lunes, 04 de diciembre de 2017
Economía y Negocios
Cinco años atrás llegó a la Cárcel de Valparaíso con la idea de perfeccionar los muebles que hacían los reclusos. Había empezado a trabajar como mueblista mientras estudiaba diseño industrial en la Universidad de Valparaíso y es una labor que mantiene aún hoy, 32 años después.
Consiguió entrar al recinto e instalar un taller, con lo que nació su proyecto “Libertad”. “La mayoría son microtraficantes, delincuentes menores, con penas muy altas y reincidencia muy alta también. La idea es que aprendan a ganarse la vida haciendo algo más digno”, dice.
Guzmán, quien también tiene un MBA en producción y calidad del IDE- CESEM, Business School Madrid, les enseñó a hacer boletas y facturas, además de cobrar precios alineados con el mercado, ya que antes pedían muy poco por su trabajo.
Ya han fabricado más de 150 productos y hace poco terminaron el proyecto más grande que se han propuesto hasta ahora: un local de comida rápida en Viña del Mar. Además, cuatro de los reclusos que ha designado como jefes de proyectos están en libertad y no han vuelto a reincidir.
Explica que una de las mayores dificultades que tienen para concretar sus ventas es el acceso a la cárcel, que por motivos de seguridad, pone ciertas restricciones a los posibles clientes. “Necesitan un lugar para exhibir. La idea es encontrar algún sitio gratuito en Valparaíso donde puedan exponer sus productos y vender sus cosas”, comenta.
Más adelante le gustaría postular a fondos que le ayuden a financiar un galpón para los internos que quieran trabajar, pero por ahora, está concentrada en encontrar compradores para Navidad y atender sus negocios personales: Cici Guzmán Cueros y Cecilia Guzmán muebles.
