lunes, 04 de diciembre de 2017
Economía y Negocios
La abogada penalista dice que su vocación, más allá de una frase armada, “está decididamente en lo público”. Incluso ahora, como directora de la Polla Chilena de Beneficencia, afirma que es un incentivo mayor para su trabajo que las utilidades vayan al fisco y a beneficiarios particulares. Para realizar su rol lo mejor posible está estudiando para obtener un diplomado en Gobierno Corporativo en el Centro de Gobierno Corporativo de la UC.
Recuerda cuando en 2008 fue elegida Defensora Nacional, siendo la primera mujer en ejercer este cargo y la primera vez que se designó por el sistema de alta dirección pública. Era, según ella, perfecto para lo que se había formado: Abogada de la universidad Católica, con un pos título en criminología de la misma universidad, magíster en derecho y Doctora en Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid, entre otros diplomados.
Cuando firma sus columnas en el diario El Clinic la asocian con la caricatura de la Mujer Maravilla y confiesa que esa imagen la sigue en algunas tazas que ha recibido de regalo. “Es bueno ser la Mujer Maravilla, pero también es bueno darse cuenta que eres la Mujer Maravilla porque tienes fragilidades”, comenta.
Tan solo hace tres años fue diagnosticada de cáncer de mamas, pero afortunadamente, el tratamiento ha dado resultados. “Mi familia ha sido fundamental para salir adelante de los momentos duros”.
Hace poco, y ya de vuelta en las pistas, la también profesora de la UC abrió su propia oficina penal, Vial Molina Abogados. Anhela en el futuro llegar a ser ministra, involucrarse en más directorios y continuar con su lucha feminista por equiparar la cancha entre géneros: “científicamente hablando, en un mundo de mitad y mitad, lo lógico es que en todos los ámbitos haya mitad y mitad”, dice.
