lunes, 04 de diciembre de 2017
Economía y Negocios
Como estudiante de biología marina empatizó de manera especial con los efectos de la contaminación ambiental, tanto en ecosistemas acuáticos como en personas.
En 2005 decidió enfocar su tesis de pregrado en la problemática de los metales pesados, sus efectos nocivos en la piel y la salud de las personas, específicamente en los efectos del arsénico en piel.
Seis años más tarde conoció a su socia Andrea Moraga, kinesióloga con un MBA. La ciencia y los negocios se unieron y nació Freemet, empresa pionera en el mundo de productos de limpieza y cuidado personal que posee una tecnología innovadora de micropartículas que protegen la piel de metales pesados como arsénico, plomo, mercurio y cadmio. Todos sus productos son 100% biodegradables, libres de fosfatos, hipoalergénicos, pH neutro y no testeados en animales.
Luego de 2 años de validaciones técnicas y comerciales, Carolina inició la comercialización de sus productos en octubre de 2016. Un año después cuenta con 50 puntos de venta a lo largo de todo Chile, desde Arica a Puerto Aysén, incluida Isla de Pascua.
Carolina afirma que Freemet “no podría haberse cumplido sin el apoyo de Corfo y todo el equipo de ejecutivos detrás de la institución”, además del Centro Innovo Usach y “las redes de mentores que nos han guiado para obtener mejores resultados en el proceso”. Como desafío se plantea posicionar la marca “en una primera instancia en Chile, y a mediano plazo, abarcar mercados internacionales, y ser una oferta de valor atractiva para clientes, posibles inversionistas y distintos canales de comercialización”, explica.
