héroe fue Jorge Socías, autor de un gol y luego arquero: "Expulsaron a Hugo Carballo y me puse al arco, algo que habitualmente hacía en las prácticas. Fue una jornada linda. Esa U tenía mucha mística, no sé si jugaba tan bien, pero tenía gran fortaleza física y logró con méritos ir a la Copa", sostiene el "Lulo".

sEl cuadrangular de 1978 obligó a una final entre Unión Española y O'Higgins (también participaron Everton y Cobreloa). Los celestes clasificaron con un tanto de Juvenal Vargas a los 119'. Nelson Acosta, por entonces volante minero, le propinó un codazo artero a Francisco Las Heras. "Por esa acción desleal perdí cuatro dientes. Fue a los 90', frente a la puerta de Maratón, Acosta tenía la pelota y justo suena el pitazo final. Me agacho a recoger el balón y me da el codazo, perdí el conocimiento unos segundos. Cuando me levanté, al no tener los dientes, reaccioné con impotencia, lo quería matar, lo perseguí ensangrentado... No pude jugar el alargue", rememora Las Heras.

sLa liguilla de 1994 se jugó bajo una discordia arbitral. U. Católica reclamó en todos los tonos por el título conseguido por la U y el gremio referil decidió no dirigir la instancia. El auxilio llegó desde Argentina, porque los trasandinos Francisco Lamolina, Juan Bava, Javier Castrilli y Ángel Sánchez dictaron sentencia en una torneo que ganó... la UC. "Fue una situación extrema, con un manto de dudas sobre todo, había mucha desconfianza. En Sudamérica antes eso era habitual, Peñarol-Nacional fue dirigido muchos años por extranjeros, sucedía en Ecuador, Colombia", dice Gastón Castro, ex cabecilla de la comisión arbitral. Algo similar pasó en 1983, cuando los jueces locales se negaron a dirigir en la última jornada a Cobreloa: el uruguayo Ramón Barreto pitó el duelo de los naranjas ante la UC (triunfo cruzado por 3-0 que permitió el batacazo de Magallanes).

sFrente a frente, los hermanos Ignacio y Andrés Prieto, en las bancas de la UC y Cobreloa, definieron una liguilla el 21 de febrero de 1990 en Ñuñoa. "Ya nos habíamos enfrentamos en un Bolívar-UC en la Libertadores, y antes Andrés también me dirigió en Católica. Nos conocíamos de memoria, teníamos muchas similitudes y pocas diferencias. Yo sabía cómo pensaba Andrés y al mismo tiempo él sabía qué buscaba yo. Salió un gran partidazo", recuerda "Chuleta", que festejó un 4-1 a favor de los cruzados desde la tribuna debido a un castigo.

sUno de los festejos más memorables de la U ante Colo Colo se dio el 3 enero de 1981, en el desempate del minitorneo, cuando Arturo Salah embocó un gol agónico (87') en el arco sur inmediatamente después de que Hugo Carballo atrapara el penal de Carlos Rivas. La revancha llegó 12 años después en el mismo escenario, pero en el arco que da hacia la galería norte, cuando el colocolino Hugo Rubio marcó el 1-0 (88') y obligó a apagar las antorchas azules que festejaban el regreso del "Chuncho" a la Copa Libertadores. Lizardo Garrido fue el único jugador que estuvo en ambas jornadas. "En la primera, Arturo le pegó un fierrazo, fue súper trágico, porque fue después del penal perdido. En la otra, nos fuimos arriba con todas las banderas, nosotros no teníamos nada que hacer, era por hacer la maldad y darse el gusto", detalla el "Chano". El revés conminó a la U a disputar un cotejo extra con la U. Católica, donde cedió 3-1. La liguilla de 1992, que completaron la UC y Unión, reunió a una multitud: 315.193 espectadores se controlaron en siete partidos entre el 2 y 13 de enero de 1993.

sEl argentino Roque Alfaro quedó en la historia de O'Higgins por sus tantos de mediacancha a U. Católica. Primero hizo la gracia en la fase regular, batiendo a Marcos Cornez en San Carlos, y repitió en la liguilla ante los cruzados en Ñuñoa, con Patricio Toledo como víctima. "Eran los dos arqueros de la selección en ese momento. Y casi repito en 1992 ante Óscar Wirth, pero pegó en el travesaño. Fue un golazo, pero lamentablemente no sirvió de nada, porque clasificó Concepción a la Libertadores. Ese año el programa Show de Goles premió con el primer y segundo lugar a ambos tantos", reseña el entrerriano.

sEn 2000 la final fue en Talca. Concepción y la UC fueron a un alargue que se definió con un "gol de oro" de Luis Chavarría (97'). "Ganábamos 2-0, luego ellos nos empataron, y yo metí el gol en el alargue... Me quedé en calzoncillos de tanto festejar. Ese año estuvimos siete meses sin cobrar y solo nos pagaron con la plata de la Libertadores", cuenta el monteaguilino. Al año siguiente se repitió la película, con la U y Cobreloa como protagonistas. Un tiro libre de Fernando Cornejo (107') terminó abruptamente la final. Así lo recuerda Víctor Merello, entonces DT loíno: "Fue increíble, la U en la ida nos empató 4-4 después de ir ganando 4-1, estábamos muertos, pero nos levantamos. Fue lindo, era el último gol gana, como en el barrio".

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