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Cristina Bitar, Juan Carvajal y Carlos Correa dan sus recetas comunicacionales:

Expertos aconsejan a los candidatos de cara a los debates clave para la segunda vuelta

domingo, 03 de diciembre de 2017

Matías Bakit R.
Reportajes
El Mercurio

El 7 de este mes se realizará el debate de Archi y el 11 el de Anatel, quizás las últimas oportunidades que tendrán Sebastián Piñera y Alejandro Guillier para diferenciarse frente a las audiencias, para fortalecer sus posiciones o conquistar a los votantes que les son esquivos. Tres especialistas entregan sus recomendaciones y análisis sobre los mensajes que los presidenciables deben dar, el público al que debieran dirigirse, sus debilidades y el tono que deben evitar.



Foco en Frente Amplio e indecisos

Guillier

Para el ex director (s) de la Secom del gobierno actual, Carlos Correa, en los próximos debates Alejandro Guillier deberá apuntar a evitar la abstención; por lo tanto, sus palabras tendrían que apuntar hacia un amplio rango de posibles votantes. "Debe hablarle a toda la centroizquierda, desde la DC al Frente Amplio, y a los independientes que no votarían por Piñera. Debe asegurarse de que nadie se quede en su casa", explica.

Para Cristina Bitar, socia fundadora de Azerta, es Guillier quien tiene la misión más difícil, pues "al mismo tiempo debe convencer a los votantes del Frente Amplio que, en su mayoría, operan desde la lógica del descontento y, por otro lado, no dar la noción de que va a gobernar con ellos".

Piñera

Para Correa, el abanderado de Chile Vamos tiene un desafío similar al de Guillier, por cuanto tiene que centrarse en la participación. "Debe apuntar a que vote la gente de las comunas donde la derecha o independientes cercanos a esta tienen alcaldes", explica, al tiempo que agrega que, además, Piñera debe seguir hablándoles a "sus votantes y los de Kast".

Para Bitar, la consigna es clara. En los debates, Sebastián Piñera debe "apuntar al centro a como dé lugar. Con Ossandón y José Antonio Kast desplegados, no tiene mucho sentido apelar al voto más extremo de la derecha".

En tanto, quien fuera el jefe de la Secom del primer gobierno de Bachelet, Juan Carvajal, entrega una visión general para los dos postulantes. "En segunda vuelta los tiempos son cortos. No parece sensato hablarle al voto duro de cada sector. Ambos candidatos deben dirigir su mensaje a los indecisos y, especialmente, a aquel que no participó en primera vuelta por diversas razones, entre ellas, porque no cree que una opción o la otra haga la diferencia".

Tics, errores no forzados y falta de energía

Piñera

Para Cristina Bitar, la gran debilidad de Piñera, contra la que tendrá que luchar en el debate, es que "le cuesta ser empático y cercano. Se pone nervioso cuando es cuestionado y es algo agresivo cuando no le gustan las preguntas". Aunque agrega que a ambos candidatos "los veo muy cansados y tal vez, por lo mismo, muy enojones. Ha faltado sonrisa en esta campaña".

Según Correa, el ex Presidente deberá evitar que se repita "la vergüenza del gráfico de seguridad ciudadana; si la repite, será fatal. También debe tener respuestas claras sobre sus empresas".

Para Juan Carvajal, la debilidad de Piñera es "evidente. Toda su corporalidad se transforma cuando se siente atacado o se irrita".

Guillier

En el caso del candidato de la Nueva Mayoría, para Bitar su problema es que "es poco energético y muchas veces pareciera que le dan lo mismo las críticas. En ese sentido, tiene una posición que suena un poco arrogante".

Carlos Correa coincide con eso y agrega que "debe evitar la expresión de cansancio. Para primera vuelta sirvió para detener a ME-O, pero ahora no tendría el mismo efecto".

Según Carvajal, "a veces pareciera que a Guillier le falta pasión".

Respecto de las fortalezas que tendrían que explotar en un debate, los expertos no se explayan tanto.

Sobre Piñera, Correa expresa que "puede recalcar que este no es un concurso de simpatía, sino una decisión sobre quién gobierna mejor el país". Mientras, en relación al candidato de la Nueva Mayoría dice que "debe tratar de sacarle ventaja a su tranquilidad, indicando que es necesaria para convocar a un grupo amplio de votantes".

Carvajal agrega que, de cara a un debate que se anticipa "peleado", Alejandro Guillier "tiene mucho más autocontrol ante las provocaciones".

El mensaje a comunicar: Certezas y rasgos de unidad

Para Cristina Bitar, "obviamente hay muchos electores que tienen su voto decidido, pero también hay muchos que no. Mi impresión es que ese segmento es aún más importante en esta segunda vuelta. Ahora será un plebiscito, pues son solo dos opciones y la diferencia la van a marcar los que aún no saben por quién votar".

De ahí que en los próximos debates cobre especial relevancia el mensaje que los candidatos van a tratar de comunicar, sobre todo a quienes no tienen decidido su voto.

Para Carvajal, en estas instancias los candidatos deberán centrarse en lo concreto. "En el breve tiempo de la segunda vuelta, lo que ciudadanía espera son certezas sobre lo que viene, sobre los cambios que se proyectan y sobre la estabilidad y prosperidad que cada elector busca cuando define una preferencia y emite su voto".

Aclara, eso sí, que por ahora a los votantes no se les está entregando ese contenido. "Hay grandes esfuerzos por conquistar nichos que parecieron no ser parte de las preferencias de la primera vuelta. Pero lo que enseña la experiencia es que en el día de los comicios los electores tenderán a tomar una opción por factores bastante más simples que los que circulan hoy en la dinámica político-comunicacional de campaña".

En lo específico, para Carlos Correa "Guillier debe dejar claro que es el candidato de toda la centroizquierda y que es un factor de unidad". Para esto, según él, hay temas clave. "Debiera dejar claro que está a favor del crecimiento. Hasta ahora no es una palabra común en sus discursos. También debiera evitar todo tipo de alusión a los dirigentes del Frente Amplio. Ellos ya tomaron su decisión y lo mejor es no insistir en construir puentes con ellos y concentrarse en los votantes".

Sobre Piñera, el ex subdirector de la Secom considera que "tiene que sacudirse la derechización que retomó en segunda vuelta y volver a hablar de acuerdos. Debe evitar comparar a su contendor con Maduro. Eso no tiene ningún elemento de credibilidad y termina perjudicándolo".

En este último punto, Bitar piensa al revés, pues considera que al ex Mandatario "le conviene asustar a los votantes moderados sobre la izquierdización de Guillier. En la vereda contraria, cree que el senador debe "sacarse de encima la imagen y la noción de que quiere convertir Chile en Venezuela".

Para ella, hay dos máximas sobre cómo, en los debates, los candidatos deben comunicar esos mensajes. Una es la empatía. "Es importante mostrar comprensión hacia lo que viven los ciudadanos. La clave está en inspirar". La otra, y quizás la principal, será "no equivocarse".

Confrontaciones entre candidatos y con periodistas: un mal negocio

"Chile ha construido una democracia sólida. Ni Piñera significaría un reinado incontrolado de la oligarquía ni Guillier convertiría el país en una segunda Venezuela. Las campañas del terror no construyen ni son eficientes para nadie", explica Juan Carvajal.

Para él sería un craso error que en los próximos debates ambos candidatos se trenzaran en descalificaciones y le preocupa el tono que ha adquirido la campaña. "Una cosa es establecer las diferencias de los proyectos país y otra las descalificaciones personales. El electorado castiga la agresividad y la violencia. La confrontación de ideas debe ceñirse a los códigos de buena convivencia. El objetivo es demostrar las cualidades propias, hablar del futuro, convocar y seducir al votante, sin caer en un mal clima que solo desprestigia a la política en general y no ayuda a movilizar y aumentar la participación", explica el ex director de la Secom.

Coincide con él Carlos Correa, quien considera que en estas instancias "para nada sirve ser agresivo". Agrega, además, que "Goic y ME-O lo fueron y los electores los castigaron"

Cristina Bitar no es tan concluyente. "Una campaña más confrontacional puede lograr reducir la cantidad de votantes, pues temen a la polarización. Sin embargo, esos que son más proclives a reaccionar a estos incentivos son los votantes más moderados", explica.

Consultado sobre los desencuentros que los candidatos han tenido con periodistas, tanto en debates pasados como en otros programas de televisión, Correa explica que "es un mal negocio. Hay técnicas de comunicación que indican cómo transitar hacia las zonas de confort de los candidatos y manejar preguntas hostiles. Una pelea con un periodista es vista en pantalla como desesperación".

Bitar, por su parte, admite que estas situaciones tienen costos, pero aclara que son difíciles de medir. "Mucho se dijo sobre lo que le había costado a Beatriz Sánchez el pelearse con Sergio Melnick y negarse a ir a su programa. Sin embargo, tal costo no existió".

Carvajal, por su lado, apunta a los periodistas, quienes, según cree, "pueden provocar conscientemente una situación determinada para subir el rating . No obstante, a mi juicio, generar tales circunstancias desaprovecha una oportunidad muy importante de ejercer una labor educadora y facilitadora para los votantes". Coincide Bitar, quien expresa que "los entrevistadores deben conectar también con las audiencias, no solo con la polémica de moda".

"Guillier construyó una estética de caballero antiguo y no debiera abandonarla"

Otro factor importante en los debates que vienen son los detalles tales como los gestos, la vestimenta, posturas y otros elementos que pueden llamar la atención o distraer.

En ese aspecto, Correa aconseja que "Guillier construyó una estética de caballero antiguo y no debiera abandonarla. Aunque debe tener ojo con el maquillaje para no parecer cansado". A Piñera, en cambio, le dice que "debe evitar ese reloj rojo gigantesco. Distrae la atención y evita que el público se concentre en sus argumentos".

Para Cristina Bitar, el detalle más importante es que los candidatos escuchen con atención las preguntas de los periodistas y respondan lo que se les consulta. "Escuchar y responderle a quien pregunta es escuchar a la gente que está en su casa. Luego, ser sinceros. La gente lee muy bien cuando los políticos están haciendo un show en vez de ser honestos".

Por su parte, Carvajal es crítico de los formatos en que se realizan los debates en Chile. Para él "se desarrollan en un ambiente de formalidad tal que es muy difícil de romper. Lo esperable es que en los eventos que se aproximen, esta modalidad se mantenga en los mismos términos".

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