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Un Mandatario ruso victorioso pasó revista a sus tropas en una base aérea siria, prometió construir una planta nuclear en Egipto y vendió armas a Turquía.

Putin exhibe su fuerza en Medio Oriente llenando el vacío dejado por EE.UU.

martes, 12 de diciembre de 2017

Nicolás García de Val
Internacional
El Mercurio




Siria en la mañana, Egipto por la tarde y Turquía en la noche. El líder ruso, Vladimir Putin, llevó a cabo una gira relámpago con el fin de reafirmar su influencia en una zona donde EE.UU. se está retirando y de paso fortalecer su imagen de cara a las presidenciales de 2018.

La gira se produjo cuando crece la molestia por la decisión del Presidente de EE.UU., Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Una medida que ha aislado más a Washington y enojado a sus aliados en Europa y el mundo árabe.

En su sorpresiva primera parada, Putin fue a la base rusa de Hmeimim, donde se reunió con el Presidente Bashar al Assad para celebrar la campaña militar que ha impulsado Moscú en ese país y anunciar un retiro "significativo" de tropas.

"En casi dos años, las Fuerzas Armadas rusas, en colaboración con el ejército sirio, derrotaron en gran parte a los terroristas internacionales", dijo un orgulloso Putin, aunque sin especificar el número de tropas que saldrán.

El anuncio y la visita -la primera del Presidente desde el inicio de la guerra civil hace casi siete años- llegan días después de que Moscú proclamara la "liberación total" del territorio sirio que controlaba el grupo terrorista Estado Islámico (EI).

No obstante, dejó claro que no abandonará el país, y aseguró que Hmeimim, donde están concentrados los efectivos militares rusos, y la base naval de Tartus seguirán siendo operativas. "Si los terroristas levantan de nuevo la cabeza, los golpearemos con una fuerza nunca vista", advirtió Putin. Y no se refería solo a los yihadistas.

La intervención militar rusa ha castigado tanto al EI como a los grupos armados que se oponen a Al Assad desde 2011 y le dio la ventaja a ese gobierno en un momento crítico de la lucha contra las fuerzas respaldadas por Occidente.

El Mandatario sirio celebró la visita de Putin y sus acciones en el país: "No olvidaremos jamás lo que han hecho los militares rusos. Su sangre se ha mezclado con la de los mártires del ejército sirio". Pero Estados Unidos reaccionó con escepticismo al anuncio de Moscú.

"Las declaraciones rusas sobre la retirada de sus tropas no suelen corresponderse con una reducción real y no afectan las prioridades de Estados Unidos en Siria", aseguró el Pentágono.

Impulso diplomático

Después de su escala sorpresa en Siria, Putin se desplazó a El Cairo para reunirse con su par egipcio, Abdelfattah el Sisi, y discutir varios asuntos que reflejan el creciente rol de Moscú en el país africano.

Los mandatarios confirmaron que Rusia aceptó reanudar los vuelos directos a Egipto -suspendidos luego que un avión ruso se estrellara en la península del Sinaí en 2015, presuntamente atacado por terroristas-, presenciaron la firma de un acuerdo para comenzar a construir la primera planta nuclear de Egipto, cuyo costo de 21 mil millones de dólares será financiado casi totalmente por Moscú, y acordaron "aumentar la cooperación".

El líder ruso puso broche final a la jornada con un viaje a Turquía para hablar con Recep Tayyip Erdogan sobre la situación en Medio Oriente. Tras la reunión, los Presidentes condenaron la "desestabilizadora" decisión de Trump de reconocer a Jerusalén capital de Israel y anunciaron una próxima cumbre en la ciudad rusa de Sochi para cerrar el conflicto de Siria.

"En primer lugar, Putin quiere mostrarse como "el pacificador" que salvó a Siria y ha aniquilado al EI. Al mismo tiempo, quiere llenar el vacío dejado por los estadounidenses, que parecen haber entregado al Kremlin la iniciativa diplomática en ese país y Medio Oriente", dijo a "El Mercurio" Lilia Shevtsova, experta en política rusa del Chatham House.

La estrategia de Putin también tiene un componente nacional. El Mandatario necesita que los rusos lo vean como un hombre fuerte tanto política como militarmente de cara a las presidenciales del próximo año, en las que recientemente confirmó que participaría.

Los analistas concuerdan en que, al no existir una oposición real, Putin tiene prácticamente ganada la carrera. Su desafío es convocar a un electorado desilusionado a que vaya a votar y espera lograrlo mostrando que puede ocupar el espacio dejado por Estados Unidos.

"La jugada que hizo Putin en Siria fue inesperada, pero ser inesperado es su característica principal. Con ella se muestra nuevamente como fuerte y exitoso a los ojos de la mayoría de los rusos", aseguró Andrei Kolesnikov, del Carnegie Moscow Center.

COMPRA MILITAR
Erdogan aseguró que la adquisición del sistema antimisiles S-400, que Turquía lleva tiempo negociando con Moscú, "se completará esta semana".

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