lunes, 04 de diciembre de 2017
Economía y Negocios
La elaboración de chocolates y pasteles eran parte de una tradición familiar que la acompañaba en su sangre italiana, incluso antes de llegar a Chile.
Argentina de origen, llegó a Pucón, donde, tras divorciarse, formó la chocolatería Cassis en 1994.
Desde el principio apostó por recetas innovadoras, como por ejemplo, las combinaciones de café con saborizantes poco comunes. Incluso hoy, en cada viaje que realiza busca ideas de platos locales y excéntricos que podrían terminar en el menú de su chocolatería, ya instalada en siete ciudades chilenas, con 14 franquicias. Una de ellas inaugurada recientemente en Santiago.
“Entendí que mientras uno entrega lo que sabe hacer, con pasión y amor, como es el mundo del chocolate para mí, que lo traigo de dónde vengo, es apasionante, y eso es lo que me mueve”, afirma Secco, quien agrega que espera continuar dentro de la cocina y con las manos en la masa por muchos años más.
En el equipo que la acompaña en su negocio, cuenta con la participación de sus cinco hijos, quienes aportan desde sus diferentes especialidades profesionales. “A mi gente le digo que no hay límites, que esos están en la cabeza. Algunos parten barriendo y hoy son cocineros o jefes de sección, después de haber hecho cursos o haberles enseñado. Considero vital ver la necesidad del otro. Si uno tiene una oportunidad, también hay que dar oportunidades”, sostiene.
